El primero 23 de abril de plena normalidad después de la pandemia no ha sido del todo normal. Las lluvias y la granizada han condicionado las paradas de libros y rosas de Barcelona – y de muchos otros puntos de Catalunya- pero, afortunadamente, las ventas han continuado adelante. Y a estas alturas ya se sabe cuáles son los libros más vendidos de este Sant Jordi 2022: Benvolguda, de Empar Moliner, y La vall de la llum, de Toni Cruanyes, han liderado la jornada como los más vendidos en ficción y no ficción, respectivamente, en catalán. En lengua castellana, los preferidos de los lectores han sido Roma soy yo, de Santiago Posteguillo, y Por si las voces vuelven, de Ángel Martín.
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Un Sant Jordi pasado por agua
La jornada ha empezado sin problemas hasta que ha caído una fuerte granizada que ha obligado muchas paradas a cubrir sus respectivos sitios de venta con plásticos y prepararse por el fuerte temporal, que ha causado destrozos y algunos heridos de poca gravedad en Barcelona. Pero el día se ha ido estabilizando, dando un poco de tregua tanto a libreros como a floristas y usuarios. Las firmas de autores y autoras tampoco se han detenido, haciendo que el Sant Jordi de este año volviera a parecerse a aquellas jornadas masivas de celebración que no se veían desde antes de la pandemia.
El Gremio de Libreros ha asegurado que cierra "un buen Sant Jordi" y asegura que, a buen seguro, se han alcanzado cifras prepandemia y se llegará al nivel del 2019. La presidenta del gremio en Girona, Carme Ferrer, ha subrayado que "en toda Catalunya" las librerías se han llenado durante toda la jornada. Y que las calles, cuando ha hecho buen tiempo, también han sido un hormiguero. "Las librerías se han llenado, y eso ha sido así por toda Catalunya, si bien en función de sí ha llovido más o menos, la gente ha ido a las paradas", ha insistido. Y este sábado se ha sumado también una semana -y sobre todo, ayer- en que mucha gente se ha adelantado y ha ido a escoger los títulos que quería para esta Diada.
"Estamos contentos porque vemos que este ha sido un Sant Jordi prepandemia", subraya a Ferrer. Ahora bien, el Gremio de Libreros tampoco esconde que la lluvia ha dejado un regusto agridulce. Sobre todo en Barcelona, donde las tormentas han estropeado algunas de las paradas y han obligado a sus responsables a recoger antes de tiempo, porque se les habían mojado los libros. En Girona, por el contrario, las librerías no han tenido que mirar hacia el cielo, porque la Diada se ha celebrado a cobijo dentro del Palau de Fires. "Aquí no hemos tenido ningún problema", dice Carme Ferrer, que es propietaria de la Librería Empúries en la ciudad. "Pero en Barcelona, ha habido momentos en que la granizada y el fuerte viento han hecho daño a las paradas; por eso, ahora por la noche tendremos que valorar de qué manera ha afectado", concluye.