Au Rora tiene solamente 24 años. Y a pesar de su juventud, ya ha estado presente en un buen número de proyectos. La mayoría acompañada y con perfiles muy distintos. Ahora esta artista nacida en Terrassa, pero afincada en Barcelona, busca su lugar y su momento en la escena musical catalana. Formada en el Taller de Músics, su espectro es amplio: en sus canciones hay jazz, hay pop, hay R&B, hay sonidos urbanos. En 2023 grabó su primer EP, Naïve, y su último lanzamiento ha sido el single How long are we supossed to wait. Entre medio, la canción en catalán No hi ha temps. Por tanto, esta es una buena oportunidad para hablar con ella. Nos encontramos en la Plaça d'Osca, en Barcelona. En la cafetería en la que entramos suena Amy Winehouse (después, fruto del algoritmo, cayeron canciones de Janis Joplin o Edith Piaf). Casualidades de la vida, ella estuvo en un proyecto en que cantaba canciones de la de Camden. You know she's good.
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¿Cómo surge lo de Amy?
Esto fue del 2016 al 2018. Tuve como una especie de tributo acústico de Amy junto a dos amigos. Fue corto, pero hicimos bastantes conciertos. Fue un proyecto fruto de la amistad.
Pero, ¿ya te gustaba de antes?
Sí, pero sobre todo a mi madre. Nos ponía los discos en casa y la acabé cantando mucho. Para mí fue ese paso entre el pop y el jazz, que en realidad Amy es eso: le gustaban mucho los standards, pero cuando yo la escuchaba, no tenía claro que muchas de esas canciones lo fueran. Los hace muy suyos y no parecen ni jazz. Para mí fue un comienzo: empezar a escuchar armonías más difíciles. Y sí, me gustó.
Es sorprendente la cantidad de proyectos en los que has estado involucrada siendo tan joven.
Siempre hay un grupo de gente que están acostumbrados a hacer cosas juntos, y a mí eso no me sucede. Tengo a los compañeros de jazz de la escuela de música, pero quizá a mí, en un festival puramente de jazz, no me puedes programar. Está bien tener variedad y ser versátil, pero eso crea dudas entre el público.
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Está bien tener variedad y ser versátil, pero eso crea dudas entre el público
También es verdad que ahora, las etiquetas o las escenas, no son tan marcadas.
Lo comparto al 100%. A mí, por ejemplo, la música que más me ha marcado es la que he escuchado en casa. Todos esos discos que me ponía en bucle. Más que lo que pueda escuchar ahora. Es posible que, por ejemplo, todo lo que estoy recogiendo de mis estudios con el jazz, llegue dentro de dos o tres años… Igual sorprende, pero cuando estoy en casa no escucho mucha música. Necesito descansos, aislarme un poco. Estudiando esto, forma parte del trabajo y también de las aficiones.
El silencio, de alguna manera, también es compañía.
Y a veces, gracias a esta calma, me vienen ideas de lo que he hecho o estudiado la semana anterior. Si fuese música todo el rato, seguro que me saturaría.
En ese sentido, también creo que la industria musical ha cambiado mucho, antes estaba todo muy pautado. Disco y gira, y después volver a componer y preparar disco y de nuevo hacer conciertos. Y ahora no hay un sistema muy definido.
Ahora todo es mucho más rápido, se vive con mucha presión, se evapora todo muy rápido. Y no debería ser así. Naïve, que se publicó en el verano de 2023, es ahora cuando siento que ya tiene forma, que todo está redondo. Va todo superbién, pero, por el contrario, ya hay que pensar en el siguiente paso. Ahora hay mucha gente que hace música desde un ordenador, pero si utilizas métodos más tradicionales y orgánicos con instrumentos, necesitas meses para construir las canciones.
Es como las redes sociales, cuánto tiempo dedicamos y cómo deberíamos usarlas.
Yo creo que las redes deben ser una pincelada de lo que tú haces. Pero claro, debes estar, debes tener un perfil, si no parece que no existes y no te pueden colocar. A mí no me importa estar ahí.
Y la estética, también es importante lo que proyectas. Me hizo gracia una foto de tu Instagram en que salías con el Bicing.
(Ríe) Sí, esto fue para promocionar el ciclo Sons de Ciutat, un proyecto con el Ayuntamiento de Barcelona, en el que tocabas en barrios menos típicos donde actuar, como Nou Barris. Hice una recopilación de fotografías analógicas de Barcelona con el transporte y estaba esta. Era darle un twist y pasarlo bien.
Es que si no perdemos la frescura y esa naturalidad.
Es lo mismo que decíamos antes con la música, todo es muy cambiante. Por eso, en mi caso, en Barcelona solo he querido vivir en el piso en el que estoy, conocer las caras de mi barrio, y asimismo romper con la imagen que algunos tienen de los jóvenes, la de estar aislados todo el día.
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Ahora hay mucha gente que hace música desde un ordenador, pero si utilizas métodos más tradicionales y orgánicos con instrumentos, necesitas meses para construir las canciones
Y más aún, si sois artistas. Os miran con más recelo.
(Ríe) ¡Cierto!
Y lo de cantar en inglés, ¿es porque te sientes más cómoda?
Sí, es lo que hablábamos antes de la música que escuchas en casa. Mi infancia, adolescencia y juventud, todo lo que escuchaba era en inglés. Fue el año pasado, cuando intenté escuchar a los de aquí, a los de Barcelona. Yo escuchaba a los Beatles, nada en catalán o en castellano. Hasta que el verano pasado saqué una canción en catalán con la necesidad de romper el hielo con todo eso. Y ahora ya estoy escribiendo en catalán.
¿Y cómo te sientes?
No sé, lo escucho diferente. Pero ya me acostumbraré. Es familiarizarte con la lengua, para mí esta era la de hablar con la gente, no la dedicada al arte.
Y en un futuro, ¿te imaginas haciendo algo puramente jazzy?
No lo creo, para mí es como un ingrediente, y también funciona como formación. Es tener más herramientas de composición. Más armonías y colores, y no los cuatro acordes de siempre que ya ha escuchado todo el mundo. Ver hasta dónde puedo llegar armónicamente dentro de una canción que sea pop y que el público no piense que está sonando muy raro. Que te digan: "Es muy chula esta canción pop". Y tú por dentro piensas: "Pues te has tragado unos cambios armónicos…". ¡Esa sería mi idea!
Y el disco nuevo que estás preparando, ¿en qué punto está?
Ya tengo tres o cuatro canciones grabadas y sí, creo que va a sonar diferente. Tirará más hacia el último single que he hecho en catalán, que se titula No hi ha temps. Me estoy dejando llevar, esto es más colaborativo y más fresco. El hilo común ahora mismo es el idioma, que es el catalán.
Este viernes actúas en L'Auditori.
Lo he planteado como algo más especial. Últimamente, he tocado más en la calle, con lo de Sons de Ciutat, y hacerlo en un auditori apetece mucho. Es una bonita oportunidad. Normalmente, voy con un cuarteto. Aquí añadiremos guitarra y saxo. Esto solo lo hice en el concierto de presentación del EP y ahora es como cerrar esta primera etapa. Será algo como muy exclusivo.