Bette Howland fue una escritora y crítica literaria de Chicago. Hasta aquí nada sorprendente. En la ciudad norteamericana deben haber vivido a lo largo de los años centenares, si no miles de escritoras y críticas literarias. La excepcionalidad es que Howland tenía en su prosa la genialidad de aquellas personas con la capacidad de compungirte corazón, alma y estómago a través de unas palabras siempre encurtidas en una cruda ironía. Una narradora genial que fue olvidada, pero que todo el mundo tendría que recordar. Y, evidentemente, leer.

Y después el silencio

La vida de Bette Howland, nacida el año 1937 en una ciudad de Chicago que, aunque abandonó en 1975, ejerció de telón de fondo de casi toda su producción literaria; estuvo marcada por la pobreza y por una genialidad fuera del común. Y no siempre es fácil convivir con uno mismo cuando se es un genio. Hija de una familia de clase trabajadora, solo tenía 15 años cuando ingresó en la Universidad de Chicago. Solo tenía 19 cuando se casó con el biólogo Howard Howland. Tuvieron dos hijos y se separaron. En aquella época ella trabajaba en una librería y hacía de editora del editorial de la universidad de su ciudad. Fue así como entró en contacto con el escritor Saul Below, con quien mantuvo una larga relación epistolar y una más breve relación sentimental.

Módulo 3 es un libro del cual dijo que le había salvado la vida donde, en vez de explorar su propia crisis, captura con una mirada por sorpresa el pulso de la vida en el pabellón

Bette Howland tenía 31 años y era una escritora excepcional, pero su vida quedaba recluida a criar sola a sus dos hijos pequeños en un Chicago que entonces, como casi todas las grandes urbes americanas, era hostil y helada. Una tarde, la desesperación pudo con ella: se tragó un tarro de somníferos. "Quería dejar atrás toda mi historia personal —la oscuridad y el secretismo, los agravios privados, las penas y vanidades lamidas—, sacudírmela de encima como la tapa de una cloaca". Tres días después, se despertó en el psiquiátrico en que pasaría un año. 365 días que narraría a Mòdul 3, un libro del cual dijo que le había salvado la vida, en el que en vez de explorar su propia crisis, captura con una mirada por sorpresa el pulso de la vida en el pabellón. Un retrato extraordinario de la comunidad que la acompañó, de los hábitos, las obsesiones, la comicidad.

Publicado originalmente el 1974, en septiembre del 2022 fue editado en catalán -con traducción de Alba Dedeu- por La Segona Perifèria. En 1978, Howland ampliaría su bibliografía con la recopilación de relatos Blue in Chicago. En 1983, Things to Come and Go. Ya no vuelve a publicar hasta 1999, año en que aparece la novela Calm Sea and Prosperous Voyage. Después, el silencio. Murió el 13 de diciembre de 2007 en Tulsa, en casa de su hijo, el reconocido filósofo Jacob Howland. Era una escritora olvidada hasta que Brigid Hughes la recordó.

marco en calma
Mar en calma i viatge feliç de Bette Howland, publicado por La Segona Perifèria

Cruda, irónica y sin indulgencias

Brigid Hughes es una editora de Nueva York. El año 1995 entró como becaria en la icónica revista literaria Paris Review. Menos de una década después, en el 2003, ya era su editora, tarea en que sustituyó a una figura de resonancias casi mitológicas como George Plimpton. Un año más tarde, abandonó su tarea en desacuerdo con la dirección del medio. Tres años después fundaría su propia revista, A Public Space, cabecera|membrete en que han querido colaborar escritores de la dimensión de Haruki Murakami, Jesmyn Ward, Charles D'Ambrosio, Rick Moody, Santiago Roncagliolo o Jonathan Lethem.

Una de aquellas tarde que Hughes decidía pasar las horas rondando librerías de segunda mano, Hughes descubrió un ejemplar de Módulo 3. Era 2015 y hacía años que la novela autobiográfica de Bette Howland estaba descatalogada. La editora decidió, entonces, restituir la obra de Howland al canon literario americano, fundando, expresamente para la ocasión, el editorial A Public Space Books. La primera obra publicada para Public Space fue Mar en calma i viatge feliç, una obra que ahora podemos disfrutar en catalán, nuevamente gracias al trabajo de La Segona Perifèria, de nuevo con traducción de Alba Dedeu. Una recopilación de relatos y dos nouvelles que mezclan géneros literarios, combinando realidad y ficción. Los viejos, los pobres, los enfermos y los marginados, aquellos atrapados entre las contradicciones —entre la tradición religiosa y la modernidad laica, entre la lealtad familiar y los deseos individuales, entre los reproches de la generación anterior y las expectativas de la siguiente—, los maleducados y los virtuosos, los enamorados y los sufridores... Todos ellos forman parte de su universo.

Howland escribe sobre la cotidianidad de los que viven en la miseria —personal y social, propia e impuesta—. Y lo hace de una manera cruda, irónica y sin indulgencias

Howland escribe sobre la cotidianidad de los que viven en la miseria —personal y social, propia e impuesta—. Y lo hace de una manera cruda, irónica y sin indulgencias. Observadora incisiva de las normas sociales, la Howland de Mar en calma i viatge feliç desenmascara, con elegancia y humor, las costuras que sujetan la vida americana de mediados del siglo XX, hablándonos de la pobreza que solo se puede encontrar en un país y una ciudad que se despreocupan de los menos afortunados. También pone especial atención en la disolución gradual de los preceptos judíos en cada nueva generación y el espacio infranqueable entre quienes decimos ser y lo que realmente somos. No la olvidéis.