Es muy posible que todavía no hayas oído hablar de Ariana Abecasis (La Seu d'Urgell, 1992). Pianista clásica de formación, publica su segundo disco, pero el que ella afirma que es su carta de presentación. De raíces argentinas, ha crecido en la Seu d'Urgell, se ha formado en Londres y ha grabado en Vic. Este ir y venir seguro tiene que ver con los sonidos tan diferentes de Adiós, no es para siempre (Luup Records), que cuenta con una decena de canciones con electrónica, auto-tune, ritmos latinos e instrumentos orgánicos como el piano. Nos encontramos en el Parc Central del Poblenou, una localización que ha escogido ella y que tiene mucho que ver con la estética que le acompaña.
Eres emergente en el panorama musical, si quieres puedes presentarte. ¿Quién es Ariana Abecasis?
Ariana es una artista con muchas ganas de hacer cosas, de empezar su camino musical y de hacerse un sitio en este mundo. Es una persona a la que le gusta mucho la vida, el arte y compartirlo con la gente.
¿Cómo empiezas con la música?
Todo empezó cuando volvimos a la Seu d'Urgell, vivíamos en Chile. Yo tenía 6 o 7 años y recuerdo que mi tía tenía un piano en casa. Mi madre me preguntó si quería tocar algún instrumento y si quería hacer algún deporte. Yo le respondí que quería tocar el piano y quería hacer taekwondo, y han sido dos cosas que me han acompañado durante toda mi infancia. Sin embargo, no sé por qué, la música me traslada a un mundo donde me encuentro a mí misma. Como si me liberara de cosas que no me hacen falta.
¿Al ser de la Seu d'Urgell, estudiaste música en una escuela municipal de allí?
Sí. De hecho, en la Seu no hay mucha música. Sí que hay una movida más folk, pero música así reglada no. Hay una escuela de música y empecé allí, pero recuerdo que quería más. Siempre quería más. Y entonces llegó un momento, con 15 o 16 años, que decidí buscar a una profesora en Barcelona, e iba y venía una vez a la semana.
Eres pianista clásica de formación y tu primer disco es de hace cinco años, muy diferente de lo que sacas ahora. En estos años has estado en Londres, ¿qué te llevas?
El primer disco fue una apuesta muy experimental para mí, porque fue la primera toma de contacto con la composición, con el canto y con la escritura. Además, yo venía de ser intérprete clásico, con una industria diferente y una manera de pensar diferente. Al cabo de un tiempo, después de estar muy cargada, la vida me llevó a Londres, y allí decidí hacer producción. Y la verdad es que me encontré con un mundo artístico que me fascinó y me ayudó a entender qué es lo que quería hacer.
Yo siempre he pensado que vivir del arte es un privilegio en todo el mundo, porque es un trabajo muy pasional y etéreo
Me explicabas antes que viste una manera diferente de entender el arte en Londres que aquí, en Catalunya. ¿Por qué?
Yo creo que es intrínseco a la raíz y a la cultura. No quiero decir que aquí la cultura no sea buena ni que no la tratemos bien, sino que aquí venimos de un bagaje muy diferente. Allí la música y el arte son muy intrínsecos en la raíz cultural, y de eso te das cuenta cuando te encuentras artistas por todas partes. Mucha gente es compositor, músico, artista, diseñador. Mucha gente.
¿Crees que se podría hacer alguna cosa para que aquí se pudiera vivir más del arte?
Yo siempre pienso que vivir del arte es un privilegio en el mundo, porque es un trabajo muy pasional y que tiene que ver con una cosa muy etérea. Pero yo creo que ya se está haciendo, que estos últimos años en España y Catalunya está habiendo un boom de artistas increíbles y creo que empezamos a cambiar el panorama.
¿En qué sentido? ¿Gente joven que está subiendo y tiene otras formas de hacer?
Claro, en los últimos años las escuelas de arte han aumentado muchísimo en el país. Cada vez hay más gente que ve eso como una profesión válida, como lo que es. Hay mucho trabajo por hacer, pero creo que hay un avance.
El disco es como una carta de presentación, pero muy completa. Los estilos de canciones como Nada te pido o Adiós, no es para siempre poco que ver tienen con White horses o Flower smiles. Pero hay una cierta uniformidad y semejanza. ¿Cómo llegas a ello?
No es una cosa que piense, sino que forma parte de mi personalidad y de mi forma de entender el arte. He tocado muchos estilos, muchas cosas diferentes y forma parte de mí. Sí que siento que hay una esencia en todas las canciones, que aunque buscamos diferentes estéticas y sonidos, mantenemos la idea de encontrar un sonido propio y creo que en el disco está claro.
Hablas en plural. Has producido el disco con Joan Borràs, también teclista de Oques Grasses, que colaboró también en la producción de hace cinco años. ¿La relación es estrecha?
Con Joan nos encontramos en el ESMUC hace 10 años. Él estudiaba teclados modernos y yo piano clásico. A raíz de allí salió una amistad muy bonita. Conectamos mucho creativa y artísticamente, e hicimos el primer disco. Hemos vivido nuestra juventud escuchando lo mismo y compartimos lo que hacíamos, creemos en el talento del otro y nos admiramos mucho. Ha sido un proceso conjunto, con mucha pasión, esfuerzo y horas.
La naturaleza y las flores forman parte de mi filtro, son una fuente de inspiración muy grande
No solo la parte de producción está trabajada, sino que también lo está la estética. He leído que te acompañan tus hermanos, en los videoclips y el audiovisual.
El proceso creativo siempre ha nacido mucho desde la familia en mi casa. Mis hermanos estuvieron en Argentina muchos años y cuando volvieron, hace un año, dijeron "tenemos que hacer cosas". Y me han ayudado muchísimo, también apostando por su talento. En la dirección artística está Maragda Farràs que, de hecho, es la pareja de mi hermano. Hay una formación y gente muy capaz en mi familia.
En esta estética hay mucha naturaleza, muchas flores, mucho verde en todos los videoclips. ¿De dónde te viene eso? ¿Tiene alguna cosa que ver con la Seu?
Siempre digo que forma parte de mi filtro, porque quizás a otra persona de la Seu no le inspiran las flores o la montaña. A mí sí, no es lo único, pero siento que la naturaleza es una fuente de inspiración muy grande. Pero también las imágenes. Intento mucho transformar imágenes en música también.
Volviendo a la música, en el disco vemos mucho amor, y tratado desde perspectivas diferentes, desde la parte más tóxica y también la más idílica.
Nunca he querido hacer un disco sobre el amor, específicamente, pero yo creo que es una emoción muy fuerte que vivimos todos los humanos. El amor son y es hacia muchas cosas: hacia ti misma, hacia la naturaleza, hacia la comida, hacia la profesión... La mayor parte de los temas sí que hablan sobre el amor hacia alguien, sin embargo, por ejemplo, FIVE es sobre el amor al dinero.
¿Es una crítica al consumismo?
Sí, en parte. Quería un tema agresivo e intenté buscar qué era agresivo en mí, en mi vida. Y la relación con el dinero es una relación agresiva muchas veces, y nos pasa a todos. Pero también tiene mucho que ver con la obsesión, nos obsesionamos mucho. Tanto sea con las personas como con el dinero, y confundimos la obsesión con el amor. En Nada te pido, cuando explico la parte más tóxica, lo explico como una obsesión. Después hay otros temas como White horses que va dirigida hacia el amor propio, es una canción más inspiradora y más bella.
¿Es importante para ti transmitir este mensaje de amor propio, empoderador?
Sí, sí, sí. Es muy importante empoderarnos, pero sabiendo qué quiere decir. Porque no quiere decir salir a un escenario y bailar, o salir en todas partes. Yo creo que empoderarse tiene que ver con encontrar tu poder propio interno. Cada uno lo tenemos en algún sitio y yo creo que se trata de hacer un ejercicio de sinceridad y de estima hacia ti mismo. También tiene que ver con el otro. Una vez te encuentras, ¿qué haces para dar lo que eres? En mi caso es la música.
No creo que la lengua sea una limitación ni una parte de mi personalidad, simplemente es una herramienta
Este ejercicio lo haces en años de incertidumbre para muchos jóvenes. Las crisis cíclicas que hemos vivido hacen que muchos no puedan trabajar de lo que querrían. Por ejemplo, tú no vives de la música. ¿Te ha afectado a ti eso? ¿Qué piensas?
Nunca he vivido lo que quería hacer desde un punto de vista económico. Nunca he pensado qué puedo hacer por dinero o qué puedo hacer para vivir. Siempre he pensado qué puedo hacer que me haga ser más feliz y que me haga crecer como persona. Eso es lo que me inspira a seguir y a hacer cosas. Y creo que siempre encuentras la manera de hacer las cosas cuando tienes ganas y pasión por lo que haces. El mensaje que lanzaría a la gente es que sé que es difícil, porque vivimos en unos momentos donde la idea de la economía y del dinero la tenemos muy encima, y vivimos en un mundo donde cada día nos lo recuerdan, pero es importante que pensemos realmente quiénes somos. Que más allá del dinero y del capitalismo hay una cosa más grande, que somos nosotros mismos. Y tenemos cosas que decir. Y tenemos que encontrar qué queremos decir.
¿Qué tienes que decir, tú?
Todavía me estoy descubriendo. No sé si hay solamente una cosa que decir, creo que tengo muchas cosas que decir. Pero a veces dices cosas sin saber que las dices. Yo creo que lo importante es vivir en paz contigo y que cada día sea lo mejor que puedas vivir. Eso es un poco idílico, pero creo que es el camino que tenemos que seguir.
Dicen que la esperanza es lo último que tenemos que perder. Hay una pregunta que no te he hecho que me gustaría hacerte. ¿Cantas en castellano, cantas en inglés, por qué no en catalán?
¡Mi primer disco fue en catalán! Son lenguas que conviven en mi día a día, también convive el francés, y muchas otras. Pero la lengua no creo que sea una limitación ni sea parte de mi personalidad, simplemente es una herramienta. Y es fabuloso porque cada lengua te permite decir las cosas de una manera. Y por eso me gusta jugar con las dos. De momento, estoy en este momento. No sé qué haré después.
Yo no me considero feminista, tampoco nada de '-istas'. No son movimientos con los que me identifique
Por último, para cerrar y para que los lectores te acaben de conocer: 3 cosas que le dan rabia a Ariana y 3 cosas que le dan alegría.
Rabia, rabia, me dan muy pocas. Es una pregunta que me hago yo misma muchas veces y cuando me lo planteo no me sale nada. No tengo cosas marcadas en mi vida que diga esto me da mucha rabia. Pero después sí que me pasa que encuentro momentos concretos que digo esto me ha dado rabia, mmm....
Si quieres empieza por las que te hacen sonreír...
Tocar, crear, observar... bastantes cosas. Me gusta mucho viajar, también. Ahora no lo puedo hacer y está siendo todo un reto.
¿Y crees que encontraremos las que te den rabia? Puede ser, siendo mujer joven, igual te has encontrado en situaciones de abuso de poder dentro de la industria...
Creo que como mujer no te tienes que dejar intimidar. Por delante de todo tienes que saber que eres una persona, que hay muchas realidades dentro del mundo de los hombres y del mundo de las mujeres. Lo he dicho más de una vez, yo no me considero feminista, tampoco me considero de -istas. No son movimientos con los que me identifico. Sí que creo que es importante el trabajo que han hecho muchas mujeres y estoy contenta con que la sigamos haciendo, pero lo vivo desde otro punto de vista más humano, más desde pensar que todos somos lo mismo seamos hombres o mujeres. No tanto desde la diferencia que yo soy mujer y tú hombre. Entonces digamos que nunca me he encontrado en situaciones así. O quizás me he encontrado y ni me he dado cuenta de ello, También es cierto que cuanto más cuenta nos damos de ello, más queremos luchar, y yo no he entrado en eso. Cosas que no me gusten, te puedo decir que me pone triste cuando alguien ha perdido su razón de vivir, cuando alguien no sabe quién es, o qué quiere hacer, y se ha rendido en la vida. Y muchas veces me pasa que me gustaría inspirar a esta gente. Tampoco me gusta que me digan qué tengo que hacer. ¿Con dos ya está bien, no?
Sí, te perdono la tercera. ¿Tienes prevista alguna presentación? ¿La Covid lo permite?
Sí, está programado. ¡El 12 de marzo, concierto de presentación aquí en La Nau, os espero!