El Consell Insular de Menorca, y el govern de les Illes Balears están intentando conseguir que la arquitectura talayótica de la isla sea proclamada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por eso han creado el organismo Menorca Talaiòtica, encargado de divulgar por el mundo las especificidades del patrimonio menorquín, uno de los más originales del Mediterráneo. En el marco de esta iniciativa, ayer se inauguró en el Museu Arqueològic de Catalunya la exposición Arquitectura talayótica en la Prehistoria de Menorca, con la presencia del director general del Patrimonio Cultural, Júsep Boya, el conseller de Cultura y Educación del Consell Insular de Menorca, Miquel Àngel Maria Ballester y la directora general de cultura del Govern de les Iles Balears, Joana Català. La exposición, que ya ha pasado antes por Eivissa, Alcalá de Henares y València, se podrá ver en Barcelona hasta el 6 de mayo.
Objetivo 2021
Hace años que el Consell Insular de Menorca y el Govern Balear pretenden conseguir que la cultura talayótica sea incluida en el listado del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. En 2013 ya se incluyó la candidatura de Menorca en la lista indicativa, y en 2015 el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes del gobierno español le ofreció el preceptivo visto bueno. Pero los trámites no pasaron los primeros listones y la UNESCO recomendó aMenorca Talayótica que mejorara el expediente con algunas recomendaciones concretas. Desde hace unos días Cipriano Marín se ha encargado de supervisar la elaboración de la candidatura (ya había trabajado antes en la declaración de Menorca Reserva de la Biosfera). Se cree que el nuevo expediente, reformulado, se podrá entregar a ICOMOS, el organismo responsable del listado de patrimonio mundial, a finales del 2019. Con un poco de suerte, la inscripción podría hacerse efectiva en 2021.
Un paraíso para amigos de la historia
Menorca tiene documentados 1.500 yacimientos prehistóricos en su territorio, dos por cada kilómetro cuadrado, una densidad del todo excepcional. Pero, además, buena parte de los yacimientos están asociados a la cultura talayótica, una muestra cultural de gran originalidad en el marco del Mediterráneo. La expresión más espectacular de esta cultura son las grandes construcciones ciclópeas sin uso de mortero, como las taulas, las navetas, los talaiots... El Consell Insular de la isla espera que la promoción del turismo cultural asociado a la cultura talayótica pueda promover un turismo de un cariz diferente al habitual que pueda ofrecer recursos durante la temporada de invierno, en la que el turismo de playa se paraliza.
2.000 años de cultura talayótica
La exposición explica que los restos arqueológicos de la isla se corresponden a diferentes periodos históricos, y que hay diferencias sustanciales entre las diferentes muestras de arquitectura. Los comisarios de la muestra, Elena Sintes y Antoni Nicolau, apuntan que lo que empezó a ser una arquitectura para la muerte, con el tiempo, se convirtió en una arquitectura para la vida. En el periodo inicial, entre el 2200 y el 1600 aC, lo más característico de la arquitectura talayótica eran los dólmenes (monumentos funerarios), pero a partir de 1600 ya empiezan a imponerse las navetas para vivir allí... Los monumentos funerarios perderían importancia, e incluso algunas necrópolis acabarían instalándose en cuevas. Y lo que había empezado como una cultura de raíz local, hacia el siglo VI antes de nuestra era ya se había convertido en una cultura estrechamente interrelacionada con otras sociedades del Mediterráneo (en los yacimientos se encuentran muchas piezas venidas de lejos). El análisis de los restos arquitectónicos nos conduce, también, a un conocimiento de las formas de vida de los menorquines del pasado.
Ajuares funerarios, lo mejor
La exposición saca el máximo partido de fotografías de gran calidad de navetas, talaiots, taulas... Varias maquetas ayudan a ofrecer una perspectiva más completa de la estructura. La exposición combina las fotografías y maquetas con ilustraciones en que se hace una reconstrucción histórica de las estructuras en funcionamiento, y ayudan a imaginar cómo eran las sociedades talayóticas en su época. En el Museu d'Arqueologia se exponen, también, materiales procedentes de ajuares funerarios, no siempre originales: peines, piezas de cerámica, puntas de lanza, agujas, botones... Una magnífica cartografía ayuda a localizar los yacimientos y contribuye a mostrar la riqueza del patrimonio arqueológico menorquín.
Una cata
Esta es una exposición de pequeño formato, que sólo pretende dar una perspectiva general de lo que fue la cultura talayótica, sin entrar en profundidad. Es una exposición no tanto pensada para arqueólogos o para admiradores de los talaiots, como para gente sin conocimientos previos sobre el tema. En este sentido, la exposición cumple muy bien la función de divulgar el fenómeno talayótico entre el público profano. Ahora bien, no es la gran exposición monográfica que se merecería la cultura talayótica y que esperemos que llegue con la proclamación de la arquitectura talayótica de Menorca como Patrimonio de la Humanidad.