Literatura y cine son dos patas de una misma pasión. Bien lo sabe Luis López Carrasco, director de cine murciano, que acaba de ganar el premio Herralde de Novela por El desierto blanco, una historia política ubicada en un futuro incierto y compuesta por cinco relatos que se unen entre sí, y que tiene como hilo argumental a unos personajes que huyen en globo de unos bombardeos, supervivientes de una guerra mundial que ha azotado el mundo entero, y que tendrán que enfrentarse a los retos de construir una nueva civilización en una isla desierta. Un punto de partida que dura lo que dura esta curiosa dinámica de grupo para entrar a trabajar en unos grandes almacenes. "Estoy desbordado de felicidad", ha comentado el autor. No es el primer libro de López Carrasco, y sin embargo, quizás sí el más profundo. Es un rescate a los recuerdos del pasado, que se van investigando a partir del impacto del presente, y para los que el cineasta y escritor se ha inspirado en la crudeza de la crisis económica de 2008 y en las migraciones que se sucedieron en su nombre.
Así, desde un lugar lejano, una especie de exilio, el narrador proyecta hacia el pasado para intentar rescatar las memorias que transformaron su vida y la de las personas cercanas a él, y así poder analizar, comprender y redescubrir las claves de una época en la que lo único importante parecía ser encontrar un trabajo precario para sobrevivir en pleno siglo XXI. Una trama central que se va descubriendo por las alusiones y que se desenreda justo en la última página de la novela. No obstante, según el autor, no se trata de una novela generacional. López Carrasco considera que cada vez se puede fabular e imaginar menos porque la sociedad tiende a creer que todo está hecho, que ya no hay nada por descubrir. "Quizás esto es una pregunta política", ha añadido.
"No es una novela catastrofista ni pesimista, tampoco optimista, pero es una novela que creo que nos muestra de una manera muy tierna quienes somos, para lo bueno y lo malo; es una novela que se plantea un futuro desde el cual revisamos nuestro presente", ha explicado Juan Pablo Villalobos, miembro del jurado. Se trata de una novela que ocurre en el año 2035, y tiene una semejanza con El año del descubrimiento, el documental del mismo autor —ganador del Goya — que revisa lo sucedido en Cartagena en 1992 a partir del presente, cuando miles de trabajadores perdieron su empleo ante el cierre de las empresas de la ciudad y la situación culminó en la quema de la Asamblea Regional.
La novela finalista ha sido La reina del baile, de la argentina Camila Fabbri, que teje un argumento perturbador, envolvente y esperanzador para hablar de traumas, realidades y deseos con un título basado en la mítica canción de ABBA, Dancing queen. "Yo me convencí a mí misma que no iba a escribir una novela, que solo iba a hacer cuentos, y por algún motivo en 2019 empecé a escribir un cuento que se hizo largo y se convirtió en novela", ha explicado la autora. El libro empieza con una accidente de coche en el que se ve involucrada una mujer que no sabe qué hace ahí, y crea un ambiente que se mueve entre lo cómico y lo trágico para indagar en el personaje, en un lugar subdesarrollado, y en el que la maternidad es un hito conflictivo que toma el mando del argumento. Ambos libros estarán disponibles en las librerías el próximo 22 de noviembre.
El jurado ha sido compuesto por la librera Ana Cañellas, Gonzalo Pontón Gijón, Marta Sanz, Juan Pablo Villalobos y la editora Silvia Sesé, que seleccionaron 5 novelas entre las 1.566 obras presentadas. El premio, que está dotado con 25.000 euros, lo convoca la editorial Anagrama. Entre los anteriores ganadores del galardón literario se encuentran escritores como Javier Marías, Cristina Morales, Enrique Vila-Matas, Mariana Enríquez o Roberto Bolaño, y el año pasado el galardón quedó desierto.