Las tres Biblias hebreas más antiguas que han llegado a la actualidad son de antes de la invención de la imprenta, y por lo tanto son copias manuales de copias y de otras copias. Las tres que se han conservado son de los alrededores del siglo X y por lo tanto tienen unos 1.000 años. Son importantes porque contienen todos los libros de la Biblia hebrea, es decir la Torá (los grandes libros del Pentateuco), los Neviïm (los libros de profetas) y los Quetuvim (los escritos). Es lo que el cristianismo llama Antiguo Testamento. La Biblia hebrea en hebreo se llama precisamente Tanaj, las iniciales de Torá, Neviïm y Quetuvim.
En realidad se han conservado textos mucho más antiguos que estas tres Biblias, pero, a diferencia de estas, solo son partes fragmentarias. Este es el caso del libro de Isaías, el gran descubrimiento de las cuevas del Qumran, que data del 150-100 antes de Cristo, y que se conserva completo en rollo con algunas partes estropeadas. Es por lo tanto 1.000 años anterior a las Biblias de las que hablaremos. Las tres Biblias hebreas históricas que han llegado a la actualidad son las siguientes:
Códice de Sassoon
Se calcula que el Codice Sassoon fue escrito hacia el año 900 por un escriba judío en Egipto o en el Oriente Próximo, según las pruebas de carbono. Ahora se está exponiendo durante una semana en Tel Aviv antes de salir a subasta el próximo mes de mayo en Nueva York, donde podría ser vendido por 50 millones de dólares. Al libro solo le faltan 12 páginas. Desapareció durante más de 500 años después de la destrucción de la sinagoga de Makisin (hoy Markada, en el nordeste de Siria) y no se volvió a encontrar hasta 1929. El nombre del códice viene de David Solomon Sassoon (1880-1942), judío de Bagdad con pasaporte británico, que es quien lo adquirió. El Codex contiene el sistema de puntuación masorético, el niqud, que los biblistas judíos incorporaron en la Edad Media para ayudar a leer el hebreo, y también comentarios.
Códice de Alep
El Códice de Alepo, que se escribió hacia el año 930, se considera el texto masorético más autorizado. Pero sufrió los daños de un incendio que sufrió la ciudad siria de Alepo el año 1947, y eso hace que solo 295 de las 487 páginas originales hayan sobrevivido. Hasta la datación del Códice Sassoon era el documento más antiguo. Los estudios modernos demuestran, y también la tradición rabínica, que es de una gran calidad, con la representación más exacta de los principios masoréticos, que también se pueden encontrar en todo el manuscrito, y contienen poquísimos errores entre los millones de detalles ortográficos que componen el texto.
Códice de Leningrado
El Códice de Leningrado, que se calcula que es del año 1008, es el único de los tres que contiene integralmente toda la Biblia hebrea, el Tanaj. Ha servido como texto básico para las traducciones modernas de la Biblia y se encuentra en la famosa biblioteca pública de San Petersburgo (Rusia). Se ha reproducido textualmente en la Biblia Hebraica de Rudolf Kittel (1937) y en la Biblia Hebraica Stuttgartensia (1977), que se puede adquirir con facilidad. El códice sirve también como fuente para que los eruditos trabajen para recuperar detalles de las partes que faltan del Códice de Alepo. También incluye las puntuaciones del niqud, y anotaciones masoréticas en los márgenes. Contiene un manuscrito del 916.