Pocos días antes de los premios Oscar, una noche clave en la industria de Hollywood, la gigantesca industria estadounidense del audiovisual tiembla ante una nueva huelga de guionistas. Según informa Público, en los próximos días el convenio entre el sindicato de guionistas (WGA) y la patronal (AMPTP) se tiene que actualizar, lo cual pasa cada tres años, y esta vez las negociaciones se han estancado. A pesar del pánico que corre por Hollywood solo imaginando los millones de dólares que se perderían con una huelga de guionistas, no ha trascendido todavía cuál es el desacuerdo en el convenio que puede empujar a un paro hollywoodiense.
Si, finalmente, las negociaciones entre sindicato y patronal no se desencallan, aproximadamente 12.000 trabajadores serían llamados a la huelga, cosa que supondrá una gran parada de toda la industria audiovisual a escala global, mayoritariamente controlada en Occidente por las producciones estadounidenses. Es decir, si los guionistas de Hollywood paran, todo el mundo lo notará, incluso, en Catalunya.
Las negociaciones están en manos de guionistas muy conocidos y consagrados como David Simon, creador de The Wire, Mike Schur (The Office), David Shore (House) o Kay Cannon (La nota perfecta). Al fin y al cabo presidido por Ellen Stutzman. Desde la patronal denuncia la actitud de los escritores que no descartan la opción de parar las máquinas y volver a convocar una gran huelga como el año 2007. "La idea de que el Gremio de Escritores quiere empujar a Hollywood por un acantilado es absoluta y ridículamente falsa", explica Glenn Mazzara a Variety, veterano productor de The Shield y The Walking Dead, a quién añade: "Eso es la desinformación. La dirección del WGA es increíblemente reflexiva. No asumirán riesgos innecesarios".
El recuerdo del 2007
Mencionar el 2007 en Hollywood es abrir la caja de los truenos por los grandes estudios que todavía recuerdan como flashbacks de guerra la última gran movilización sindical de guionistas. ¿Qué pasó? Durante 100 días, unos 12.000 guionistas de televisión, cine y radio fueron a la huelga para conseguir un cambio en las condiciones laborales, concretamente pedían un porcentaje más alto con respecto a las ventas de DVDs, más protección para los escritores de animación y telerrealidad y el tema más complicado: mayor compensación en las ventas de nuevos contenidos digitales. Es decir, en pleno cambio de modelo mediático, en los primeros pasos del streaming, los guionistas se quisieron asegurar buenas condiciones para el futuro.
Los guionistas se mantuvieron firmes y unidos y durante tres meses las bases de Hollywood se sacudieron y, finalmente, la movilización consiguió gran parte de sus demandas, salir reforzados como sindicato y colectivo y costaron en los grandes estudios entre 1,5 y 2,1 mil millones de dólares. Por eso, más de una década después, la huelga del 2007 todavía hiela la sangre de los estudios