El director general del Gran Teatro del Liceu, Roger Guasch, ha acordado su desvinculación con el presidente del Patronato y dejará el cargo el próximo mes de marzo para iniciar una nueva etapa en su carrera profesional.
Guasch, que llegó al cargo en octubre del 2013, ha sido muy cuestionado por su gestión, en especial por el incidente que tuvo lugar el 13 de enero del 2017, cuando cayó el telón de terciopelo rojo de 2.000 kilos de peso que, fortuitamente, no provocó ninguna víctima aunque uno de los técnicos que se encontraba trabajando en aquel momento estaba justo a 30 centímetros de donde cayó el telón.
El incidente, que fue silenciado hasta que El Nacional lo dio a conocer, provocó la suspensión excepcional de una de las óperas de la temporada, Werther y sacó a la luz una serie de errores en los sistemas de seguridad, tal como concluyó el informe final, que atribuía a una negligencia la caída del telón, un hecho que puso en tela de juicio la gestión de Guasch.
Con todo, el Gran Teatro del Liceo sólo ha tenido buenas palabras hacia Guasch en el comunicado de despedida, donde ha resaltado que en estos cuatro años de mandato, el Liceu ha mejorado su imagen y prestigio, tanto a nivel local como internacional y ha diseñado y ejecutado el Plan Estratégico y de Viabilidad 2014-2017, que se inició con la llegada de Guasch y que se cerró el pasado julio de 2017. Aparte, también ha contribuido al saneamiento económico de la institución y el equilibrio presupuestario.
Durante las últimas 3 temporadas, el Teatro ha cerrado con equilibrio económico dejando atrás los resultados de déficit de la temporada 2013/14. A nivel de mecenazgo y patrocinio, y dentro del marco de la celebración del 20º aniversario de la reapertura del Teatro, los resultados también han mantenido una tendencia al alza. Guasch, que se incorporó el 4 de octubre del 2013, fue elegido mediante una búsqueda profesional encargada por el entonces presidente de la institución, Joaquim Molins.
Polo de atracción
A nivel artístico, el Liceu se ha mantenido como polo de atracción en el sur de Europa con una programación con grandes voces e innovadoras propuestas escénicas que han conservado su posicionamiento internacional. La partida artística por actividad se ha incrementado un 31% respeto la temporada 2013/14, debido a la buena acogida de las propuestas, tanto en sus títulos más clásicos como en las más rompedoras, como por ejemplo el fenómeno Elektra de Strauss con la dirección musical de Josep Pons, o la reciente Tristan und Isolde de Àlex Ollé, de La Fura, también bajo la dirección musical del maestro titular del Teatro.
En esta línea, durante estos 4 años, el Plan Estratégico y de Viabilidad ha mantenido la política de destinar una parte significativa del incremento de ingresos de la actividad artística a la mejora de los cuerpos estables, iniciando así la renovación de los efectivos del Coro y de la Orquesta –centrados principalmente en la Orquesta. Esta primera fase cierra con la prórroga del maestro Josep Pons hasta la temporada 2021/22 con el objetivo de finalizar este proceso de renovación.
Socialmente, el Liceu ha experimentado una apertura a la ciudadanía desde 2014, otro de los objetivos del Plan Estratégico 2014-2017. La nueva definición del Proyecto Social del Teatro se puso en marcha hace un año con 10 áreas muy alineadas con los estatutos de la Fundación de "promover y ejecutar todas aquellas iniciativas que revierten en el fomento de la cultura, especialmente de la operística."