Isla internacional de los Faisanes (desembocadura del río fronterizo Bidasoa), 7 de noviembre de 1659. Hace 366 años. Los ministros plenipotenciarios Luis Méndez de Haro, en nombre del rey hispánico Felipe IV; y Jules Mazzarino, delegado del monarca francés Luis XIV, ponían fin a veinticuatro años de conflicto (1635-1659). Con la Paz de los Pirineos se precipitaba el fin del liderazgo mundial de los Habsburgo hispánicos que, a partir de aquel momento, pasaban a ser relevados por los Borbones franceses. Un relevo que se escenificaría con la mugrienta actuación de los representantes de Felipe IV y del mismo rey hispánico; que amputaron Catalunya, entregando los condados del Roselló y del Conflent a la monarquía francesa.

Mapa de Catalunya (1690), después del Tratado de los Pirineos. Incluye los condados norte pirenaicos / Fuente: Cartoteca de Catalunya
Mapa de Catalunya (1690), después del Tratado de los Pirineos. Incluye los condados norpirenaicos / Fuente: Cartoteca de Catalunya

Durante siglos, los condados del Roselló y del Conflent fueron una parte indisociable de la nación catalana. Primero vinculados a los otros condados carolingios catalanes de la Marca de Gotia (siglos VIII-X). Y después como parte de la entidad política nombrada Principat y Condats, (siglos X-XVIII). Pero desde la Paz de los Pirineos (1659) —y en solo tres siglos— la administración francesa ha denominado el territorio —como mínimo— de tres formas diferentes: "Province Étrangère du Roussillon" (1659-1700); "Province du Roussillon" (1700-1789); y "Departament des Pyrénées Orientales" (1789-actualidad). ¿Cómo tenemos que llamar a aquellos viejos condados que son la matriz de la nación catalana: Catalunya Nord o Pirineos Orientales?

Antes del Tratado de los Pirineos

Los condados del Rosellón y del Conflent (entregados a Francia en 1659) y la mitad norte del condado de Cerdanya (entregado, también, a Francia en 1660), habían sido vinculados —culturalmente, políticamente y económicamente— a los condados de Urgell, de Empúries y de Barcelona; desde la época de la Marca carolingia de Gotia (754-987). Incluso, habían hecho conjuntamente el camino de la independencia y, progresivamente, habían desplazado su eje hacia el campo de gravitación política del condado independiente de Barcelona (987-1172). En 1172, el Roselló, Conflent y Cerdanya pasarían a dominio de la casa condal de Barcelona —los Bellónidas— que los retendrían dentro del patrimonio familiar (hermanos, primos). Sin embargo, la incorporación política definitiva no se produciría hasta 1344, en tiempos del rey Pedro III.

Mapa del condado del Rosellón (1690) / Fuente: Cartoteca de Catalunya
Mapa del condado del Roselló (1690) / Fuente: Cartoteca de Catalunya

En este punto, es importante destacar un aspecto que resulta fundamental para dar respuesta a la cuestión que planteamos: al margen de la secular vinculación lingüística, cultural y política entre los condados de las dos vertientes pirenaicas catalanas —que remontaba, como mínimo, al siglo VIII carolingio; los condados del Roselló, de Conflent y la mitad norte del condado de la Cerdanya, serían incorporados —definitivamente— al edificio político catalán... ¡¡¡trescientos quince años antes del Tratado de los Pirineos!!! Es decir, que los roselloneses, conflentinos y ceretanos se identificarían como catalanes y serían denominados catalanes, como mínimo, desde tres siglos antes (1344) que Luis XIV les colgara la etiqueta de "provincia Extranjera del Rosellón" (1659) y Luis XVI el de "Departamento de los Pirineos Orientales" (1789).

Después del Tratado de los Pirineos

La Guerra de Separación de Catalunya (1640-1652/59) fue un conflicto dentro de la Guerra hispanofrancesa (1635-1659). Y durante la última fase de aquel conflicto (1652-1659), que se libró, básicamente, en territorio de los antiguos condados del Roselló y de Conflent; Jules Mazzarino, el ministro plenipotenciario francés (en 1640, en tiempo de su antecesor Richelieu, los gobiernos de Barcelona y de París habían firmado una alianza) creó un regimiento formado, exclusivamente, por soldados y mandos catalanes de ambas vertientes de los Pirineos. Aquel regimiento fue, inicialmente, llamado "Royal-Mazzarino" en honor a su fundador y en las postrimerías del conflicto adquirió un gran protagonismo.

Decreto de interdicción de la lengua catalana (1700) / Fuente: Universidad de Montpelller
Decreto de interdicción de la lengua catalana (1700) / Fuente: Universidad de Montpelller

Concluida la guerra y firmada la Paz de los Pirineos, Mazzarino habría podido optar por disolver aquel regimiento. Pero no solo no lo liquidó, sino que lo reestructuró, lo renombró y lo prestigió. Después de la guerra (1659) aquel regimiento pasaría a estar formado, exclusivamente, por soldados y mandos de los antiguos condados del Roselló, del Conflent y de la mitad norte de la Cerdanya (súbditos catalanes del rey Luis XIV de Francia); y pasaría a llamarlo "Royal-Catalan". El "Royal Catalan", sobreviviría a su fundador, se proyectaría en el tiempo y tendría una participación muy destacada en los campos de batalla norteamericanos durante el conflicto de los Siete Años (1758-1763).

¿De dónde viene el término "Catalunya Nord"?

Los habitantes de los antiguos condados del Roselló, de Conflent y de la mitad norte del condado de la Cerdanya siempre se han identificado, exclusivamente, como catalanes. Eso lo sabía, incluso, alguien tan absolutamente alejado de la realidad sociológica de sus súbditos como el rey Luis XIV de Francia. Y lo sabía tan bien que el 2 de abril de 1700 (cuarenta y un años después del Tratado de los Pirineos) hizo público el "Décret d'Interdiction de la langue catalane" (para referirse a la lengua de los territorios que había ocupado después del Tratado de los Pirineos). Luis XIV y Mazzarino tenían muy claro que aquellos nuevos súbditos del pie-de-monte pirenaico que habían incorporado a los dominios de Francia eran inequívocamente catalanes.

Representación del Regimiento Royal Catalan (1761) / Fuente: Tincoderoga Museum
Representación del Regimiento Royal Catalan (1761) / Fuente: Tincoderoga Museum

Pero el término "Catalunya Nord" o "norcatalanes"; no aparece hasta la década de 1970. Fue concebido y popularizado por Llorenç Planes, un ingeniero agrónomo de Costoja (Vallespir) que se inspiró en la analogía con Euskadi Norte (la parte del país bajo administración francesa) y Euskadi Sur (la parte bajo administración española). El gran éxito de aquella propuesta sería el gran consenso que generó. Desde la publicación "El pequeño libro de la Catalunya Nord" (1974), esta definición es aceptada por toda la comunidad académica de los países que forman el universo cultural catalán. Solo la imbecilidad que destilan algunos personajes (entendida desde el concepto filosófico que lo describe como el que difunde ideas de contenido muy bajo) puede afirmar lo contrario.