El Palau de la Música ha acogido esta noche la entrega del 54.º Premi d’Honor de les Lletres Catalanes, reconocimeinto que Òmnium Cultural otorga ininterrumpidamente desde el año 1969. El galardón se entrega cada año a personas que, por su obra literaria o científica en lengua catalana, y por la importancia y ejemplaridad de su tarea intelectual, han contribuido de manera notable y continuada a la vida cultural de los Països Catalans. Este año el premio ha sido para la escritora mallorquina Antònia Vicens.

Amante de las palabras

"Es una amante de las palabras, una de las máximas exponentes de la potencia literaria de los Països Catalans, y una mujer que nos recuerda la importancia de la nación completa, la estima por el territorio y su paisaje y la lucha por los ideales", destacó al presidente de Òmnium, Xavier Antich el pasado mes de marzo cuando la entidad descubrió el nombre de la ganadora del 54è Premi d’Honor de les Lletres Catalanes. "Tener la oportunidad de hacer llegar este premio en las Islas Baleares es también una manera de reivindicar políticamente la nación completa y el vigor de la lengua y la cultura catalanas".

Trayectoria

Antònia Vicens cuenta con una extensa obra publicada a lo largo de su vida que incluye novela, poesía poesía, narrativa breve, cuentos para jóvenes y textos periodísticos. Escritora desde bien joven, publica la primera obra, Banc de fusta, con 25 años. Un año después gana el prestigioso Premio Santo Jordi de Novela con 39º a la sombra, una novela considerada uno de los textos fundacionales de la literatura catalana del último medio siglo. Un debate sobre el turismo y género, y también un cuestionamiento sobre las relaciones de poder. Esta obra catapulta Vicens dentro del panorama literario catalán y será traducida al castellano y el alemán. El universo mallorquín y los problemas de equilibrio entre el turismo y la conservación del territorio es una de las fuentes de inspiración de las primeras obras de Antònia Vicens; la agonía de la dictadura, el camino hacia la democracia, la lucha de la mujer para conseguir un sitio de igualdad en la sociedad, para tener poder de decisión sobre su propio cuerpo, para hacer valer su inteligencia, además de un gran amor para conservar las palabras autóctonas, son los temas que marcan su novelística.

Antònia Vicens i Picornell ha sido reconocida el 54.º Premi d'Honor de les Lletres Catalanes - Carlos Baglietto

Durante la década de los 80, sigue escribiendo y publicando básicamente novelas. También hace colaboraciones en prensa, como los cuentos que escribe al Diari Avui y las memorias de infancia en el Diario de Mallorca. La primera incursión al género poético es en el 2009, con la publicación de la recopilación Lovely. Lo seguirá Sota el paraigua el crit, y Fred als ulls, de 2015, que recibe el clamor unánime de la crítica. La recopilación Tots els cavalls recibe el premio Associació al millor poemari de l’any en llengua catalana. En el 2017 recibe el encargo de escribir el poema oficial para el Día Mundial de la Poesía de la Institució de les Lletres Catalanes, que se traduce a 20 lenguas. En el 2020 publica Pare què fem amb la mare morta.

Soprepasada por el premio

El acto de esta noche ha sido un homenaje a la persona galardonada. Una emotiva ceremonia que ha girado en torno a su figura, tanto con respecto al ámbito artístico como del contenido de su obra. El objetivo de la velada, igual que lo mismo Premi, ha sido divulgar la obra y la trayectoria de una Antònia Vicens que semanas atrás declaró estar "totalmente sobrepasada por este premio", añadiendo que "la liga con un extraño compromiso con las palabras" que tanto ama: "Las que me han dado pasión, libertad y rebeldía". "De pequeña coleccionaba palabras, creía que si tenía muchas, entendería el dolor de todas las cosas. Eran palabras en el sudor y en la sangre de la tierra". Vicens explicaba que hace 60 años, en la escuela no los enseñaban a escribir ni a leer en catalán: "Era una lengua de calle, de trabajo y no tenía ningún prestigio". Por eso ha querido agradecer el trabajo hecho por Òmnium Cultural y la Obra Cultural Balear con sus clases de catalán, donde ella misma asistió como alumna: "El catalán ahora tiene el prestigio que le toca y se ha abierto caminos, se traduce mucho, pero siempre está perseguido o acosado, obligándonos a vivir en el acecho de cada batalla, porque saben que si nos hieren la lengua, nos sangra el alma". Vicens añadía que "es un honor estar al lado" de todas las galardonadas con el Premi d'Honor que, como Mercè Rodoreda, Teresa Pàmies, Montserrat Abelló, Maria Antònia Oliver, Isabel-Clara Simó, Marta Pessarrodona y Maria Barbal, la han precedido.