El mundo de la lucha por|para la igualdad social en todas sus acepciones: de género, de raza, de clase, no se podría entender sin la participación Angela Davis, icónica activista afroamericana. Cuatro años después de su última visita a Barcelona, este sábado Davis ha vuelto en la capital catalana, esta vez para participar de la Fira Literal, la muestra de ideas y libros radicales, que este fin de semana, llegando a su 10 edición, se está celebrando en el recinto de la antigua fábrica de filamentos Fabra i Coats del barrio de Sant Andreu del Palomar.
"Yo estoy aquí como testimonio de un trabajo que nos ha traído a este momento. Ahora vuestro trabajo es llevarnos rapidísimo hacia el futuro", ha clamado Davids ante las más de medio millar de personas que este sábado han llenado el recinto de Fabra i Coats del barrio de Sant Andreu del Palomar. Expulsada el año 1969 de la Universidad de California, donde daba clases de filosofía como profesora auxiliar al descubrirse su afiliación al Partido Comunista de los Estados Unidos de América y su militancia en el partido de las Panteras Negras, la activista Angela Davis ha vuelto a Barcelona casi cuatro años después de ser investida Doctora Honoris causa para|por la Universidad Pompeu Fabra.
La esperanza es una disciplina
Incansable, incombustible, en un acto conducido por la periodista de TV3 Bea Duodu Owusu de que también ha participado la filósofa vasca Jule Goikoetxea, Davis ha proclamado que "aunque a veces nos quedamos bloqueadas en un concepto, la lucha sigue. Cualquier lucha social es una lucha constante, que no se detiene", levantando poco después los primeros aplausos de la tarde al solidarizarse con Palestina, una cuestión que ha ido apareciendo a lo largo de los más de setenta minutos que ha durado el acto.
En un mundo que no es "ideal", la violencia "a veces es necesaria", aunque ha recalcado que cree que "tiene un impacto terrible"
Ante el auge de la extrema derecha en todo el mundo, sin querer pronunciar el nombre de Donald Trump, ha considerado que la responsabilidad de los diferentes movimientos contrarios es "crear más poder, más movimiento, más gente que ellos". En otro momento de la charla, Davis tampoco ha rehuido que en un mundo que no es "ideal", la violencia "a veces es necesaria", aunque ha recalcado que cree que "tiene un impacto terrible". Sin embargo, ha insistido en que ante las situaciones de desigualdad que hay en el mundo, los movimientos de resistencia tienen "el derecho de defender" sus "luchas", sus "derechos".
Preguntada sobre si todavía hay esperanza para estas luchas sociales, Davis ha aseverado que piensa que "la esperanza no es una emoción producida por aquello que es posible de conseguir, sino que se trata de una disciplina. Me encanta esta idea de la esperanza como disciplina, porque nos hace entender que nuestra responsabilidad está también al generar esperanza", sin esconder que vive periodos de desesperanza. "Por eso ha insistido que "parte de mi trabajo es ayudar a generar esperanza y los movimientos tienen que aceptar que esta tarea explícita se pueda transferir a la generación siguiente y a la siguiente", ha apostillado.
Hacerse mayor reside en reconocer que se es "testimonio" de una época y que hay que dejar el liderazgo a los más jóvenes
A sus ochenta años, Angela Davis ha confesado que nunca había pensado que llegaría a experimentar algunas de las cosas que ha vivido, como que en el 2020 "tantas personas blancas se manifestaran en defensa de las causas antirracistas" en los Estados Unidos. "Bajo la influencia de la temporalidad capitalista tendemos a pensar que el pasado es pasado y que la historia es lo que leemos en los libros y que no es una fuerza que vive con nosotros y que nos mueve. Todo eso, para volver a decir que todos tendríamos que intentar crear esperanza y tendríamos que pensar con más capacidad y una temporalidad más amplia, porque proyectar el trabajo que hacemos hoy puede afectar personas de aquí a décadas", ha destacado. Angela Davis ha concluido su disertación indicando que hacerse mayor reside en reconocer que se es "testimonio" de una época y que hay que dejar el liderazgo a los más jóvenes.