Archipiélago de San Pedro y Miquelón (territorio colonial francés en el Atlántico norte), 24 de diciembre de 1941. Hacía casi dos años y medio que había estallado la Segunda Guerra Mundial (septiembre, 1939) y quince meses que Alemania había ocupado Francia (junio, 1940). El gobierno de la Francia Libre (los que no habían aceptado la claudicación humillante del mariscal Pétain, ni la constitución del gobierno títere de Vichy) había huido a las colonias y desde allí había empezado la tarea de reconquista. En este contexto, se produciría el desembarque del almirante Muselier, quien, siguiendo órdenes del general De Gaulle y dirigiendo una pequeña escuadra naval formada por un submarino y tres fragatas, tomaría posesión del archipiélago.

Mapa de las islas de Saint Pierre te Miquelon (1835). Fuente Bibliothèque Nationale de France
Mapa de las islas de San Pedro y Miquelón (1835) / Fuente: Bibliothèque Nationale de France

¿Dónde está San Pedro y Miquelón y por qué era, y es, una colonia francesa?

San Pedro y Miquelón es un archipiélago formado por una docena de islas situadas a 25 km de la costa sur de Terranova. Los primeros europeos en pisarlas fueron los navegantes vikingos (siglo XI) y los balleneros vascos (siglo XV). Pero el primero en reclamar su propiedad sería el bretón Jacques Cartier, que tomaría posesión de ellas en nombre de la monarquía francesa (1536). Poco después, los franceses establecerían un pequeño asentamiento colonial, formado por pescadores del País Vasco norte. Y después de la guerra de los Siete Años (1756-1763), que supondría la transferencia de Nueva Francia a Gran Bretaña y de la Luisiana a España, San Pedro y Miquelón quedaría como el único testimonio de soberanía francesa en Norteamérica.

¿Qué ocurrió cuando las fuerzas de la Francia Libre desembarcaron en Saint-Pierre?

Cuando las fuerzas navales de la Francia Libre desembarcaron en el puerto de Saint-Pierre (1941), el gobernador de la colonia —oficialmente denominado administrateur— era Gilbert de Bournat, un funcionario de carrera de origen provenzal y de clase nobiliaria, nombrado a dedo por el presidente Lebrun (1936) y que, por convicciones ideológicas o por cálculo estratégico, se había mantenido fiel al gobierno colaboracionista de Vichy (1940). Según las fuentes documentales, el ejército de la Francia Libre obtuvo el control de la situación en media hora y sin efectuar ni un disparo. Bournat fue fulminantemente cesado y Muselier asumió las funciones de administrateur. Y siguiendo las órdenes del general De Gaulle, se organizó y celebró un referéndum popular para validar ese nuevo estatus.

La Armada de la França Lliure toma posesión de las islas (24 12 1941). Font Foundation de la France Libre
La armada de la Francia Libre toma posesión de las islas (24 12 1941) / Fuente: Fondation de la France Libre

¿Qué interés tenía San Pedro y Miquelón para los estadounidenses?

El general De Gaulle ordenó aquella operación sin consultárselo a sus aliados (Londres y Washington). No obstante, considerando que San Pedro y Miquelón era territorio francés desde el siglo XVI, tampoco le hacía falta. Ahora bien, aquel archipiélago frío, ventoso y escasamente poblado (no pasaba de los 5.000 habitantes) tenía un gran interés para el Pentágono. Washington había detectado la presencia de un agente alemán en Saint-Pierre —probablemente protegido por el administateur Bournat—, que transmitía la posición y la ruta de los barcos militares estadounidenses que cruzaban el Atlántico. Con todo esto, el almirante Chester Nimitz, jefe militar de la armada estadounidense, había previsto utilizar a dicho espía alemán en beneficio propio, pasándole información falsa.

Bournat i Nimitz. Font Blog Le Grand Colombier y U.S. Navy National Archives
Bournat y Nimitz / Fuente: Blog "Le Grand Colombier" y U.S. Navy National Archives

¿Desde cuándo tenían este interés?

Pero el interés estadounidense en estas islas se remontaba a la época de la Ley Seca (1920-1933), que proscribía la producción y venta de bebidas alcohólicas. Los capos mafiosos Al Capone y Lucky Luciano aprovecharían la existencia de estas islas francesas, situadas a tiro de piedra de Estados Unidos, para crear una formidable industria de destilación de güisqui destinado al contrabando. Los efectos de la Ley Seca cambiarían la fisonomía de estas islas y despertarían el interés de Washington, hasta el punto de que, poco después y aprovechando la ocupación alemana de Francia (1940), planearía la invasión y anexión de un archipiélago que era, también, la puerta de entrada en el río navegable San Lorenzo, que comunica los territorios canadienses del Quebec y Ontario con el mar.

Destrucción de una carga de alcoholes en los Estados Unidos durante la Ley Seca (circa 1920). Font Library of Congres of USA
Destrucción de una carga de alcoholes en Estados Unidos durante la Ley Seca (circa 1920) / Fuente: Library of Congress of USA

¿Qué supuso la intervención de De Gaulle en San Pedro y Miquelón?

La intervención militar de De Gaulle en San Pedro y Miquelón se explicaría por dos causas. La primera, porque había sido el único territorio colonial francés que se había mantenido fiel al gobierno colaboracionista de Vichy. Por otra parte, era una operación sobre un territorio sin, prácticamente, defensas militares, que no debía representar ninguna dificultad. Y la segunda, porque De Gaulle, que operaba desde Londres y tenía una relación muy estrecha con el primer ministro británico, Winston Churchill, del Partido Conservador, habría recibido algún tipo de información que le haría sospechar de los estadounidenses. El caso es que De Gaulle "chafó la guitarra" a Roosevelt y a Nimitz: confirmó la soberanía francesa sobre las islas y neutralizó al espía alemán.

En|A el Capone y Lucky Luciano. Fuente OS Bureau of Prisions y New York Police Departamento
Al Capone y Lucky Luciano / Fuente: US Bureau of Prisons y New York Police Department

¿Qué repercusión tuvo aquella intervención?

La intervención militar de De Gaulle en San Pedro y Miquelón provocó una gran brecha en las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y de la Francia Libre, que desembocaría en una formidable crisis en el bando aliado occidental. De Gaulle era consciente de que no era el presidente de la República francesa, y que ni siquiera había sido elegido democráticamente para ejercer el cargo de jefe político y militar de la Resistencia. Pero quería marcar perfil y dejar muy claro que era el líder de la verdadera Francia. Y Churchill, por una parte, le apoyó de forma encubierta y, por otra, intervino en la resolución de aquella crisis, porque ni quería que Washington acabara teniendo un papel excesivamente dimensionado, ni deseaba la ruptura de aquella alianza.