La Fundación Carulla traspasará su participación del 28% de Ediciones de Prensa Periódica Ara, la editora del diario Ara, a Acta Diurna, la empresa de Ferran Rodés, presidente de la misma editora. La venta de la participación de los Carulla se firmará una vez se pulan los detalles, según han confirmado a El Nacional seis fuentes diferentes que conocen o han intervenido en la negociación. Todas han pedido mantenerse en el anonimato.

Rodés, vicepresidente de la multinacional Havas y presidente ejecutivo de ISP, el holding familiar, y exconsejero de la constructora Acciona, aumentará así su participación en el diario a un 68%. Víctor Font, CEO y cofundador de la consultora financiera Delta Patners, tiene otro 23%; la productora Minoria Absoluta, de Toni Soler, cerca de un 3%, y el restante 6% está en manos de accionistas particulares, entre ellos los periodistas Albert Om, Antoni Bassas y Xavier Bosch.

Esta venta, sin embargo, ha hecho levantar la ceja a los socios minoritarios, que prefieren verlo como una operación transaccional y esperan alcanzar un nuevo reparto accionarial. Informados por Rodés de su propósito de hacerse cargo del paquete accionario de los Carulla, le han hecho saber que les interesa "mantener la multipropiedad de la editora y que no haya a un solo accionista que controle Ara", según uno de ellos. Esperan que "se llegue a un entendimiento que garantice la pluralidad del diario", explica otro.

Pacto de socios

No hay actualmente tensión aparente entre socios, pese a las diferencias que se produjeron al rechazar el diario la campaña oficial del referéndum del 1-O del 2017. Unos meses después, se remodeló el consejo editorial y algunos consejeros de línea más soberanista dejaron su lugar a otros más próximos a la llamada "tercera vía".

Los accionistas del Ara, como es común en muchas otras compañías, tienen firmado un pacto de socios, que exige una mayoría reforzada para tomar algunas decisiones. En este caso, es necesario sumar el 75% del capital para autorizar la entrada de nuevos socios, nombrar al consejero delegado, al director financiero y al director de la publicación.

Este pacto es el arma para unos y la coraza para otros porque, de hecho, ninguna decisión de relieve puede tomarse sin el concurso de casi todos los accionistas. Cuando se ejecute el traspaso de las acciones de los Carulla, la situación será nominalmente la misma, aunque Ferran Rodés habrá reforzado su posición como mano de la partida.

45.000 suscriptores

Todas las fuentes consultadas insisten en que los Carulla no mantienen ninguna desavenencia seria con la gestión o la línea del diario. De hecho, los Carulla siempre han considerado provisional su presencia en la editora, hasta el punto de que en los inicios del diario era habitual que no enviaran representante a los consejos de administración. La línea de la Fundación Carulla es participar en el capital de proyectos culturales o sociales hasta que se han desarrollado lo bastante para navegar solos.

Con este afán, los Carulla ofrecieron su participación al grupo SOM (hasta 2016 Grup Cultura03) a finales de 2016. Oriol Soler, uno de los ejecutivos de SOM, fue impulsor del diario Ara y el primer presidente y consejero delegado de la editora del diario. En junio de 2012, dieciocho meses después de la salida del diario, decidió dejarlo. La editora del diario adquirió sus acciones y nombró a Rodés presidente del consejo de administración. Tras la oferta de los Carulla a SOM, el mismo Rodés encargó una propuesta concreta para reincorporar SOM al accionariado del Ara. La propuesta resultante —fusionar la editora del diario y del grupo SOM (la editorial Ara Llibres, la productora Batabat, editorial Sàpiens, entre otras)— no cuajó.

A finales del año pasado, la Fundación Carulla ofreció de nuevo sus acciones a SOM. Rodés, en ejercicio de su derecho de tanteo, igualó la oferta, que es la que finalmente ha prevalecido.

Ara tiene edición impresa (15.500 ejemplares de venta media, según OJD) y digital (2,3 millones de usuarios únicos, según OJD) y reúne una comunidad de 45.000 suscriptores, según la editora. Las últimas cifras disponibles de la editora son del 2017, año en que facturó 12,3 millones de euros, medio millón menos que el año anterior, y contabilizó 2,13 millones en pérdidas. Pudo esquivar la crisis del sector respecto a las ventas en quiosco y suscripciones, que saltaron de 6,6 a 7,2 millones, pero no respecto a la venta de publicidad, que cayó de 5,7 a 4,4 millones.