Christoffer Petersen es el autor de Siete tumbas, un invierno, una novela negra ambientada en Groenlandia que ahora traduce al castellano la editorial RBA. Ha venido a Barcelona, para presentar esta novela en la BCNegra, el gran festival catalán de la novela negra.
Usted vivió 7 años en Groenlandia. ¿Cómo llegó allí?
Siempre me ha interesado el Ártico. Cuando era adolescente leía libros de Jack London, escondido bajo las sábanas, iluminado con una linterna. Aprendí a llevar perros de trineo y pensé que era una buena idea ir a Groenlandia. Me enamoré de una danesa, tuve suerte, y eso me acercó más a la isla. Más tarde me quise unir a las patrullas policiales groenlandesas, pero me dijeron que no podía incorporarme si estaba casado. Y finalmente, me casé y no fui policía. Empecé a hacer de profesor en Dinamarca, y después en Groenlandia.
¿Usted no es danés?
No, no lo soy. Pero escribo con un nombre danés, con el apellido de mi mujer. Y ella está muy feliz con eso.
En Groenlandia vives al límite. Es la vida diaria de los groenlandeses
¿Cómo se vive en Groenlandia?
Es muy excitante, es siempre un gran reto. Me gusta describirla como "la tierra de los primeros". Porque cuando estás en Groenlandia haces muchas cosas por primera vez. Comes muchos animales diferentes por primera vez. Experimentas temperaturas muy extremas por primera vez. Y por primera vez te encuentras muy cerca de la vida y la muerte. Vives al límite, un poco. Pero esta es la vida diaria de los groenlandeses.
¿Usted vivía en una ciudad?
No... Yo vivía en los distritos del extremo norte de la isla, donde se llega en trineo... Pasaba el tiempo en pequeñas comunidades de pescadores-cazadores. Me gustaba mucho...
¿Encontró en Groenlandia el Ártico que había conocido en los libros de Jack London?
Yo había encontrado el Ártico en los libros de London, y por eso estaba muy emocionado por ir a Groenlandia. En realidad, también he pasado algún tiempo en Yukón, en Alaska, y en Canadá, y he visto muchas similitudes entre la gente de Groenlandia y las comunidades de Alaska. La gran diferencia, a pesar de todo, es que en Groenlandia no hay árboles.
¿Sus libros son herederos de la obra de Jack London?
Mis novelas son un poco como escenas de crímenes de London. Los libros de London tienen mucha aventura, y yo también voy en esta línea.
En Groenlandia iba con un trineo impulsado por un tiro de perros, pescaba...
¿Cómo se decidió a ambientar algunas de sus novelas a Groenlandia?
Groenlandia me ofreció mucha inspiración... En realidad, escribo sobre cosas que hacía. Yo iba con un trineo impulsado por un tiro de perros, pescaba... Todas estas experiencias las viví allí. Pero con eso no tenía bastante: tenía que aprender a escribir de forma correcta. Quería explicar mis historias, pero de la mejor forma posible. E hice, online, mientras estaba en Groenlandia, un máster en escritura profesional. En Groenlandia recibí la inspiración, y a partir de aquí me tocó aprender a plasmarlo.
¿Groenlandia, por su población (poco más de 60.000 habitantes), donde todo el mundo se conoce, es un escenario perfecto para una novela negra?
Es la interacción básica entre seres humanos la que permite que salgan muchos conflictos. Y en un lugar pequeño eso es muy visible. Por ejemplo: los celos. Los celos causan muchísimos problemas en Groenlandia. Y como escritor puedes estirar muchísimo este hilo. Yo cojo alguna cosa real y a partir de aquí construyo una historia.
Los policías de Groenlandia conocen a todo el mundo de su pueblo
¿Vio cómo trabajaban los policías groenlandeses para inspirarse literariamente?
El último año que estuve en Groenlandia trabajé en la academia de policía. Y acabé teniendo un gran respeto por los agentes de policía que trabajaban en las comunidades. En Barcelona un policía puede conocer a alguien, pero no a todo el mundo. Los policías de Groenlandia conocen a todo el mundo, no del país, pero sí de su pueblo.
¿Groenlandia es una sociedad dividida étnica y lingüísticamente?
Sí y no. Sí, a causa de la larga presencia danesa en el territorio... Durante mucho tiempo, el danés fue el primer idioma, pero ahora el groenlandés se ha convertido en la primera lengua, mientras que el danés se mantiene como lengua de negocios. Y hay una cierta animosidad entre hablantes de danés y de groenlandés, que analizo en mi libro. Pero en el norte de la isla hay más animosidad contra los groenlandeses occidentales que contra los daneses. Pienso que eso también tiene que ver con la lengua, porque el groenlandés occidental es el principal idioma, pero en el norte, en el este y en el sur hablan otros dialectos, que no tienen escritura. Mi personaje, David Maratse, es del este y habla groenlandés del este, pero para aprender inglés tiene que aprender primer groenlandés occidental, después danés y por fin inglés.
¿Es difícil la cuestión lingüística en Groenlandia?
Cuando fui al norte tenía que enseñar en groenlandés. Y la verdad es que tenía que señalar muchas cosas. Y los que lo tenían más difícil eran mis hijos: cuando iban a clase tenían que ir con 5 diccionarios: de inglés, de danés, de los diferentes dialectos de groenlandés...
En el libro habla de los groenlandeses como colectivo. ¿Los groenlandeses son los inuits?
En Groenlandia no les gusta que les llamen esquimales (aunque hay inuits que quieren que se les llame inuits). En la escuela decían que no querían que les designaran como esquimales, sino como groenlandeses. Pero para mucha gente llamar a alguien esquimal es peyorativo, pero depende de dónde vengas. Yo soy inglés, y para mí inuit no es un término peyorativo. En realidad, en Alaska a los esquimales les gusta que les llamen inuits, pero a buena parte de los groenlandeses no...
¿Hay un movimiento reivindicativo fuerte en Groenlandia en contra de la presencia danesa?
Todo el mundo tiene una opinión política al respecto. Algunos tienen opiniones más radicales que otros. El partido político que aparece en mi libro se basa en un partido real, que sólo habla groenlandés y que rechaza hablar en danés: en todas las entrevistas hablan sólo groenlandés. Pero para los jóvenes de Groenlandia el pasado está muriendo: el cambio climático cambia la forma como la gente como pesca y caza, y eso ya no es tan lucrativo. Por eso los jóvenes groenlandeses modernos creen que se tiene que hablar más idiomas, y algunos piensan que pueden tener mejor educación vía Dinamarca.
¿Quién es el agente David Maratse?
Es un cazador que es policía. Es alguien estrechamente conectado a la tierra, al entorno. Preferiría estar siempre sobre un trineo o pescando, pero está dedicado a su pueblo en cuerpo y alma. Y por lo tanto no pesca y no va tanto en trineo como querría. En el libro Siete tumbas, un invierno piensa que se jubilará de policía prematuramente por las heridas recibidas en un caso anterior. Pero al final se acaba adentrando en un nuevo caso de asesinato. Es un hombre tranquilo, calmado. En el primer libro fuma mucho, porque los groenlandeses fuman mucho. Es importante, para mí, que sea una persona groenlandesa firme, que llegue a cambiar los estereotipos...
La política es turbia como el barro
En Siete tumbas, un invierno no deja muy bien la política: ¿cree que es un asunto inevitablemente turbio?
¡Sí! La política es muy turbia, como el barro. Y eso es lo que hace que la política sea interesante. La política también tiene un papel importante en los otros cuatro libros de la serie Maratse. Los políticos que salen en Siete tumbas siguen apareciendo. Los políticos forman parte de la saga, salen en cada uno de los libros, con más o menos relevancia. Pero quiero aclarar que todo es ficción: no me inspiro en personajes reales.
¿Es Siete tumbas, un invierno también un libro sobre la superación personal?
Sí. Hay un personaje, Malik, que podría encarnar o protagonizar un ejemplo de los antidaneses, que se ve forzado a cambiar de actitud en el transcurso de los acontecimientos. Y Maratse también cambia. Lo que quiero es impregnar a todos los personajes de un carácter muy fuerte, que tengan mucho crecimiento.
¿Este es un libro reivindicativo?
Es un libro muy importante para mí, por eso. Conocí a muchos profesionales groenlandeses que no podían hablar groenlandés. Y creí que eran importantes para el futuro de Groenlandia y quería explicar su historia.
En Dinamarca no saben quién soy, como en Groenlandia
¿Usted es un autor popular en Groenlandia o en Dinamarca?
En Dinamarca no saben quién soy, como en Groenlandia. Los groenlandeses sólo sabían quién era cuando vivía allí. En ninguno de los dos lugares nadie sabe quién es Cristoffer Petersen. Pero tengo muchos lectores en Estados Unidos, Canadá, Australia...
Tiene en marcha un libro sobre Bolivia. ¿También ha vivido allí?
Este es un libro que está cociéndose. Yo nunca he estado en Bolivia. El personaje principal es una chica boliviana. La historia empieza en Bolivia, pero la mayor parte de la trama pasará en Estados Unidos, donde sí que he ido a menudo.
Usted habitualmente se autoedita. ¿Cómo distribuye sus obras?
Todo lo hago vía Amazon. Amazon hizo posible que autopublicara mis libros, y tuvo un papel clavee en su difusión. Yo nunca he enviado un manuscrito a un agente. Pero un editor francés me encontró en Amazon, y fue él a quien me impulsó en el mundo de las editoriales. Es un poco una historia de éxito para de otra gente que quiera hacer lo mismo. Pero para ello hay que aprender a escribir bien. Yo estudié para hacerlo bien. Si escribes una buena historia, al final acabará saliendo adelante.
¿Tienen previsto publicar más historias de Maratse en castellano o en catalán?
La segunda novela de la serie está en marcha, ya la han comprado. De momento, todavía no ha salido ningún editor que me quiera traducir al catalán, pero me encantaría.