Cuando los gitanos emigraron a Europa procedentes de Asia central, lógicamente siguieron hablando su lengua, que recibe varios nombres; uno de ellos es caló. Este término es una palabra de la lengua gitana que significa 'moreno': se emplea porque tienen la piel más oscura que los europeos. A raíz de esta migración, el catalán incorporó algunas palabras del idioma del pueblo gitano.
La palabra más conocida es calé, que significa 'dinero' (normativamente se escribe así, en plural calés, a pesar de que el diminutivo es calerons —'dinerillo'— y también existen los aumentativos caleram y calderada —'pasta gansa'—). La palabra calé precisamente evoca la morenura (como caló), y se dice aplicada al dinero porque había unas monedas más oscuras (seguramente hechas de cobre) que otras (seguramente plateadas o doradas). (En castellano, para ese mismo significado de 'dinero' utilizan el término parné, que en el idioma original de los gitanos tiene el sentido contrario, 'claro'. O sea, la gente castellana empleó la palabra referida a las monedas plateadas o doradas.)
Un vocabulario muy ligado a las actitudes humanas
Otras palabras y expresiones del idioma original de los gitanos que se emplean en catalán son halar —'comida, comer'— (con aspirada, si bien los gitanos de Perpinyà suelen decir jalar con jota catalana, la misma que tienen el francés y el inglés), xantar la mui —'cerrar la boca' (a veces tancar la mui)—, la cangrí —'la cárcel'— y un par de verbos: endinyar —'clavar, meter adentro (un objeto)' y 'endosar (una tarea desagradable) a alguien'— y dinyar-la —'morir'—; la segunda forma tiene sentido porque si te clavan un puñal mueres... De estas palabras, quizás la más curiosa sea menda —'yo'—. También se ha llegado a decir mangui y formas similares (man, manguis, mengui, menguis...), que se explican por la declinación del caló (es decir, según si la palabra hace la función de sujeto, complemento directo, complemento indirecto, complemento de nombre... al igual que lo hacen el ruso, el alemán, el latín o el griego). El vocablo menda normalmente significa 'yo' y suele decirse con artículo (Qui ho farà? El menda! —'¿quién lo hará? ¡el menda!'—), aunque también se puede decir sin artículo (Salvador Espriu, en la obra Barris baixos, de 1935, escribe: Afluixarà al capdavall la mosca, menda t'ho diu —'va a soltar la guita, al fin y al cabo; te lo dice el menda'—). Sin embargo, menda puede llegar a significar despectivamente 'individuo' (Va vindre un menda preguntant per tu —'vino un menda preguntando por ti'—; en castellano también existe este uso).
El verbo camelar también procede de la lengua caló. Actualmente significa 'embaucar (a alguien) con engaños, con palabras bonitas pero malintencionadas'; pero su significado original era 'amar (a alguien)' y, por extensión, 'hacer que (alguien) se enamore'. Ya sabemos que, cuando alguien se enamora perdidamente de otra persona, esa persona puede hacerle hacer lo que quiera, y de ahí el vínculo entre ambos significados. Esto hizo que camelar pasara a indicar la capacidad de la gente de embaucar a otras personas, generalmente con buenas palabras. ¿Y por qué camelar significaba 'amar (a alguien)'? Pues porque en las lenguas del norte de la India y Pakistán (la tierra natal de los gitanos) kama significa 'amor, cariño' y también 'deseo carnal'; precisamente por eso el libro llamado Kama-sutra (que significa 'principios del amor') es un manual de erotismo, sexualidad y amor.