En el escrito anterior decíamos que la partícula ca revive. Efectivamente, un bar de Valls (Alt Camp, al norte de Tarragona) en 2018 se llamaba Qué maravilla!, pero desde 2021 se llama Can Vernet. Y en Tortosa (Baix Ebre, al sur de Cataluña) está el bar Ca l'Anna Kornusova, regentado por una rusa. Y hay nuevos contextos: los diccionarios indican que ca es una reducción de la palabra casa, pero en can Barça 'Fútbol Club Barcelona' ¡no significa precisamente 'casa'! También han expresiones coloquiales como can fatxa 'país donde predomina la extrema derecha', can ianqui 'Estados Unidos de América' o can Putin 'Rusia'. Por ello, ca ha adquirido el significado 'institución'.
También ha pasado a significar 'restaurante'. Muchos de ellos tienen can en su nombre, generalmente porque se trata de antiguas masías reaprovechadas. Quizás por eso en Vilanova i la Geltrú (Garraf, en la costa entre Tarragona y Barcelona) hay un bar-restaurante turco denominado Can Turky's, y en Girona hay un establecimiento de kebabs llamado Can Kebab. No vive nadie llamado Turky's o Kebab; aquí, can significa 'establecimiento de comida'. Otros ejemplos: en Vic (Osona) hay un comercio sobre material de mascotas denominado Can Mascota. En Barcelona vemos la empresa de podología Can Peu. En Vilanova i la Geltrú (Garraf, a medio camino de Tarragona y Barcelona) en en El Prat de Llobregat (Baix Llobregat, al lado de Barcelona) hay sendas pizzerías denominadas Can Pizza. Y en Sant Celoni (Vallès Oriental, entre Barcelona y Girona) está el restaurante Can Mai Tanquis ('jamás cierres').
Ca Vitalidad y Modernidad
También hay juegos de palabras: en el centro comercial de Sant Cugat del Vallès (Vallès Occidental, próximo a Barcelona) está el restaurante Can Tonada, que precisamente está en una esquina (en catalán, cantonada significa 'esquina'). En Rocafort de Queralt (Conca de Barberà, entre Igualada y Tarragona) existe el alojamiento turístico ca Sita; la mujer que lo regenta se llama Sita, haciendo un juego de palabras con el castellano casita. En Cambrils (Baix Camp, próximo a Tarragona) hay los apartamentos turísticos cal Lipois, refiriéndose a Cal·lípolis, una antigua ciudad ibérica quizá origen de Cambrils. En Fornells (Menorca) hay un restaurante llamado ca t'Eva porque lo lleva una mujer llamada Eva y se hace un juego de palabras con la expresión ca teva, forma usual menorquina para decir 'tu casa'. En Oliana (Alt Urgell, camino de Andorra) hay una zapatería llamada Cal Queetcalcis, jugando con el verbo caldre 'ser necesario' y calçar-se 'calzarse'. Y en Sabadell (Vallès Occidental, próximo a Barcelona) se encuentra el restaurante Ca la Mercè't, combinando el nombre de mujer Mercè con calamarset 'calamar pequeño'.
La partícula ca se ve como una palabra de una gran viveza y modernidad
Otra muestra de su vitalidad es que ha llegado a escribirse K. En Valls (Alt Camp) hay el asador KGüell'ast; en Andorra la Vella (Andorra) está el bar-restaurante Moss!, también llamado K l'Irina; en Alcover (Alt Camp) tienen el restaurante K-l'ermità; y en Sant Joan de les Abadesses (Ripollès, en el Pirineo oriental) está el bar Kan Dijous (dijous es 'jueves'). Eso muestra que la partícula ca se ve como una palabra de gran viveza y modernidad. Más curiosidades: en Olot (Garrotxa, provincia de Gerona), en el casco antiguo, había la juguetería Can 95. Y en el centro de El Prat de Llobregat (Baix Llobregat) hay una casa del siglo XIX, hoy residencia de estudiantes, cuyo nombre es Can 19. Incluso está en las redes sociales: Can Putades es el nombre que emplean tres chicas para publicar información en TikTok. Más vitalidad y modernidad, imposible.