Advertencia: este artículo contiene spoilers
Hace unas semanas os explicábamos qué es Shingeki no Kyokin, de Hajime Isayama, el anime de moda (y probablemente de la década) que está emitiendo su última temporada. Con miles de comentarios en red, despierta furor por todo el mundo y hay un denominador común en esta cuarta temporada que muchos seguidores identifican y señalan: las referencias al Holocausto.
Pongámonos en contexto. La trama gira en torno a una supuesta sociedad preindustrial que ha quedado encerrada en unos muros que protegen a la humanidad de los titanes, unos gigantes devora-humanos. Se sigue la vida de tres adolescentes, Eran, Mikasa y Armin, que se unen a un cuerpo militar para luchar contra estos monstruos y descubrir qué se esconde tras de ellos.
Durante la tercera temporada se revela el origen de los titanes y las personas que viven intramuros: son personas que pertenecen al pueblo de Eldia, una nación histórica descendente de Ymir Fritz, la primera titán. La historia explica que Ymir dividió sus poderes en nueve titanes diferentes, que son los cambiantes, y el pueblo eldiano heredó la capacidad de adquirir estos poderes. Por lo tanto, los eldianos son los únicos que pueden convertirse en titanes; o dicho de otra forma, tras todos los titanes hay eldianos.
El anime explica que la nación de Eldia sometió a muchas otras naciones del mundo centenares de años atrás, como la nación que se nos presenta enemiga: Marley. El 145.º rey de Eldia, avergonzado por lo que había hecho su pueblo a lo largo de tantos años, orquestó una guerra civil para destruir el imperio y llevar la mayor parte de la población eldiana a la isla Paradis, donde vivirían alrededor de las grandes murallas. Así, Marley se quedó con los poderes de los nueve titanes.
¿Y dónde tienen cabida aquí las comparaciones con el Holocausto? No toda la población eldiana vive en Paradis, sino que en Marley también vive una comunidad, y lo importante es cómo viven allí.
Como una especie de castigo por los crímenes cometidos por sus antepasados, los eldianos en Marley están obligados a vivir en guetos y a llevar en su brazo derecho un emblema que los identifica: una estrella blanca con nueve picos, que en algunos casos es amarilla. Las comparaciones con las insignias amarillas con la estrella de David que estaban obligados a llevar los judíos en Alemania, en la Francia de Vichy y otros lugares de Europa bajo la ocupación nazi no han tardado a aparecer. Así, los eldianos son considerados "monstruos", "demonios" o "el enemigo". Viven en zonas de internamiento de las que no pueden salir sin permiso, y se los utiliza como carne de cañón para las guerras y por los poderes de titán como arma militar.
Lo que genera más discusión entre los seguidores del anime, sin embargo, es si estas referencias responden a una inspiración fruto de la memoria histórica, lo son con mensaje de enaltecimiento militar o son un elemento puramente estético. Lo que sí que sabemos es que la inspiración con respecto a la historia del pueblo de Eldia y su fundadora, Ymir, viene de la mitología escandinava: Ymir es el nombre del creador de la raza de los gigantes (jötun) y a partir de quien se forja el cosmos.
Volviendo al debate, se explica que en el 2010 el creador del anime, a través de un blog personal, afirmó que uno de los personajes de la serie estaba inspirado en el líder militar japonés Akiyama Yoshifuru, Dote Mees. Yoshifuru formaba parte del Ejército Imperial japonés durante la primera guerra sino-japonesa, y se le asocia y hace responsable de atrocidades contra China y Korea durante el ocupación japonesa. Esto, junto con el análisis de que la serie hace un enaltecimiento de los cuerpos militares y de la guerra, conforma una de las corrientes de opinión.
Por otro lado, están los que afirman que el tratamiento es justo lo contrario y pasa por la denuncia de aquellos grandes imperios que basan discursos y formas de opresión en otras naciones o razas para su supervivencia. A través de los relatos de varios personajes, se denuncian las atrocidades de Marley y la educación antieldiana, como la manipulación histórica con finalidades políticas que han recibido sus habitantes.
Al final, pero, puede que solamente estemos ante un componente estético en medio de una narración compleja que aborda miles de cuestiones políticas, filosóficas y morales.
Sea como sea, el anime sigue sacando capítulos cada semana, aquí a través de Selecta Visión, una productora catalana. Ya se anunció que su final será a la vez que el del manga, para que tanto lectores como espectadores lo vean a la vez. Quedará por ver cómo acaba y valorarlo con todas las cartas sobre la mesa.