La película de animación stop-motion más taquillera de la historia ya tiene secuela dos décadas después. Netflix estrenará este viernes Chicken Run: Amanecer de los nuggets, del estudio Aardman, un filme de acción y comedia para todos los públicos en el cual también ha participado un catalán. En una entrevista con la ACN, Arnau Gòdia ha explicado cómo ha pasado de vivirla en el cine cuando era pequeño jugando con plastilina esculpiendo a los personajes de la granja más alocada a dar vida a Ginger y Molly en la segunda parte. Gòdia, que ha formado parte del equipo de animación de lo que se convirtió en un homenaje a la célebre película de Steve McQueen —La gran evasión—, constata que ha sido "un proceso muy bonito, largo y difícil en algunos momentos".
Han hecho falta 23 años, pero finalmente habrá más humor del filme que se convirtió en el más taquillero de su género, la animación en stop-motion, con 224 millones de dólares, un título que todavía mantiene más de dos décadas después. Con este evidente paso del tiempo, no es de extrañar que en el equipo encargado de dar vida de nuevo a Ginger, Baps o Rocky, también haya niños que la vieron de menores en pantalla grande, como el propio Arnau Gòdia, que explica que recuerda cómo salió hace 20 años del cine y dijo "Uau! Ha sido increíble!". Ahora, el catalán forma parte de la cincuentena de personas del equipo de animación de Aardman, que fue también el creador de su precursora. En total, sin embargo, en la producción hay implicadas unas 500 personas.
Pero también han pasado varios años para los protagonistas de Chicken Run, y es que después de huir de la granja Tweedy, Ginger ha cumplido su sueño: vivir tranquila en una isla idílica. Pero para su hija, Molly, eso no es suficiente y quiere ver mundo. "Es bonito ver eso en las dos películas, por ejemplo el personaje de Ginger está en un lugar muy diferente del que acaba en la primera", dice Arnau. Ginger ya es adulta y tendrá conflictos interiores, mientras que Molly es un personaje joven. "Tiene bastante variedad de personajes para que se vea reflejada la gente más adulta y la más pequeña". Y con una evolución de las ideas y del carácter de los protagonistas, a la vez que la aparición de nuevas caras, el trabajo de los animadores no se ha limitado a reproducir las expresiones que vimos en la primera parte.
Además, precisamente por el gran éxito de la película original, la vivieron como un "reto enorme": "todo el mundo en el estudio tenía una sensación que lo que íbamos a hacer era una cosa muy seria, teníamos que hacer un buen trabajo para que estuviera a la altura". Para encarar este reto, la voluntad del estudio en todo su proceso ha sido acercar la historia a una película de acción con un estilo de las producciones de Misión Imposible o de la franquicia de James Bond. Y, al mismo tiempo, manteniendo los toques de humor característicos del género slaptick comedia. La nueva Chicken Run podrá verse en la plataforma Netflix a partir del próximo viernes 15 de diciembre.