El cantante del mítico grupo de heavy metal Iron Maiden estuvo a punto de participar en los Juegos de Barcelona como miembro del equipo británico de esgrima.
El mundo conoce a Bruce Dickinson por ser el cantante de Iron Maiden, pero el vocalista del legendario grupo de heavy metal es un hombre renacentista dedicado a muchos y muy diversos ámbitos. Dickinson es empresario, escritor, locutor de radio, piloto de aviones, miembro en la reserva de la aviación británica, maestro cervecero, doctor en música, licenciado y profesor de Historia y... un excelente espadachín.
Antes de convertirse en una de las voces definitivas del heavy metal, Bruce Dickinson ya despuntaba en el mundo de la esgrima, un deporte que siguió practicando siempre que pudo cuando entró a formar parte de Iron Maiden. Situado en el séptimo lugar del ranking británico, Dickinson recibió una invitación para unirse al equipo de esgrima que representaría a su país en los Juegos de 1992 en Barcelona. Una propuesta que declinó porque aquel mismo verano su grupo tenía que emprender la gira mundial de presentación de su disco Fear of the Dark (1992).
Dos décadas más tarde, quizás para sacarse la espina de no haber estado en Barcelona, aprovechando que estaba en Londres para disputar los Juegos de 2012, Dickinson se enfrentó al campeón noruego Bartosz Piasecki. A sus 54 años, Dickinson sorprendió con su velocidad y agilidad a quien acabaría siendo medallista de plata.
A pesar de sus muchas obligaciones e intereses, Dickinson no ha abandonado nunca la práctica de la esgrima. Y es que, como explica el mismo músico inglés (también propietario de la marca de material de esgrima Duellist), más allá de su pasión por este deporte, la esgrima, para tener movimientos similares, lo ha ayudado a mantenerse en forma y a saber moverse por el escenario.