El arte contemporáneo tiene pocos seguidores; generalmente, no gusta porque no se entiende. Pues bien, los comisarios Martina Millà y Patrick Ronse, han querido poner remedio a partir de la exposición Amics imaginaris en la Fundació Joan Miró. La muestra invita al público de todas las edades a conocer el arte más actual de una forma próxima y lúdica.

Imaginación al poder

La exposición se articula alrededor de nueve instalaciones de artistas de varios orígenes y generaciones. Todas permiten que el visitante forme parte de la obra y estimule su imaginación. Por ejemplo, Jeppe Hein (Copenhague, Dinamarca, 1974) ha colocado un banco nada convencional en el patio del olivo de la fundación: Banco social modificado para Venecia #04 (2019). Sus formas sinuosas fomentan la comunicación entre los usuarios, de manera que el espacio que ocupa se convierte en un lugar de actividad social. Otro caso muy diferente es la propuesta de Martin Creed (Wakefield, Reino Unido, 1968): ha llenado una habitación de globos hinchados para materializar el aire del espacio Obra nº. 1513: La mitad de aire en un espacio determinado (2013). Todo el mundo que quiera puede entrar; los hay que se lo pasan teta y los hay que sienten un poco de claustrofobia.

El arte contemporáneo tiene pocos seguidores porque no se entiende / Foto: Pep Herrero / Fundación Joan Miró

Ahora bien, las obras de la muestra van más allá de ser un juego para las familias que quieran pasar un rato agradable en la Fundació Miró. Todas ellas tienen un mensaje, normalmente de carácter reivindicativo. Meschac Gaba (Cotonú, Benín, 1961) desafía al espectador a resolver seis rompecabezas que forman las banderas oficiales de seis países africanos. Las banderas se enmarcan en una forma cuadrada, en lugar del habitual rectángulo. Este hecho, sumado a la configuración y desconfiguración constante que causa la interacción del público, alude a la complejidad de la democracia. Otro mensaje activista lo podemos leer en los vídeos que incorpora la instalación de Pipilotti Rist (Grabs, Suiza, 1962) La habitación (1994), que trata cuestiones de género e identidad desde una perspectiva feminista.

Dibujar, andar descalzo, resolver un rompecabezas... son acciones que parecen destinadas solo a niños, pero no es así. Esta exposición presenta múltiples capas y resta en manos del espectador decidir hasta dónde quiere profundizar. Desde la pura interacción con la obra hasta la reflexión que despierta cada instalación con su mensaje. Además, se puede complementar la visita con un libreto que incita a fluir la imaginación. También, el catálogo de la exposición es un cuento que permite hacer aflorar la imaginación más allá de la exposición.

Imaginar es poder / Foto: Pep Herrero / Fundación Joan Miró

Miró (1893 - 1983) fue un pintor del surrealismo, un movimiento que apostaba por la expresión del inconsciente como medio de cambio social. Por lo tanto, el papel de la imaginación en este planteamiento es primordial, como también pasa en Amics imaginaris. Acercar el arte a todas las edades significa conseguir que la obra deje marca y el visitante no salga indiferente de la exposición. Esta selección de instalaciones artísticas demuestra el poder de transmisión del arte y el poder de cambio de la imaginación, herramienta clave para conocerse uno mismo y entender nuestro entorno. La exposición se puede visitar hasta el 2 de julio y tiene una vasta programación de actividades que la complementan.