Ha habido conciertos antes y después, incluso actuaciones notables de bandas puntales de nuestra escena musical actual, formaciones incluso con un sonido muy próximo al suyo, pero no hay comparación posible, Oques Grasses han sido los grandes protagonistas del Canet Rock 2022 con un espectáculo que los sitúa dos o tres pasas por delante del resto.
Después de dos años de anormalidad: una edición suspendida, la de los 2020, y una de prueba piloto, con todo el público con mascarilla, la del 2021; el Canet Rock ha recuperado este verano del 2022 la vieja normalidad. Lo ha hecho convocando 25.000 personas, es decir, agotando todas las entradas, en el Pla d'en Sala. A pesar de presentar un cartel dominado por la uniformidad estilística: la del mestizaje festivo, los responsables de poner las primeras notas al festival han sido Ginestà y sus cada vez más redondas y adictivas melodías de carencia pop sintetizado. Tras suyo, los ritmos de la Europa del Este de las Balkan Paradise Orchesta y Marcel i Júlia, el proyecto creado por quien fue uno de los motores creativos de Txarango.
Han venido a jugar
Y entonces el primer trío de ases del cartel. Cartas ganadoras que han empezado a mostrar Els Catarres. El trío de Centelles volvía al Canet Rock para presentar los temas de su último disco, Diamants (2022), temas que, entre el pop y el mestizaje, han seducido a un público que ya empezaba llenar el Pla d'en Sala; más todavía cuando junto con su repertorio más nuevo han hecho sonar a toda su batería de grandes éxitos. Entre el pop y el mestizaje también se mueven Stay Homas. La banda del terrado repetía actuación un año después de ser uno de los nombres más aclamados de aquella prueba piloto. El trío publicaba meses atrás el disco Here to Play (2022), trabajo que han decodificade junto con sus incunables pandémicos. Correctos: breves y no muy intensos. Era el momento del concierto definitivo del festival.
A tope con el Canet
En otra liga, allí está donde juegan Oques Grasses. Surgidos de las formas tradicionales del mestizaje, la banda de Josep Montero ha hecho evolucionar su sonido hacia parajes sonoros únicos e intransferibles. Un telón de fondo que es la perfecta coctelera sónica del siglo XXI por donde hilan algunas de las mejores letras de nuestro imaginario musical. Una fórmula infalible en la que le suman una translación en el directo, desde la puesta en escena (con más de un préstamo del espectáculo visionario de David Byrne) en el vestuario, pluscuamperfecto. Los de Osona, que en el Canet han presentado un catálogo de canciones nutrido principalmente de sus últimos dos discos: Fans del sol (2019) y A tope amb la vida (2021) están dos o tres pasos por delante del resto. Y eso que el resto eran La Pegatina, el eufórico Miki Núñez, Buhos y Doctor Prats, banda con uno directo efervescente, con la qe, como marca la tradición del festival, hemos visto salir el sol.