La portada del Diario de Barcelona del 20 de julio de 1924, ahora hará un siglo, mostraba el aspecto de una plaza del Pi, en pleno centro de la ciudad, llena hasta los topes. La foto, que muestra una multitud de hombres con sombrero, retrata el multitudinario adiós que la ciudad ofreció al dramaturgo Àngel Guimerà con motivo de su entierro, este viernes hará cien años.
La edición del 20 de julio del diario informa sobre algunos detalles del entierro bajo el título "Entierro de Don Ángel Guimerà: Cataluña peso exterioriza su duelo". El entierro se celebró sin carácter oficial porque los familiares -atendiendo las indicaciones del autor- no aceptaron los ofrecimientos que hicieron las autoridades. Así y todo, "su entierro revistió los caracteres de una manifestación de duelo imponente, la cual tomó la ciudad en masa y a la cual se adhirió Catalunya", dice el diario.
Barcelona colapsada
Un siglo atrás, el centro de la ciudad vivió un día intenso para despedir al dramaturgo. Horas antes del entierro, los balcones, ventanas y terrados de las calles de Petritxol, la plaza del Pin, del Beat Oriol, Boqueria, Hospital, Sant Pau Unió y las Ramblas se llenaron de personas que querían despedirse del poeta.
El cuerpo de Guimerà descansa desde aquel día en un féretro de roble. Encima de su pecho se colocó una insignia de la Unió Catalanista de la cual había sido presidente. Desde la casa mortuoria, los empleados de la funeraria llevaron el féretro cargado en los hombros hasta la plaza del Pi donde lo esperaba el coche fúnebre. La marcha fue contemplada por miles de personas y el servicio de tranvía estuvo interrumpido durante una hora ante el colapso.
La carroza con los restos de Àngel Guimerà llegaron al cementerio de Montjuïc en torno a las seis de la tarde. La prensa de la época describe que lo hizo acompañado de un millar de jóvenes a pie. El autor fue enterrado en un hipogeo bizantino que él mismo adquirió en 1883, cuando su madre murió. El arquitecto Josep Puig y Cadafalch, en calidad de amigo y en nombre de la familia, fue el encargado de dar las gracias a los presentes. "Su cuerpo –dijo- queda a la tierra, pero su alma está en el cielo, y nosotros guardaremos su recuerdo a la nuestra y seguiremos sus enseñanzas".
Para conmemorar el centenario de la muerte de Guimerà, este miércoles se ha hecho una ofrenda floral delante de su tumba en Montjuïc. El acto lo han organizado la Institució de las Lletres Catalanes y el Ajuntament del Vendrell y se ha hecho una lectura dramatizada de fragmentos de Terra baixa, a cargo de Carme Sansa y Enric Majó. La ofrenda floral de este miércoles es uno de los 179 actos programados por todas partes en el marco del Año Guimerà. El acto se ha hecho en presencia de unas decenas de personas.
El catalanismo de Àngel Guimerà
El alcalde del Vendrell, Kenneth Martínez, ha recordado que en 1924, en tiempo de la dictadura de Primo de Rivera, la asistencia multitudinaria al funeral de Guimerà también sirvió para reivindicar el catalanismo que representaba su figura. El alcalde del Vendrell ha leído unos versos del escritor para recordar la voluntad de Guimerà de permanecer en Montjuïc.
La directora de la Institució de las Lletres Catalanes, Izaskun Arretxe, más allá del dramaturgo de prestigio internacional, ha reivindicado la faceta de Àngel Guimerà como "poeta importantísimo". "Mañana hará 100 años de su muerte, y pienso que es un buen momento no solo para darle las gracias, sino para recordar la vigencia, para recordarnos que somos enanos en los hombros de gigantes. Y que nuestro patrimonio también es responsable que tengamos una literatura tan viva, y nos garantiza la continuidad hacia futuro", ha concluido Arretxe, según informa la agencia ACN.