Son las 11 de una mañana fría de finales de marzo o principios de abril. Hemos quedado en la plaça de la Vila de Gràcia. A esta hora una decena de abuelos practica baile en línea. Hoy les acompañan a un grupo de niños. Les siguen torpes, perdiendo el compás. La gente se detiene y los fotografía. Ciertamente, es una de aquellas estampas que te despierta ternura. "¡Respect!", me dice Artur Busquets. "¡Respect!" contesto pensando que la felicidad tiene que ser eso, llegar a los 80 pudiendo bailar en línea. Artur, que de su infinita colección de camisetas de grupos de música, hoy viste una de los icónicos Descendents, banda fundamental del hardcore melódico californiano (todo lo que llegaron a ser Green Day se lo deben a ellos) es el cantante y bajista de este entrañables terroristas sonoros nombrados Brega. También es uno de nuestros actores que actualmente cotiza más al alza. Un intérprete infalible, de registro (aunque escorado hacia la comedia) poliédrico y, ahora mismo, omnipresente, pudiéndolo disfrutar en el espectáculo El sopar dels idiotes y al culebrón de los mediodías de TV3 Com si fos ahir. Y en lista de espera, el estreno de la que muy probablemente será una de las películas catalanas del año. ¡Respect!

¡No sé cómo lo haces pero estás en todas partes!
¿Lo dices por|para el anuncio de la Voll-Damm?

No pero sí... ¿Por cierto, tienes cerveza gratis?
¡No! Ojalá. No lo negocié bien. Tendría que haber pactado cerveza gratis de por vida (risas).

Con cerveza o sin, estás en todas partes.
Ahora mismo estoy en el teatro con El sopar dels idiotes, con la que haré una gira bien guapa. Y en la tele con Com si fos ahir, la serie de los mediodías.

¿Y en cine?
Se tiene que estrenar una peli que rodé en otoño: 42 segundos.

La de la selección española de waterpolo de Barcelona 92'.
¡Esta!

Lo petaréis.
Tiene todo a favor para que sea un éxito. La historia la flipas. Todo el mundo la conoce pero no se saben todos los detalles. Además, pelis deportivas hechas aquí, no hay muchas.


Artur Busquets, un actor polifacético. Foto: Montse Giralt

Menos aún, que estén bien.
El guion me encanta. Esperemos que funcione.

¿Se puede saber ya qué papel interpretas en la peli?
Sí. Mi personaje se llama Joan. Un personaje, en este caso, que no está basado en ninguna persona real. Representa que es el ayudante del entrenador de aquella selección: Dragan Matutinovic. Es un poco su contrapeso. Dragan era uno figura muy severa, él, en cambio, juega el rol de persona que lleva muchos años en la selección y tiene una relación muy personal con los jugadores.

¿Cómo seleccionas los trabajos que haces?
Todavía no estoy en este estadio de poder escoger. Tengo una repre, Esther, que es la mejor. Es ella la que me busca los curros. A veces nos proponen castings, otros nos llegan propuestas directamente. Cuando pasa eso es un regalo.

¿Dices a todo que sí?
Casi a todo. No estoy en situación de rechazar nada porque no me llena. He de currar. Y todas los trabajos que vengan, bienvenidas serán.

Haciendo tantas cosas a la vez, tiene que ser un poco loco. ¿No te despiertas nunca preguntándote quién eres, si eres Edu de Com si fos ahir, Joan de 42 segudos o el Artur de la vida real?
Si el curro está bien hecho, no es difícil. Es concentración y gas. Con El sopar, por ejemplo, hemos currado mucho los ensayos previos. Ahora que la función ya está en marcha, sólo se trata de ir una hora antes y hacer nuestros rituales.

¿Rituales?
Cada uno tiene los suyos. Yo, por ejemplo, subo al escenario y caliento un poco. Corro y salto para despertar el cuerpo. Bueno, hago el gilipollas, básicamente. Y también necesito ducharme antes y después. No es muy sostenible, pero...

Pero es higiénico. Los compañeros lo deben agradecer.
Yo soy una persona limpia de por sí. Pero no lo hago por higiene, que también, lo hago porque me despierta. ¡Una ducha de agua fría y al escenario!

¿Eres actor de método?
No, pero siempre hay un proceso de construcción de personaje. Hay un trabajo de investigación e información, más si es un personaje basado en una figura real. Pero si hago a un personaje que es violento, no voy por la calle repartiendo hostias.


Artur Busquets es el protagonista del espectáculo El sopar dels idiotes. Foto: Montse Giralt

¿Cómo has acabado siendo actor?
De pequeño había hecho publi. Mi padre curraba en una agencia haciendo el arte: montando los escenarios, etc. Eso por una parte. También hice teatro en el cole. Era un notas, el pallasete, y siempre presentaba las obras. Mi hermana y yo, en realidad. De hecho, ella es muy buena actriz, mucho mejor que yo, pero la vida bohemía de la interpretación no le interesaba. Y tenía razón, porque nuestro mundo es complicado.

¿Qué hace ella, ahora?
Trabaja en el departamento de marketing de coches eléctricos de la Nissan. Ella estaba en el grupo de teatro de la Pompeu, una compañía muy potente. De hecho, Pep Antón Gómez, que es el director de El sopar dels idiotes fue profe suyo.

¿Me lo he currado? Sí. ¿Tienes que tener talento? También. Pero he tenido mucha suerte

¿Es complicada la vida del actor?
Mucho. Yo soy un privilegiado, porque tengo mucho curro. ¿Me lo he currado? Sí. ¿Tienes que tener talento? También. Pero he tenido mucha suerte. Tengo amigos que han currado mucho más que yo y tienen infinitamente más talento pero les ha faltado esta suerte.

¿Has tenido que hacer muchos sacrificios?
No. Hubo unos años que tuve que combinar la interpretación con el trabajo de monitor. Durante mucho tiempo hice de educador de ocio. Y cuando había un rodaje mi jefa, que era una jefaza, me dejaba cogerme unos días libres.

De pequeño hacías publi, dices. ¿Si te buscamos en Youtube encontraremos algún anuncio tuyo?
Creo que no porque yo ya lo busqué hace un tiempo. Claro, de muy pequeño hice el típico anuncio de pañales. También recuerdo uno con 10 u 11 años en que tocaba una guitarra de juguete. E hice a uno de la Estampida, la atracción de Port Aventrura. Aquel lo hicimos toda la familia: mi padre, mi madre, mi hermana y yo. Siempre hago la broma que mis padres eran pobres y les pagué la nevera, el lavaplatos y la lavadora.

¡Eres el Macaulay Culkin catalán!
¡Exacto! (risas). ¡Es broma, eh! Nunca nos forzaron a nada. Todo lo contrario. Siempre ente preguntaban si nos queríamos presentar a los castings. Y si queríamos, bien, y si no, no íbamos. Recuerdo niños que veías claramente que no querían estar allí y los padres erre que erre. Nosotros era todo lo contrario. Nosotros íbamos a los scouts y había días que no queríamos ir. Y está bien motivar en los crios a hacer cosas, pero no forzarlos.

Qué más hacías, aparte de teatro e ir a los scouts.
Dibujo. Siempre he querido dibujar. Iba a una escuela de Teià. No soy muy entendido, pero me mola mucho el mundo del cómic.

¿Es el plan B?
¡No! Aunque he hecho algunos trabajos para colegas del mundo de la música: carteles de conciertos, camisetas, portadas de discos. A los Anal Hard los había hecho un par de camisetas.

¡Los héroes del hardcore del Maresme!
Los mismos. Ahora han publicado disco y han hecho un videoclip en que salgo actuando. Es muy cachondo.

Todo cambió cuando participaste a Tres días con la familia del Mar Coll.
Fue una locura. Fue mi primer papel importante en el cine. Me llamaron para hacer el casting y pensaba que haría el papel de 'árbol 4' (risas). Después de pasar varias pruebas, la cosa estaba entre un actor profesional y yo. Querían un perfil muy concreto y yo en aquella época era un personaje. Estaba mucho más gordo y llevaba unas melenas que eran como una escarola. Bufff, lo que viví fue brutal. La peli ganó Gaudis, Goyas, fue a Málaga... Se convirtió en una referencia de cine de autor, y haber participado me abrió muchas puertas. Pero no fue entonces que decidí que me quería dedicar a eso.

Y cuándo fue.
Nos encontramos por casualidad un grupo de colegas e hicimos una peli que se llama Loser. Una especie de Supersalidos a la catalana. Toda esta peña: Jonah Hill, Seth Rogem Michael Cera, James Franco... son mis referentes.

La comedia es mi casa, pero de vez en cuando me gusta visitar otras casas

Un grupo ultra versatil, que te pueden hacer una cafrada como This Is the End para después hacerte un drama como True Story con unas interpretaciones de premio o dirigir una cinta de autor como MId90s.
Los actores de comedia son muy buenos con drama. De hecho, El sopar dels idiotes es una comedia muy clownesca, pero las cosas que nos pasan, nos pasan de verdad desde el personaje. Si no fuera así, nos quedaríamos en la superficie. Por eso los actores de comedia acostumbran a funcionar tan bien en el drama. Pero para mí, la comedia es mi casa. Si no ríes, la vida no tiene ningún sentido (risas). Sin embargo, de vez en cuando me gusta visitar otras casas.


Artur Busquets también es uno de los protagonistas de la serie Com si fos ahir. Foto: Montse Giralt

Cada proyecto, cada película, cada obra, cada serie... ¿es un reto?
No es una necesidad que sea un reto, pero me gusta tomármelo como tal. Si no, te apalancas.

Por aquello de no encasillarse.
Me da mucha rabia cuando acusan a los actores o las actrices de hacer siempre lo mismo. Es mentira. Tenemos muy poca empatía por el trabajo de los otros. Con todo, para que no pase eso, tiene que pasar eso de tomarse cada proyecto como un reto. Y si te vienen seguidos dos personajes que se parecen, no tirar de recurso e investigar otras cosas.

¿Ha habido alguna película, obra o serie en que no hayas disfrutado trabajando, que te hayas preguntado, qué hacías allí?
A veces me he sentido perdido, pero ha sido más por el mismo trabajo que por la gente con qué trabajaba o el proyecto en sí mismo. No entender qué me estaban pedido desde dirección y sentirme en pelotas. El trabajo del director o la directora es imprescindible. Encuentro que, con tanta producción como hay hoy día, hecho que para nosotros es una bendición porque significa que tenemos más trabajo, hay más realizadores que directores. Faltan directores de actores. Y cuando trabajas con uno, es una maravilla.

El teatro tiene mucho oficio. En el escenario se tiene que picar piedra

¿Qué directores o directoras te han marcado?
Donde más me ha pasado ha estado en el teatro. El teatro tiene mucho oficio. En el escenario se tiene que picar tomar. A cine y a series, hasta ahora, he hecho secundarios y eso me obliga a estar al servicio de la historia. Allí eres una pieza más en el engranaje. Pero con el teatro he aprendido mucho, desde mi primer papel profesional al espectáculo Paradise con Oriol Villa y Raquel Salvador como directores. Y de los compañeros también aprendes mucho, como ahora con El sopar con David (Olivares), un actor que ha pisado mucho escenario y que me está descubriendo infinidad de detalles del oficio.

¿No has dirigido, todavía, pero sí que has escrito un guion?
Hicimos una peli, El sitio de Otto, con unos colegas de la que escribimos el guion a cuatro manos. Pero no es lo mío, aunque fue una experìencia muy guay. Nos juntamos cuatro amigos que nos conocimos estudiando teatro: Iñaki Mur, Juliana Vilapuig, Oriol Puig y yo. Oriol había estudiado dramaturgia y guion en el ESCAC y un día nos propuso rodar alguna cosa todos juntos sumando en el equipo Agnès Piqué, directora de fotografía y su mejor amiga de la promoción. Disfruté de la aventura, pero porque era con los amigos, más que no para tener necesidad de escribir.


Este año también podremos ver a Artur Busquets en el cine con la película 42 segundos. Foto: Montse Giralt

¿Y tienes necesidad de dirigir?
Hoy por hoy, no. Y no creo que se me despierte en el futuro. Bien, ahora dirigiré un videoclip de mi grupo de hardocre punk, pero es más un entretenimiento que otra cosa. Sin embargo, no me veo dirigiendo. Me gusta mucho ser actor. Es mi canal de expresión.

Ser actor es un canal para explicar historias. Eso no quiere decir ser una marioneta. Los actores tienen que tener voz y aportar

¿Si llegara un extraterrestre y te preguntara qué hace un actor, qué le contestarías?
Ser actor es un canal para explicar historias. Eso no quiere decir ser una marioneta. Los actores tienen que tener voz y aportar. Bardem, Eduard Fernandez... Candela Peña en Maricon perdido... Los grandes actores no paran de explorar. A veces la cagan, pero siempre aportan su voz.

Decíamos al principio que estás en todas partes.
No me quejo. Estoy viviendo un momento profesional muy dulce. Y que dure. Y si no, ya haremos otra cosa.

¿La música?
La música siempre fue el plan A, pero nunca existió el plan (risas). Tampoco tengo plan B.

¿Ya te paran por la calle?
Poco. El otro día me pasó una cosa muy rara. Salía de casa hablando por teléfono. Era una conversación de trabajo. Era carnaval y se me acercó una chica que iba disfrazada de vampira. Me dijo: "Yo te conozco. Tú salas en la tele, ¿no?".

¿Le respondiste...?
Que a veces. Me siguió y me pidió hacernos una foto. Le respondí que claro, que nos la hacíamos. Pero la conversación era importante y no podía cortarla. Total, que en la foto debo salir hablando por teléfono.