Si habéis estado conectados a internet en algún momento desde 2023, seguramente —y casi inevitablemente— os habéis topado con la huella digital de la rapera Bb trickz. Ya sea por sus cortes de canciones virales en TikTok, por fragmentos de pódcast en los que no tiene muy claro si proclamar ¡VIVA ESPAÑA! es de derechas o de izquierdas, o en entrevistas donde aparece con fajos de billetes de veinte euros demasiado arrugados como para considerarlo un auténtico acto de opulencia, ahí está. También es posible que hayáis oído todo tipo de neoleyendas sobre su figura: que es una nepo baby, una industry plant, que rechazó un contrato de dos millones de euros con uno de los sellos más importantes de España, que Bad Gyal le gritó en una fiesta por ir demasiado de chula en sus canciones, que Rosalía y C. Tangana eran fans desde el primer día o que todavía cobra royalties de unas fotos en las que aparece en un workbook. Podríamos seguir así un buen rato, pero la única certeza que tenemos es que cada vez que Belize Nicolau Kazi, BB Trickz, hace un movimiento, atrapa todas las miradas.
La única certeza que tenemos es que cada vez que Belice Nicolau Kazi, Bb trickz, hace un movimiento, atrapa todas las miradas
Ahora, tras dos años de carrera, este pasado martes 8 de abril lanzó su primer disco: 80’z. Debutar un martes es un gesto bastante sintomático de su trayectoria: ha jugado sin seguir las normas, y de momento, parece que va ganando. Aunque el disco ha sido recibido con cierta notoriedad, nada se compara con sus inicios. Así que, para entender quién es esta rapera que ha revolucionado las redes, y por qué hay cierto valor en este debut, hay que dar un paso atrás y empezar desde el principio.
¿Quién quiere la verdad pudiendo tener una gran historia viral?
Bb trickz, la Truquitos, entendió desde el principio el juego de las plataformas. Si quieres darte a conocer, tienes que preparar tu entrada, dejar a la gente con ganas de más y ofrecer algo fresco y genuino que no parezca la enésima copia de una copia. Por eso, en la primavera de 2023 subió un fragmento de Bambi. Sobre una base acelerada con cadencia drill de Ice Ice Baby de Vanilla Ice, su voz se burlaba con tono aniñado de un novio que vagamente debía creerse rapero. TikTok enloqueció; se convirtió en una tendencia imparable. ¿Quién era esa chica con un rapeo relajado, actitud juguetona y lengua viperina? Ninguna respuesta hasta que el 14 de abril de ese mismo año lanzó Missionsuicida. Un éxito sin precedentes en cuanto a cifras online. Todo el mundo la compartía, todo el mundo quería tener una opinión.

Un soplo de aire fresco con trampa. Su primera canción oficial sampleaba la intro de la serie Ley y Orden y se autoproclamaba como “la más mala de España”. Vestida de colegiala a los 23 años, no podía parar de escupir las barras más adictivas de los últimos tiempos y se posicionaba como alguien con un pasado no demasiado fácil. Viral hasta la médula. ¿Podría ser que estuviéramos ante el éxito repentino de una artista independiente? La verdad es que sus medios decían todo lo contrario. La canción fue lanzada desde Virgin Records, una vertical dentro de Universal, una de las tres discográficas más importantes del mundo, y el videoclip estaba firmado por BELLEDENUIT STUDIO, que trabaja para artistas como Amaia, Bad Gyal o Lola Indigo. Además, se descubrió que su padre era DJ y productor catalán y que ella había hecho apariciones como reportera infantil en el Primavera Sound. El juego de pistas había comenzado. Esta doble cara hizo que se hablara aún más de ella. Todo el mundo quería saber la verdad. Pero seamos sinceros: ¿quién quiere la verdad pudiendo tener una gran historia viral?
Ese amor-odio no paraba de hacer crecer a sus seguidores, y su actitud descarada, imperturbable, la hacía todavía más adictiva
Con una actitud desvergonzada y unas letras cargadas de humor que no podías sacarte de la cabeza, su presencia en redes era cada vez mayor. En poco tiempo lanzó su primera mixtape. Entre semana, sin muchos preámbulos, Trickstar apareció en nuestras plataformas. Un soft drill con barras afiladas, donde destaca el papel de los productores. Nadie rapeaba como Bb trickz en el panorama nacional, pero las comparaciones con la nueva estrella del rap estadounidense Ice Spice iban y venían. Eso no le impidió firmar con Sony, con un contrato que se estimó en un millón de euros, y que la llevó a lanzar ese mismo año un segundo mixtape, Sadtrickz. Este EP, mucho más oscuro —con homenaje a Lil Peep incluido—, pero igual de agudo que el anterior, relataba, entre otras cosas, parte de un proyecto fallido con una girlband urbana, experiencia que posteriormente alimentaría su narrativa.
¿Estrategia de marketing o efecto mariposa?
Llegado 2024, todo parecía apuntar a que sería su año. Iba a comerse los escenarios. Debutó en el Rolling Loud, uno de los festivales de hip-hop más importantes del mundo, pero en los vídeos se la veía insegura, con un público que no sabía ni siquiera qué estaba viendo. ¿El problema? Nunca antes había hecho conciertos. Se había saltado todo el circuito de salas, el saber llevar a un público y reaccionar ante él. Por eso, cuando fue anunciada en Coachella, las acusaciones de que había comprado su hueco en el cartel se dispararon. Ese amor-odio no paraba de hacer crecer a sus seguidores, y su actitud descarada, imperturbable, la hacía todavía más adictiva. No solo llamó la atención de fans y detractores, sino también de varios artistas. El año de las colaboraciones: desde el joven mexicano Kevin AMF (con solo 17 años), pasando por Omar Montes o Rusowsky, hasta aparecer en el disco de remezclas del año —el Brat de Charli XCX— o en la profetizada colaboración con Ice Spice. Pero la carrera de Trickz parecía no tener una dirección clara. Un par de showcases con marcas, una aparición desastrosa en la Boiler del Primavera Sound y una repentina desaparición del cartel del FSTVL B. Todo seguido de mensajes contra la industria desde su perfil personal. Cerró el año publicando I Wonder, un tema que mezclaba elementos de dembow, bossa nova y el estilo más mumble del cloud rap, creando una de las propuestas más interesantes de su carrera. Y, justo después, anunció que se retiraba. Habría habido una gran dignidad y una elevación de su leyenda fugaz si hubiese sido cierto. Pero su faceta más celebrity siguió activa. Muchas pasarelas, muchos viajes, mucho contenido online. Justamente en un vídeo de YouTube explicó que era su propio sello el que no le dejaba sacar la música que le gustaba. Sus fans enloquecieron y, a la semana, cayó del cielo el primer tema de su debut.
En una tensión constante entre un producto pop pensado para triunfar y una voluntad experimental, los escasos once minutos y medio que dura el disco parecen no tener del todo clara su identidad sonora
¿Estrategia de marketing o efecto mariposa? Sea como sea, hace un par de semanas Not a Pretty Girl nos dio la versión más pop de Bb trickz. Siguiendo con su idea de egotrips autorreferenciales, sampleaba el éxito viral Pretty Girl de Clairo, que lo compartió emocionada en su perfil. Parecía que los trucos habían funcionado y estaba en plena forma cuando, con un bubble beat de sintetizadores, llegó Super, que se hizo viral en TikTok en un abrir y cerrar de ojos. Pero cuando se reveló el disco, no acababa de sostenerse. En una tensión constante entre un producto pop pensado para triunfar y una voluntad experimental, los escasos once minutos y medio que dura el disco parecen no tener del todo clara su identidad sonora. Destaca su trabajo en la producción vocal dentro de Pepa y Back in the 80’s, pero la frescura con la que nos atrapó parece ir perdiendo fuerza. ¿Una fórmula desgastada por falta de profundidad o tal vez una sobresaturación del personaje? Aun así, los sencillos siguen siendo adictivos y certeros; los snips —o fragmentos que se usan como adelanto online— funcionan a la perfección, como si trabajara para los momentos virales, pero a la hora de crear un proyecto más largo y consistente, no encontrara unos cimientos firmes desde donde articularlo. Con un disco tan breve y un sonido que no acaba de definirse del todo, quizás estemos ante un antidebut en un sentido positivo. Eso debería hacernos preguntar si el formato disco, LP, tal como lo conocemos, debería seguir siendo el barómetro con el que juzgamos a un artista. Al menos, los trucos, la fórmula o las estrategias de marketing que ha utilizado BB Trickz la han llevado a ser una de las artistas nacionales con el sonido más fresco —y alejado de la radiofórmula y el pop mainstream— más conocidas dentro y fuera de nuestras fronteras. Ahora, con las cartas sobre la mesa, habrá que esperar para ver cuál es su siguiente paso. Si, más allá de la persona de internet, podrá defender su música sobre los escenarios, o acabará siendo enterrada por las próximas novedades dentro del infinito scroll que es internet.