¿Cómo reflejan los fotógrafos y cineastas la ciudad en su obra? Eso es lo que se pregunta la exposición Cámara y ciudad, que hoy se ha presentado a la prensa en el CaixaForum, de la Caixa. Una exposición que quiere ser un homenaje a los fotógrafos, y que incluye a algunos de los más célebres artistas internacionales, pero también algunos de los mejores fotógrafos catalanes. Esta exposición ha sido coproducida por el Centro Pompidou de París, pero para producirla se ha hecho una investigación en profundidad en los grandes archivos fotográficos catalanes para incluir imágenes de estos en diálogo con creadores que son referencia a nivel mundial. La exposición incluye obras de 80 autores y autoras que fueron realizadas entre 1910 y 2010. Esta exposición ha sido presentada por su comisario Florian Ebner, responsable de fotografía en el Centro Pompidou, por Valentí Farràs, director del CaixaForum, y por Elisa Durán, directora general adjunta de la Fundación Bancària la Caixa. Se podrá ver hasta el 8 de marzo en el CaixaFòrum de la avenida Ferrer i Guàrdia.
Historia urbanística e historia social
Esta exposición es al mismo tiempo una historia del urbanismo y de la evolución de la ciudad durante un siglo, pero también de los movimientos sociales y de los habitantes de las urbes. Ebner ha querido recordar también que los fotógrafos se posicionan ante la realidad que encuentran a la calle y que fotografían. Su mirada puede ser muy crítica: "a veces esta exposición es una historia de la pérdida de nuestra confianza en la modernidad", y añade que "algunos creadores que tomaban de la ciudad los aspectos más pintorescos, con el tiempo se convirtieron en mucho más escépticos". Ebner explica que "Esta exposición explica mucho sobre la fotografía, pero también sobre la vida".
Vaivén fotográfico
La exposición se organiza con ámbitos cronológicos; en cada uno de ellos encontramos fotografías y películas de un determinado periodo, de creadores catalanes y extranjeros. Se inicia con la fascinación de los creadores de principios de siglo XX por la modernidad, con obras como las películas de Lázló Moholy-Nagy. Más adelante muestra la fascinación de los creadores por los proletarios, por las periferias, dónde la ciudad cae en el pintoresco, con fotografías de artistas como Brassaï. Continúa con la fotografía humanista de después de la guerra mundial, y presenta creaciones de William Klein, pero también las famosas prostitutas del Raval fotografiadas por Joan Colom. Una crítica social que se disparará en los años sesenta en que los fotógrafos pretenden convertirse en analistas de la complejidad de las sociedades urbanas (en este ámbito se presentan, por ejemplo, los trabajos de Lissete Model). El espacio "La ciudad rebelde" se centra en las creaciones de los años 1960, un periodo de crítica social que cambia el mundo de las artes y de la fotografía; aquí ocupan un lugar destacado las fotografías de la agencia Magnum, pero también las fotografías de la represión policial en España de Manel Armengol. La adopción de un lenguaje cinematográfico por parte de los fotógrafos es el elemento central del espacio "La ciudad como escenario", donde se usa la fotografía para crear historias. La exposición también recoge, en un apartado, el descubrimiento de los suburbios por parte de unos fotógrafos que buscan nuevos escenarios alejados de los estereotipados centros urbanos (y recopila, por ejemplo, las fotografías de Martí Llorens sobre el derribo del Poblenou para dar paso a la Vila Olímpica). Uno de los últimos espacios aborda la necesidad de los artistas modernos de intervenir en las relaciones humanas de los individuos fotografiados. El último apartado, "Ciudad global y virtual" se plantea el papel de la fotografía urbana en el mundo globalizado.
Fotógrafos catalanes, en clave universal
Florian Ebner ha celebrado esta ocasión de abrir los archivos del Pompidou y ponerlos en contacto con la obra de otros fotógrafos de otras áreas. Así, al lado de grandes genios de la fotografía a nivel mundial, como William Klein, Cartier-Bresson o Man Ray, se encuentran obras de creadores catalanes tan prestigiosos como Gabriel Casas, Margaret Michaelis, Francesc Català Roca o Joan Colom. Entre el material expuesto hay aproximadamente un 30% de fotografías catalanas y españolas que se ha localizado mediante un trabajo de investigación exhaustivo, que según Ebner ha sido muy fructífero para los mismos miembros del Centro Pompidou. En realidad, hay un ámbito de la exposición, el tercero, consagrado a la España de los años 1930 en que se presenta una muestra riquísima de fotógrafos locales de tanta talla como Pere Català Pic, Agustí Centelles, Gabriel Casas o Carlos Pérez de Rozas. Y sus obras no son menores, ni siquiera expuestas al lado de los grandes maestros de la fotografía mundial.
El Pompidou, socio de lujo
Elisa Durán ha querido resaltar que esta es la primera exposición fruto del reciente acuerdo entre los CaixaForum y el Centro Pompidou, un pacto que garantizará la llegada de exposiciones del Pompidou a Barcelona en los próximos años, y que se suma a los acuerdos ya firmados anteriormente por La Caixa con entidades tan prestigiosas como el British Museum o el Museo del Louvre. Valentí Farràs ha recordado que esta exposición va asociada a actividades pensadas para alumnos de escuelas, desde los 4 años, como visitas guiadas. Pero también se organizan visitas comentadas para grupos, y también algunos domingos se hacen visitas-vermú. Y los jueves, del 14 de noviembre al 12 de diciembre, habrá un ciclo de conferencias bajo el título "Variaciones sobre la ciudad".
Entre la fotografía y el urbanismo
Cámara y ciudad es una exposición que nos permite acercarnos a los grandes maestros de la fotografía, de Man Ray a Cartier Bresson, de Brassaï a William Klein. Nos ofrece un gran abanico de fotógrafos geniales, siempre dentro de un paradigma muy eurocéntrico, estrictamente canónico. Sin embargo, además, nos permite relacionar a estos creadores con los fotógrafos de aquí, de los más conocidos, como los Pérez de Rozas, Brangulí, Agustí Centelles o Margaret Michaelis, a los menos populares, como Gabriel Casas o Esteve Lucerón. Pero, además, nos permite una aproximación a los diferentes discursos sobre la ciudad generados desde el arte. Probablemente el relato es demasiado simplista y demasiado lineal, pero sin duda nos ayuda a pensar la relación entre la ciudad y la fotografía. Y, en definitiva, también entre nosotros y la ciudad.