Apuesta estival de TV3, la noche de este pasado lunes se ha estrenado Buga Buga, una de aquellas series que cuando te preguntan si está bien, como respuesta te sale un dubitativo e inconcreto "pseeee". Vaya, que sí pero que no.
Comer hummus, comprar drogas, tener sexo
Dice la nota de prensa de esta ficción que el nuestro es un país acostumbrado a lavar los trapos sucios en casa, que eso de ir a la lavandería es cosa de película yanqui. Las costumbres y los hábitos, sin embargo, están cambiando, y cada vez somos más las y los que terminamos yendo a los autoservicios de lavado.
Las películas yanquis también nos han acostumbrado a creer que en las lavanderías puede pasar cualquier cosa mientras esperas de que plazo el tiempo de centrifugación o la secadora acabe de hacer su trabajo.
En aquel rato puedes conocer al amor de tu vida, reencontrarte con el amigo que hacía años que no veías, hacer terapia con un desconocido explicándole tus penas y lamentaciones, comer hummus, intercambiar cromos, comprar droga, practicar sexo... Esta es, justamente, la premisa sobre la que se sustenta Buga Buga.
Con producciones guiris como Modern Love, Easy Love; Fleabag o Master of None como referentes evidentes, Buga Buga son seis capítulos de veinte minutos (¡gracias para crear una serie que no te robe media vida para poder verla!) con historias independientes pero con un común denominador: todos los relatos acaban confluyendo en una lavandería. La vida en el siglo XXI, con sus comedias y dramas, psicoanalizada, mientras sus protagonistas lavan la ropa de color.
Lejos del culebrón de plató postizo
Lo mejor de Buga Buga, serie dirigida y guionizada por Alba Simón y Ana Millán (directora de un cortometraje muuuuuuy recomendable: Nosotros), tándem que ha contado con la complicidad en la escritura de Eric Moral, es su apuesta estética.
Lejos de la típica realización de culebrón de plató postizo tan nuestra, Buga Buga se acerca a unos referentes visuales mucho más contemporáneos y atractivos. Tras su producción hay una voluntad más cinematográfica que televisiva en el uso.
Notable es también el trabajo de sus protagonistas. Las interpretaciones de Núria Deulofeu, Laura Aubert y, muy especialmente, Txell Aixendri son uno de los principales atractivos del primer capítulo. Lo mismo con Vicenta N'Dongo y Roger Batalla en el segundo.
Demasiado visto, demasiado escuchada
En el otro extremo de Buga Buga hay un guion que en su intento de resultar novedoso y rompedor, acaba por recurrir a los mismos tópicos de siempre de las dramedias. Este mismo primer capítulo, 'Amigues', es una constante reiteración de tramas sudadas una vez y otra: la amiga alocada que no sabe lo que quiere que mantiene una relación secreta con el marido de la propietaria de la tienda en la que trabaja, la amiga seria y responsable que está cansada de serlo y la amiga que se marcha para ver mundo con todo lo que eso implica para su triángulo de amistad.
Todo demasiado visto. Como Rigoberta Bandini, que firma la banda sonora. Todavía no ha publicado un elepé y ya la tenemos un poco demasiado escuchada, ¿no?
Sí, Buga Buga es una serie que ummm, pse pse. Que sí pero no.