"Creo que la BCNegra ya es el festival de género gratuito más importante de Europa y siempre tiene una presencia internacional que no tienen en otros festivales". Habíamos quedado con el escritor Carlos Zanón en Casa Leopoldo. Ninguna guarida mejor en la ciudad para charlar con el comisario de la BCNegra (el festival de literatura negra y criminal que hoy inicia la suya 20 edición, programa que se extiende hasta el domingo 16 de febrero con varios espacios de Barcelona como epicentro), que uno de los restaurantes favoritos del padre de Pepe Carvalho. Está cerrado. Acabamos en la cafetería de un hotel próximo. Un lugar extraño, distópico, con cierto aire de garito donde se sentarían Álex y sus drugos a beber moloko mientras escuchan al maestro Ludwig Van. Aquí, sin embargo, suena una especie de trip-hop de ascensor. Hay muchas maneras de matar. "Los seguidores del género vienen muy confiados, porque saben que lo que encontrarán les gustará. También hemos intentado que no sea un gueto, sino una oportunidad para conocer otras literaturas y otros formatos de explicar historias. Porque la novela negra es ecléctica y a menudo se mezcla con la novela histórica o la ciencia ficción. Además, el uso de la violencia y del suspense ya está por todas partes: en los anuncios, los programas deportivos... Es una manera de explicar la realidad que ha conectado muy bien con la gente. Sí, se ha hecho muy grande, pero no se ha desmesurado. La novela negra se ha consolidado como género en el mismo sentido que el pop en la música". (Podéis ver la entrevista entera en el vídeo enlazado).
Escritores que hacen relojes
La de novela negra, como la de música pop, es una etiqueta difusa en la que cabe casi todo. "Sí, de hecho cabe cualquier cosa. En su origen era una subcultura", explica un autor que siempre ha estado en contacto con el underground. "Viene de gente que tenía que escribir y firmar con seudónimos, porque estaba mal visto". Zanón recuerda la figura seminal de Vázquez Montalbán, que cuando empezó a hacer las novelas de Carvalho toda la intelectualidad se le echó encima. "Por no decir que cuando salen las listas de los mejores libros del año, nunca aparecen libros de la novela negra. Y como el mundo pasa de ti, tú te construyes tu propio mundo. Y cuando vives en tu propio mundo, no hay apóstoles que te digan lo que está bien y lo que está mal, lo que es correcto y lo que es incorrecto. No tienes en mente aparecer en el suplemento literario del diario, porque ya sabes que no entrarás, con lo cual eres mucho más libre y te atreves a mezclarlo todo. La novela negra es un género que lo fagocita todo". Un género, sin embargo, que no deja de sumar adeptos, o, siguiendo con los símiles musicales, y como decía el Rey del Rock: 50.000.000 de fans de Elvis Presley no pueden estar equivocados. "Porque la novela negra es un género que no renuncia a entretenerte. Hay muchos libros que tienen un componente literario, pero que muchas veces son ejercicios de hedonismo del autor, olvidándose de que en el otro lado hay unos lectores. La novela negra es un género formado por artesanos que lo que quieren es hacer relojes que den la hora. Hay artesanos como Dennis Lehane escribiendo Mystic River, y eso es extraordinario, pero el objetivo, igualmente, es dar la hora, no renunciar a entretener al lector". Este es para Carlos Zanón el motivo por el cual la novela negra no deja de sumar fieles, porque no renuncia al entretenimiento, pero tampoco a la calidad. "También he aprendido", y volvemos a los paralelismos con la música, que "la recepción de los libros y el grado de fidelidad de los lectores con sus escritores favoritos, es muy parecido a la música: te gustaba un grupo y te comprabas todos sus discos. Quizás el cuarto disco era malísimo, pero le dabas una nueva oportunidad con el quinto y con el sexto. Con la novela negra pasa un poco lo mismo". El lector del género guarda fidelidad a sus autores favoritos porque ha establecido una conexión directa. No ven al autor como una figura inaccesible. "He puesto el ejemplo de la música, pero podría haber citado a Hitchcock. Hasta que los franceses no lo reivindicaron, no era considerado como artista porque llenaba los cines, porque entretenía, porque trabajaba con el suspense. Tuvo que venir la Nouvelle Vague para que se le reconociera como un genio. Lo mismo con los Beatles".
La novela negra es un género formado por artesanos que lo que quieren es hacer relojes que den la hora
Carlos Zanón ubica el punto de inflexión de la novela negra con la irrupción de Stieg Larsson y su Trilogía Millennium. "Henning Mankell ya abrió un poco de resquicio. Fue como los Pixies dels Nirvana. Pero lo que consiguió Larsson, que era mucho peor escritor que Mankell, fue dar una patada en el culo al género y lo llevó al siglo XXI". Ya no eran gabardinas, ya no eran pistolas, ya no eran detectives. Ahora eran periodistas, ahora eran hackers, ahora era un personaje como Lisbeth Salander, una mujer antisistema y totalmente libre. Sus historias fueron toda una revolución que nos empezaron a dar pistas de muchas de las cosas que vivimos hoy día. "La novela negra también es refugio. Mientras estás leyendo, aquello que te explican no te está pasando". La novela negra es reflexión sobre los mecanismos del poder: quién manda, por qué manda y cómo manda. Y eso impacta más en sociedades que creemos idílicas, como las escandinavas. "Leyendo a Jo Nesbø descubres que aquella sociedad aparentemente modélica, apoyó a los nazis. Eran nuestro modelo, pero son sociedades en que también existe el racismo y la extrema violencia. De la misma manera que en nuestra casa tampoco se ha hecho un punto y aparte con el franquismo. La novela negra también es novela costumbrista".
Barcelona, Marsella y Nápoles
Decir que el cartel de la edición de este año de la BCNegra es el mejor de sus 20 años de historia, sería caer en el tópico. Pero a menudo los tópicos esconden certezas y la programación de este 2025 es un verdadero regalo para los amantes de la literatura, sin ningún tipo de sufijo ni adjetivo detrás. 130 participantes y 44 actividades: mesas redondas, teatro, música, cine, podcast, juego, talleres y clubs de lectura. La edición tiene como eje vertebrador tres ciudades fronterizas y portuarias: Barcelona, Marsella y Nápoles. El cartel trae nombres destacados como los de Yasmina Khadra, premio Pepe Carvelho 2025; Donna Leon, Benjamin Black, Dominique Manotti, Manuel Rivas y Arnaldur Indriðason. "Con este rollo de los nombres invitados parecemos el Primavera Sound", ríe el comisario. "Nosotros trabajamos siempre igual, pero hay años que es más complicado por las agendas de los autores. Este año, sin embargo, nos ha cuadrado casi todo el mundo. Y después también hay una cosa que no es mérito nuestro: Barcelona. Todos los autores tienen ganas de venir a una ciudad, que, se diga lo que se diga, sigue siendo un polo de atracción". De las actividades programadas, Carlos Zanón dice que fichará seguro en el concierto de Quique González. Le pido una recomendación más literaria, y me aconseja la charla de Benjamin Black, la mesa de Sara Barquinero con Pablo Álvarez y Cristina Sánchez-Andrade. "Será interesante porque sale del género. O la de Virginia Feito, que abre el festival. Como también las de Lluís Riera o Jo Alexander, que es una autora que me gusta mucho... No lo digo porque sea el comisario, pero la gran mayoría de escritores tienen discurso y son muy divertidos. Quizás hay alguno que es un cenizo, pero casi todos son muy divertidos", ríe.
Todos los autores tienen ganas de venir a una ciudad, que, se diga lo que se diga, sigue siendo un polo de atracción
Una BCNegra que este año tiene como eje vertebrador el triángulo conformado por Barcelona, Marsella y Nápoles, ciudades que si no son hermanas, son primas hermanas. "Cuando he visitado Nápoles y Marsella reconocía la Barcelona de cuando era pequeño, incluso los olores. De alguna manera te sientes en casa. Son ciudades que, mediterráneas como son, aparentemente tienen muchas cosas en común, pero cuando rascas un poco te das cuenta de que son muy diferentes. Barcelona está a otro nivel. Como ciudad no tiene tantos problemas como tienen Nápoles y Marsella, dos ciudades que, por sus idiosincrasias, han dado lugar a una literatura negra potente y personal. Nápoles es una realidad con la mafia. Y Marsella no tiene la mafia, pero es muy violenta. En común tienen que las tres son ciudades que no son la capital de Estado, sino contrapunto al poder; son, en cierta manera, sureñas y portuarias, además de ser ciudades que en todas las batallas que han participado, siempre han sido derrotadas". La idea original de Carlos Zanón era hacer un festival sobre la novela negra mediterránea teniendo en cuenta lo que se está haciendo en el norte de África. "Seguro que en estos países se están escribiendo cosas interesantes. De hecho, no es casual que Yasmina Khadr (seudónimo tras el que se esconde Mohammed Moulessehoul) sea el premio Pepe Carvalho de este año. Me guardo la idea para próximas ediciones".
No quería era quedarme como el tío en que hizo tres Carvalhos, porque me ha costado mucho publicar y tener un espacio
Más allá de su tarea como comisario de la BCNegra, Carlos Zanón es uno de los escritores que, siempre con la mirada puesta en los márgenes, mejor ha sabido tratar la ciudad de Barcelona en sus novelas. Bibliografía conformada por títulos tan imprescindibles como Yo fui Johnny Thunders, Marley estaba muerto y, muy especialmente, Taxi. Su última obra, Love songs, fecha de 2022. Como lectores empezamos a añorarlo. "Tengo una novela ya acabada y la idea es publicarla en octubre. Si no, como mucho, en enero del año que viene. La verdad es que me ha costado terminarla". Zanón también es el autor de Carvalho: problemas de identidad, novela del 2019 con que recuperaba la legendaria figura de Pepe Carvalho creada por Manolo Vázquez Montalbán. "Desde el principio pensé que con el Carvalho estaría bien intentarlo una vez y no más. Pero me lo pasé genial y después empecé a darle vueltas: 'quizás pasado un tiempo estaría bien hacer otro'. Lo que no quería era quedarme como el tío que hizo tres Carvalhos, porque me ha costado mucho publicar y tener un espacio. Mi propósito era hacer uno más, igual al cabo de dos o tres años hacer otro, pero mis ventas para una editorial como Planeta no tienen bastante entidad. Tendrían que haber buscado a un autor que garantizara 200.000 ejemplares despachados". Como decíamos, Zanón es un autor de márgenes, del underground y la experiencia con "la multinacional no ha funcionado".