La rama borbónica napolitana tuvo una relación muy estrecha con el fenómeno de la Camorra. Durante un siglo (1759-1860), formaron una sociedad compacta con unos intereses comunes. Los Borbones habían cedido a la Camorra el control de la sociedad y de la economía de Nápoles y, a cambio, los mafiosos eliminaban físicamente a los disidentes del régimen borbónico. Durante ese siglo, los líderes de la Camorra fueron personajes habituales en la corte borbónica de Nápoles e, incluso, en algunos casos coprotagonizaron monumentales escándalos con personajes de la familia real.