El poeta y traductor Enric Casasses ha recibido el 52.º Premi d'Honor de les Lletres Catalanes hoy en un acto en el Palau de la Música Catalana.
Cuixart, tres años encarcelado
Por tercera edición, el presidente de Òmnium Cultural no ha podido asistir a la entrega del galardón instituido por la entidad el año 1969. Desde octubre de 2017, Jordi Cuixart está en prisión, donde cumple una condena de nueve años por sedición. Aunque son tiempos de nueva normalidad, Òmnium no ha querido normalizar la represión y el encarcelamiento en Lledoners de su presidente en el acto de entrega de este histórico reconocimiento a "una persona que por su obra literaria o científica en lengua catalana, y por la importancia y ejemplaridad de su tarea intelectual, haya contribuido de manera notable y continuada a la vida cultural de los Países Catalanes".
Imágenes de Jordi Cuixart durante los hechos de septiembre de 2017 y al juicio del Tribunal Supremo han acompañado la entrada de Casasses, con su inseparable capazo a la espalda y con el aire de perplejidad del buen niño y de pirata, tal como dijo el día que se hizo público que el jurado lo había distinguido por "su contribución a la lengua y literatura, la originalidad del lenguaje, la calidad de su obra en poesía, narrativa, edición o ensayo, el estilo propio y transgresor a la hora de decir y hacer poesía y su tarea de renuevo de la poética catalana".
Un acto singular con un protagonista único: Enric Casasses
El público del Palau, donde las medidas de distanciamiento social han reducido el calor habitual en este acto, ha podido ver una grabación del encuentro de Cuixart i Casasses, este verano, durante un permiso del presidente de la entidad. Los versos de Casasses –"hem de sortir/ de la presó/per no morir/que la raó/no rebi més/ cops de bastó"– han hecho estremecerse la platea, presidida por Quim Torra, presidente de la Generalitat cesado por el TSJ –que ha sido ovacionado–, el vicepresidente Pere Aragonès, el presidente del Parlamento Roger Torrent, los consellers Meritxell Budó y Jordi Puigneró y los expresidentes de la Generalitat Artur Mas y José Montilla, además del concejal de Cultura de l'Ayuntamiento de Barcelona, Joan Subirats.
A pesar de la solemnidad del auditorio creado por Lluís Domènech i Muntaner como Usted del Orfeón Catalán, tradicional escenario desde el año 1969 de la entrega del Premi d'Honor, Casasses ha cambiado las formas tradicionales siendo el protagonista indiscutible del acto, con dirección escénica de Ramon Simó, y ocupando con sus versos el espacio escénico desde el primer momento.
Solo, con el único acompañamiento del micrófono que convertía el espacio flanqueado por Beethoven y Anselm Clavé en una especie de Horiginal, Casasses ha respondido a las pregunts "¿quién soy?" y "¿por qué escribo? enumeraddo los grandes temas de su poesía: la libertad, la muerte, el amor, "ellas", la tradición, etc. Sin su amigo Pascal Comelade –que no ha podido viajar por culpa de la pandemia–, pero cubierto con una chistera con la cual ha recordado Verdaguer, ha recitado un Cant espiritual acompañado de la guitarra de Feliu Gasull y ha recorrido su obra con los ritmos electrónicos de Telefunken y Don Simón y la colaboración del grupo de improvisación poética Nicomedes Mendes i Daniel Ariño i Maria Mauri. De la misma manera que ha subido, Casasses se ha marchado proclamando que "si hi ha una cosa més bonica que l'amor hi anirem tots dos i agafats de la mà".
"Como un niño al que dejan sentarse en la mesa de los grandes"
La escritora Bel Olid, presidenta de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana (AELC), ha sido la encargada de glosar el premiado, de quién ha destacado que "no es habitual que un poeta cuente a la vez con el reconocimiento oficial, el favor de la crítica y la adoración del público". Para Olid, Casasses es "un rompedor de moldes que ha creado escuela" que ha evocado como un poeta próximo e íntimo, capaz de vincular la tradición propia con los referentes internacionales.
Marcel Mauri, vicepresidente de Òmnium, ha sido el encargado de hacer entrega de galardón, obra de Ernest Altés, y ha reivindicado la lengua catalana como la mejor herramienta para construir un país justo, cohesionado y libre, y la cultura como el mejor reservorio en momentos como los vividos por la pandemia. Casasses –"honorado con el honor"– ha recordado a su padre, Enric Casasses y Simó, miembro del jurado del Premio en los años ochenta, i ha asegurado sentirse, ante los "héroes" premiados anteriormente, "como un niño al que dejan sentarse en la mesa de los grandes", antes de afirmarse independiente a la espera de que la burocracia reconozca la independencia de Catalunya.
El acto se ha cerrado con la interpretación de Els Segadors y gritos de independencia.