Que Carla Bruni (Turín, 1967) te llame al móvil personal es algo que no esperas que te pase nunca (y aunque la llamada estaba programada para un viernes a las 13:50, los nervios estaban allí desde primera hora). Suena el teléfono, dejamos pasar unas milésimas de segundo de rigor y, nerviosas, con un francés un poco oxidado, titubeamos al unísono un muy ensayado: "¡Bonjour madame Bruni!". Y a pesar de experimentar una pequeña sacudida después de escucharle la voz por primera vez, es exactamente como nos la imaginábamos, dulce, suave, sensual y cautivadora.

Durante la conversación nos confiesa que no conoce ninguna canción catalana, pero que cuando viene a cantar a Catalunya se siente muy a gusto a pesar de encontrar nuestra "región exótica". Dice ser amante del "rien faire", no mira nunca las noticias para protegerse, tampoco le gustan los extremos políticos, no tiene ningún problema en afirmar que no volvería, para nada, a la época en la que fue Primera Dama y reconoce que desde que sufre cáncer siente más vitalidad que nunca. Bruni es una de las cantantes y compositoras francesas más reconocidas del mundo. Su carrera empezó después de culminar una exitosa etapa como top model. Su primer álbum, Quelqu’un m’a dit, fue un éxito y la canción con el mismo nombre es probablemente uno de sus mejores hits. Bruni está casada con Nicolas Sarkozy (París, 1955), presidente de la República Francesa entre 2007 y 2012 con quien tiene una hija de 13 años llamada Giulia. El próximo 27 de julio, la cantante italo francesa inaugurará el Nits de la Duquessa en Cardona, un nuevo ciclo de conciertos y actos culturales de formato reducido.

Carla Bruni en uno de los carteles promocionales de su gira. / Foto: Cedida

¿Si no estuviera de gira, qué haría ahora mismo? ¿A qué dedica el tiempo libre? ¿Cuáles son sus hobbies?
Lo que me gusta hacer cuando tengo tiempo libre es no hacer nada. Sin embargo, sí que es cierto que me gusta hacer cosas que requieren mucho tiempo, como por ejemplo leer o nadar. Son cosas que solo se pueden hacer en verano cuando tienes más tiempo libre, porque en invierno es más complicado, pero tengo que reconocer que no hacer nada me encanta.

Tengo que reconocer que no hacer nada me encanta

Sabemos que habla francés, italiano e inglés, ¿conoce alguna canción catalana?
No, me encantaría aprender canciones en catalán. No debe ser fácil, pero me encantaría, como mínimo aprenderme alguna frase para decir en el concierto.

Me encantaría aprender canciones en catalán

No te preocupes que de eso nos encarguemos nosotras. Cuando acabamos la entrevista le diremos alguna para que se meta al público, rápidamente, en el bolsillo.
¡Me encantaría! (Reímos las tres)

¿Le parece un idioma atractivo, el catalán?
Me parecería muy difícil cantar una canción entera en catalán.

Carla Bruni fotografiada por Ellen Von Unwerth en una campaça de café Lavazza

A través de su música, parece una mujer tierna, tranquila, sensible. ¿Qué le hace enfadar?
De entrada, por mi manera de ser, conozco bien la ira. Soy muy tranquila, pero, de repente, me puedo enfadar mucho. Siempre he sido un poco así. Tengo temperamento, esta es mi naturaleza. Creo que la ira es la acumulación de gotas de agua, y de repente, hay una que hace colmar el vaso, lo que pasa es que, a veces, no sabemos identificar qué nos hace enfadar. Algunas personas interiorizan, completamente, su ira. Yo, en cambio, cuando me enfado, puedo llegar a romper una mesa.

Cuando me enfado, puedo llegar a romper una mesa

Ostras, no lo habríamos dicho nunca.
Nunca ataco a seres humanos ni animales, pero puedo atacar un objeto. No me pasa muy a menudo, pero me gusta la ira, es un sentimiento sano, como la indignación, porque cuando te enfadas hay algo que sale. Raramente, las personas airadas somos agresivas, porque siempre expresamos nuestra energía.

Carla Bruni con su guitarra en una fotografía de promoción. / Foto: Cedida

¿Y para la música, va bien sentir un poco de ira y tener temperamento?
Va muy bien. Yo escribo a partir de un sentimiento, nunca a partir de un pensamiento, y puedo escribir, perfectamente, desde la rabia.

Sabemos que ha escogido Catalunya en muchas ocasiones, para cantar, y que el público catalán la quiere mucho. ¿Qué sabe de nuestro país? ¿Tiene algún rincón especial favorito?
Me gusta todo de este público y de este maravilloso país. Mi marido y yo, cada vez que venimos, decimos que nos quedaremos a vivir aquí. No queremos volver a casa cuando venimos a Catalunya. La energía del país, el idioma, la gente, el ambiente... Cuando vengo me siento como en casa, es completamente familiar, pero al mismo tiempo es un lugar completamente exótico. Para mí, es una región magnífica del mundo. Me hace muy feliz venir a cantar aquí.

Mi marido y yo, cada vez que venimos a Catalunya decimos que nos quedaremos a vivir. Me siento coma casa pero al mismo tiempo es un lugar|sitio exótico. Me hace muy feliz venir a cantar aquí

Selfie de Carla Bruni de los años 90. Fotografía extraída de su cuenta de Instagram

Hace un par de semanas fueron las elecciones en Francia. ¿Le sorprendieron los resultados electorales en su país?
Sí. Y tenía un poco de miedo a que ganara la extrema derecha o la extrema izquierda, porque no me gusta nada ni la extrema izquierda ni la extrema derecha. Me gustan los partidos republicanos, sean de izquierdas o derechas. Eso me da igual. También me gustan los partidos ecologistas, pero no me gustan los extremos porque están locos y todos dicen básicamente lo mismo, sean de izquierdas o de derechas. Así que estamos aquí, con la esperanza de mantener las cosas moderadas. Me parece que hemos evitado los dos extremos y espero que seamos capaces de mantener un equilibrio.

Me gustan los partidos republicanos, sean de izquierdas o derechas. Pero no me gustan los extremos porque están locos y todos dicen básicamente lo mismo, sean de izquierdas o de derechas.

¿Usted se considera de centro?
Exacto, yo soy una persona de centro, no puedo estar en los extremos. También es verdad que dependiendo del país es muy diferente, pero necesito a gente moderada que tenga convicciones, no líderes políticos que cambien sus convicciones dependiendo de las elecciones. Eso me desestabiliza, no me gusta nada.

Carla Bruni fotografiada por Helmut Newton, considerado uno de los mejores del siglo XX

¿Le interesa la política?
Admito que me interesa mucho la política, pero no cotidianamente. De hecho, no miro nunca las noticias.

¿Cómo es eso?
Porque me protejo mucho del mundo entero. Para no hablar de todas las guerras que hay en el mundo. Así que, para evitar infligirme estrés y ansiedad constante, prefiero no mirarlas. Cuando veo las noticias, me parece que hay demasiada información. Es demasiado para el cerebro humano. Nosotros no podemos hacer nada para cambiar las cosas, por lo tanto, prefiero estar tranquila y evitar dolores de cabeza y sufrimiento. Hace falta intentar vivir el momento y hacer todo lo posible para mejorar las cosas en la medida en que sea posible.

Hay muchos conflictos abiertos, actualmente.
Sí, hay guerras en todas partes, en Rusia, obviamente, en el Oriente Medio. Y hay constantes amenazas de guerra. Creo que el clima en este momento está muy tenso. Así que si lo ves en la televisión todo el día, cuando llega la noche te desesperas.

¿Qué fue lo más difícil a lo que tuvo que hacer frente, personalmente, cuando era Primera Dama, tuvo que hacer algún sacrificio en el ámbito profesional o personal?
No hubo nada difícil porque, de hecho, no es un tipo de vida difícil. Si por ejemplo debemos levantarnos temprano por la mañana, coger el metro, llevar al bebé a la guardería, ir a trabajar, volver a coger el metro, recoger al bebé, volver a casa, limpiar la casa y cocinar... eso sí que es duro. No era difícil, lo que me resultaba pesado era el estrés.

Fotografía reciente de Carla Bruni y Nicolas Sarkozy

¿Disfrutó de aquella época y qué echa de menos?
No echo nada de menos de aquella época. Fue una experiencia maravillosa, pero ya ha pasado y me alegro de que haya acabado.

No echo de menos nada de la época en que fui Primera Dama y me alegro de que ya haya acabado

Su familia es muy importante para Usted. ¿Cómo le muestran el apoyo su marido y sus hijos cuando viaja?
Me apoyan. A veces incluso vienen conmigo cuando estoy fuera. Y eso es muy bonito porque es una vida de ladrillos y cemento. Es una vida desorganizada. Siempre hacemos las comidas en horas extrañas. Así que, llevo la vida de un acróbata ambulante y me gusta mucho, pero no es muy conveniente para la familia.

El día en que Carla Bruni y Nicolas Sarkozy se casaron

Llevo la vida de un acróbata ambulante y me gusta mucho, pero no es muy conveniente para la familia

Actualmente, está luchando contra un cáncer de pecho. ¿Cree que su visión de la vida ha cambiado a consecuencia de la enfermedad?
Mi visión de la vida no ha cambiado, pero alguna cosa en mí ha cambiado profundamente. En otras palabras, me ha dado una inmensa vitalidad, un inmenso deseo de vivir. Tuve la impresión que me habían disparado una bala que me había pasado rozando la oreja, como en las películas. El cáncer me ha dado mucha gratitud, estoy siempre agradecida. También me ha reconectado bastante con las profundidades de mi alma, todos tenemos un alma antigua, que no tiene edad. Y creo que todos somos parte de la misma alma. También he reconectado un poco con Dios, pero sin la religión.

Carla Bruni en una campaña de Prada del 1993 fotografiada por Steven Meisel

Tuve la impresión que me habían disparado una bala que se me había pasado rozando la oreja, como a las películas. El cáncer me ha dado mucha gratitud, estoy siempre agradecida

¿Hace terapia de algún tipo?
¡Sí, y tanto, he hecho mucha terapia! Actualmente, hago una terapia maravillosa que se llama EMDR. Y no se trata de hablar, se trata de sentir. Es una terapia de sentimientos muy interesante.

¿Cuál es el mejor consejo que le han dado nunca?
Esta fantástica canción que dice "Enjoy yourself (it's later than you think) enjoy yourself, it's later than you think...

Carla Bruni con un gato negro retradada, una vez más, por Helmut Newton

Y de esta manera despedimos la entrevista, con el privilegio de tener a Carla Bruni cantándonos una canción a cappella y al oído. Y nosotros recitándole una frase en catalán que pueda decir en Cardona para enamorar a su público (todavía más) y ponérselo, rápidamente, en el bolsillo.