Barcelona es una de las ciudades más visitadas del mundo. Ahora también podrá ser recorrida a través de los juegos de mesa; desde cualquier parte del mundo se podrá jugar con el modernismo, la CNT, la especulación inmobiliaria en el Eixample... Barcelona, a finales del siglo XIX y principios del XX, era una ciudad marcada por el crecimiento urbanístico, pero también por una alta conflictividad social. El juego de mesa Barcelona. La Rosa de Fuego, que presenta ahora Devir, nos transporta a estos años y propone un desafío: construir el Eixample sin hacer estallar una revuelta social. Dos creadores italianos, Marco Maggi y Francesco Nepitello, autores de La guerra del anillo, han elaborado este juego, pensado para de 2 a 4 jugadores, a partir de los 10 años (está diseñado para un público familiar). El diseño y las ilustraciones son obra de Jordi Roca y David Parcerisa, y se inspiran en el modernismo. Las partidas duran de 70 a 90 minutos y en ellas no hay intervención de los dados, de tal forma que el azar tiene un papel secundario.
Dar a conocer la historia de Barcelona
La voluntad de este juego es plantear las claves históricas del crecimiento de la ciudad, después de que derribara las murallas y fuera incorporando los municipios de los alrededores. "Intentamos hacer un juego que reflejara, por una parte la potencia de Barcelona construyéndose, después de que cayeran las murallas, y el tema de la revolución", explica Joaquim Dorca, director de Devir Iberia. El tablero de Barcelona, la Rosa de Fuego tiene, obviamente, la forma de la capital catalana. Y los fundamentos de este juego se inspiran en las bases de la explosiva historia de la ciudad de Barcelona: un Raval revolucionario, un Eixample burgués, un Montjuïc lleno de militares encargados de controlar la ciudad, una zona de barricadas... La clave de este juego es conseguir fortuna y prestigio, pero sin incrementar la conflictividad social, que podría llevar a una revolución.