El adiós de Marisa Paredes, una de las más reconocidas y prestigiosas damas de la interpretación del estado español, sobre los escenarios y delante de la cámara, y figura clave en el cine de Pedro Almodóvar, ha sido todo un impacto. Con más de sesenta años de trayectoria profesional, dejó sello y personalidad con cineastas como Fernando Fernán-Gómez, Fernando Trueba, Agustí Villaronga, Jaime Chávarri, Guillermo del Toro, Arturo Ripstein, Raúl Ruiz, Roberto Benigni o Jaime Rosales. "Domina todos los registros, desde la diva shakesperiana hasta la mujer que friega escaleras", había dicho de ella Almodóvar. Combativa socialmente y política, comprometida con la profesión (fue presidenta de la Academia de Cine Español durante tres años, que coincidieron con la gala de los Goya del No a la Guerra), Premio Nacional de Cinematografía y Goya de Honor, Paredes es historia del cine. Recordamos una decena de sus películas más relevantes.
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Las 10 películas cruciales de Marisa Paredes
1. Ópera prima (Fernando Trueba, 1980)
El debut de Fernando Trueba, paradigma de la comedia a la madrileña que hizo fortuna en los años 80, trajo también a uno de los primeros personajes cinematográficos trascendentes de la Paredes, que ya llevaba decenas de Estudios 1 y de obras teatrales en los hombros. En la película, interpreta a una directora de cine obsesionada con la pornografía y la zoofilia, todo un contrapunto a la peripecia del protagonista (Óscar Ladoire) y su historia de amor con su prima (Paula Molina).
2. Tras el cristal (Agustí Villaronga, 1986)
Geraldine Chaplin rechazó el papel y Marisa Paredes vio cómo el debut del también añorado Agustí Villaronga se convertía en una de sus grandes oportunidades para sacar la cabeza al cine con un personaje de peso. En este enfermizo descenso a los infiernos del Daño|Dolor|Mal, la actriz interpretaba a la esposa de Klaus, un médico que había perpetrado todo tipo de experimentos y torturas a los internos de un campo de exterminación nazi. Tetrapléjico y conectado a un pulmón de acero, el exmédico desarrollaba una extraña relación con un joven en una de las películas más relevantes de la historia del cine español.
3. Cara de acelga (José Sacristán, 1986)
La primera de sus dos nominaciones a los Goya (la segunda sería por La flor de mi secreto) llegó por esta película, donde plantaba cara a dos leyendas de la interpretación como Fernando Fernán-Gómez y el mismo Sacristán, también director de esta comedia agridulce sobre un trotamundos muerto de hambre que acaba involucrándose en un delirante plan para robar una valiosa pintura.
4. Tacones Lejanos (Pedro Almodóvar, 1991)
"El personaje de Becky del Páramo ha marcado mi carrera", había dicho en infinidad de ocasiones. Almodóvar se inspiró en Chavela Vargas para escribir su rol en la película, una diva de la canción que vuelve a España después de años en México, y se reencuentra con su hija (Victoria Abril) para explorar una relación llena de traumas y reproches. Interpretar, con la voz de Luz Casal, el Piensa en mí la convirtió en todo un icono del cine del director manchego, responsable máximo de su explosión en el cine y de las ofertas de otras cinematografías. Con él ya había hecho Entre tinieblas (1980) y repetiría en La flor de mi secreto (1995), en Todo sobre mi madre (1999), haciendo un cameo en Hable con ella (2001) y en La piel que habito (2011).
5. Tierno verano de lujurias y azoteas (Jaime Chávarri, 1993)
"Es una película sobre la alegría del amor y del placer", definía Marisa Paredes cuándo presentaba esta sensual y atrevida comedia en la cual la actriz formaba un triángulo sentimental con Imanol Arias y Gabino Diego. Una historia de seducción a partir de los relatos eróticos que un joven le explica a una mujer madura, con inspiración de El sueño de una noche de verano de Shakespeare.
6. Tres vidas y una sola muerte (Raúl Ruiz, 1996)
El grandísimo Marcello Mastroianni era el nexo de cuatro historias situadas en París, nada convencionales, como habitualmente ofrecían las ficciones dirigidas por el chileno Raúl Ruiz (quien, en esta ocasión, hablaba del "diseño cubista" de su película). El cineasta fue uno de los creadores internacionales que cayó seducido por el talento de Marisa Paredes, que comparte reparto con Anna Galiena y Chiara Mastroianni.
7. La vida es bella (Roberto Benigni, 1997)
El mayor éxito internacional de la actriz, y también uno de los filmes más galardonados del cine europeo. Ganadora de tres Oscars, La vida es bella fue un fenómeno por todas partes, con la historia de un padre que es detenido en un campo de exterminación nazi con su hijo pequeño, y, para evadirlo del horror que los rodea, le hace creer que todo forma parte de un juego. La Paredes interpretaba a la suegra de Roberto Benigni en una película que hizo historia.
8. El coronel no tiene quien le escriba (Arturo Ripstein, 1999)
Cuando la segunda colaboración de Paredes con Arturo Ripstein (después de la también magnífica Profundo carmesí) se presentó en el Festival de Cannes, el cineasta mexicano fue mucho claro: "Que no hayan premiado a Marisa va más allá de la injusticia: es una tontería, una estupidez. Su interpretación está llena de versatilidad, talento e inteligencia". Ripstein adoraba a la actriz madrileña, a quien le dio el personaje de la esposa del viejo coronel, pareja protagonista de esta brillante y libre adaptación de la novela homónima de Gabriel García Márquez.
9. El espinazo del diablo (Guillermo del Toro, 2001)
En una de las obras más personales del mexicano Guillermo del Toro (que después lo petaría por todas partes con El laberinto del fauno), la actriz madrileña interpretaba a la directora del orfanato donde sucede esta atmosférica y terrorífica trama que, situada en el final de la Guerra Civil Española, mezcla fantasmas y fascistas, huérfanos de familias republicanas y una bomba sin explotar.
10. Petra (Jaime Rosales, 2018)
Explicaba que, probablemente, era el director que más la había hecho sufrir. Jaime Rosales confesaba que "en público la llevaba entre algodones, pero cuando nos quedábamos solos, la cosa iba a latigazos, nos decíamos de todo. En cualquier caso, el trabajo con Marisa es una de los que más satisfacciones me han dado". Y es que ella, con una sólida personalidad, tuvo que ponerse al servicio de un cineasta diferente del resto y que, con Petra, proponía un estimulante duelo interpretativo entre Paredes y Bárbara Lennie.