La obra El arte de la guerra de Sunzi —Sun Tzu en la transcripción antigua— está considerado como el primer tratado de estrategia militar. Fue escrito en algún momento del siglo V a.C. en una China recosida a base de guerras internas, unos conflictos que denotan la necesidad de producir un libro como este. En pleno siglo XXI no ha perdido su vigencia, convirtiéndose en una muestra de la cultura y filosofía china de hace dos milenios y medio y, al mismo tiempo, un compendio de consejos que, de hecho, puede funcionar en la actualidad como un libro de autoayuda mucho más lógico y centrado que cualquiera de los centenares que llenan según qué librerías.
De la mano de Publicacions de l'Abadía de Montserrat y en traducción al catalán de Séan Golden y Marisa Presas —actualizada de la versión que hicieron en el 2000—, llega L'art de la guerra de Sunzi, una nueva edición de un libro que los traductores definen como "un tratado de ciencia política y económica", además de un "compendio de estrategia militar". Por eso, en la extensa introducción, los autores-traductores recuerdan que mientras De la guerra de Carl von Clausewitz, "el tratado de estrategia militar occidental por excelencia" destaca principalmente "la previsión y el dominio de la logística", la obra de Sun Tzu enfatiza la "flexibilidad de respuesta a las circunstancias capaz de neutralizar las ventajas logísticas del enemigo".
Y el ejemplo clásico es la comparación entre dos juegos de estrategia clásicos, por una parte el ajedrez, donde cada pieza tiene una función determinada, y de la otra el weiqi oriental, quizás más conocido por su nombre japonés, go, donde el objetivo del juego no es matar al rey sino ocupar el máximo de territorio con una serie de piezas —blancas y negras— que tienen todas la misma función.
De hecho, en las diferencias filosóficas de los juegos radica en cierta manera la enseñanza del chino, y de su comprensión se entiende que dos militares orientales, el también chino Mao Zedong y el vietnamita Ho Chi Minh hicieran uso de él durante sus experiencias militares, coronadas con el éxito. También hay que destacar que L'art de la guerra "constituye la fuente de la filosofía económica japonesa".
De todo ello se extraen lecciones que no solo son válidas para hacer la guerra, sino también para desarrollarse en el mundo actual, tanta desde el punto de vista filosófico como en el práctico, con aplicaciones claras sobre la política, la economía o, simplemente, en el día a día.
Los trece capítulos
¿Pero en todo caso, qué explica El arte de la guerra en sus trece capítulos?
Básicamente, se trata de una serie de consejos prácticos que hace falta llevar a cabo en el campo de batalla, pero sobre todo en la fase previa, donde la preparación logística y la observación del terreno lo es todo. Sun Tzu, además, es lo suficientemente astuto como para admitir que en la guerra no hay ninguna nobleza sino únicamente la necesidad de conseguir unos objetivos: "Para hacer la guerra se tiene que seguir el camino del engaño. Por eso, cuando seáis capaces fingid incapacidad; cuando seáis activos fingid inactividad. Cuando estéis cerca haced creer que estáis lejos; cuando estéis lejos haced creer que estáis cerca. Ofreced cebos al enemigo: fingid desorden y golpeadlo. Cuando el enemigo esta presto disponeos a rehusar su ataque; cuando es más fuerte, evitadlo. Si el general adversario es colérico, irritadle; fingid humildad con el fin de estimular su soberbia. Cuando el enemigo descansa, cansadlo; cuando está unido, divididlo. Golpeadlo cuando esté desprevenido; actuad cuando no lo espere. Estas son las claves de la victoria del estratega".
Otras lecciones son más del terreno político que el militar: "Conseguir cien victorias en cien batallas no es el ideal supremo. El ideal supremo es vencer al enemigo sin batalla" advirtiendo que "la mejor política es desbaratar la estrategia del enemigo; la segunda es romper sus alianzas; la tercera es atacar a su ejército; la peor política de todas es asediar sus villas fortificadas".
La obra, que de hecho es bastante breve y por lo tanto sintética, sigue dando consejos, muchos de los cuales se pueden aplicar hoy en día en el ámbito social, político, económico y laboral. Al fin y al cabo, hacer la guerra, aunque sea en la pequeña escala cotidiana, no es muy diferente a muchas de las situaciones que nos podemos encontrar en el día a día.
Quizás es que Sunzi ya lo sabía.