Os proponemos una ruta en coche de dos días para visitar los tres grandes monasterios cistercienses que se conservan en Catalunya: Poblet, Santes Creus y Vallbona de les Monges. Son tres monumentos históricos de primera magnitud situados a poca distancia uno del otro. Con esta ruta no sólo podremos ver el arte de estos lugares, sino también observar la vida conventual de los monjes y las monjas que están en Poblet y en Vallbona.

Los benedictinos blancos

La orden del Císter se fundó en 1098 en la abadía de Cîteaux. Sus miembros querían recuperar los valores originales de la orden de San Benito (por sus hábitos blancos los llaman los benedictinos blancos). Los cistercienses daban mucha importancia a los rituales: celebraban la liturgia siete veces al día y una por la noche. Los diferentes monasterios tenían que obedecer a la casa madre de Cîteaux. Y cada monasterio fundado por miembros de Citêaux tenía derecho a fundar monasterios nuevos que estarían bajo su disciplina. De esta forma se organizaba una estructura completamente jerárquica, que disfrutó del apoyo del Papa y de muchos monarcas. Gracias a eso el Cister se extendió rápidamente. Los cistercienses participaron en las cruzadas, y en los combates contra los cátaros.

Dormitorio de Santes Creus. Fotografía: Josep Renalies. Wikipedia.

El Císter en la Corona de Aragón

El Cister llegó a la Corona de Aragón después de la unión catalano-aragonesa. Los principales monasterios masculinos de la zona, Poblet y Santes Creus, mantenían una gran rivalidad. El Cister llegó a ser muy fuerte en la Corona catalano-aragonesa. Además de los tres monasterios de la zona de Poblet, tuvo grandes monasterios en el País Valencià (Santa Maria de Valldigna, la Pobla de Benifassà...) y en Mallorca (Santa Maria la Real). Aunque Poblet, Santes Creus y Vallbona son las instalaciones cistercienses más conocidas, los benedictinos blancos llegaron a tener en Catalunya once residencias masculinas (entre prioratos y monasterios) y trece femeninas. La monarquía usó los monasterios cistercienses para proteger la frontera. Los monjes eran enviados a las zonas "reconquistadas", para consolidar foco de cristianización en los nuevos territorios catalano-aragoneses, y para garantizar el cultivo de las tierras. No es casualidad que estos tres monasterios emblemáticos estén en la Catalunya Nova.

Vista aérea de Poblet. Fotografia: Fondo fotográfico La Ruta del Císter.

La ruta

Para visitar los tres monasterios se recomienda dedicarles un mínimo de dos días, ya que hay que destinar un buen rato a visitar cada uno de estos monumentos. Se aconseja empezar la ruta por Santes Creus, visitar el mismo día Poblet y continuar la ruta al día siguiente con la visita a Vallbona de les Monges. También se puede invertir la ruta y visitar el primer día Vallbona y Poblet y dejar Santes Creus para el segundo. De Santes Creus a Poblet son 35 km (tardaremos media hora, aproximadamente); y de Poblet a Vallbona son 26 km por carreteras secundarias (también nos llevará treinta minutos o un poco más). De Barcelona a Santes Creus se tarda una hora y cuarto, por la AP-2 (salida 11) y hasta Vallbona se tarda una hora y tres cuartos, por la A-2. Se puede dormir en Poblet, en la hospedería del Monasterio de Poblet, una opción sencilla y económica. Hay una hospedería externa, que está situada dentro del mismo monasterio, en el antiguo hospital de peregrinos. Ésta está abierta para todo el mundo. Paralelamente, la comunidad mantiene la hospedería interna, sólo para hombres. Aquí los huéspedes tienen que respetar los horarios de la comunidad y adaptarse a las normas de silencio. En este recinto se disfruta de una calma ejemplar. También está la opción de pasar la noche en L'Espluga de Francolí o en Montblanc, donde hay una amplia oferta de hoteles y de casas rurales.

Poblet. Retablo mayor y tumbas reales. Maria Rosa Ferré. Wikipedia.

Poblet

Poblet, al pie de las montañas de Prades, es el mayor monasterio cisterciense en activo de Europa. En 1991 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Poblet fue uno de los monasterios más influyentes y más ricos de Catalunya: sus derechos señoriales llegaban hasta algunos lugares de la Cerdanya y del Empordà. Durante los siglos XIV y XV funcionó como panteón real de los monarcas catalanes. Jaime I fue enterrado allí e hizo grandes ofrendas a los cistercienses (en Poblet estaban los restos de ocho reyes, y de numerosos miembros de la familia real). La decadencia se inició durante la guerra de Sucesión, porque los monjes dieron apoyo a los derrotados austriacistas. El edificio sufrió grandes daños durante la guerra del francés y durante el trienio liberal. En 1835 se exclaustró a los monjes y se cerró el monasterio, que pasó a manos del Estado. Los vándalos asaltaron el monasterio, causaron destrozos y tiraron por el suelo los restos de los reyes catalanes. A partir de 1930, bajo la dirección de Eduard Toda, se procedió a la restauración del monasterio y en 1942 los monjes cistercienses volvieron a instalarse en él.

De las murallas en la sala capitular

Aunque hay una comunidad religiosa, el visitante podrá ver una parte significativa del edificio: la iglesia, de planta basilical; el refectorio, donde los monjes comen en silencio mientras un lector lee; el claustro, muy severo, de puro estilo cisterciense; la sala capitular, donde los monjes se reúnen; la impresionante nave gótica que hacía la función de dormitorio colectivo; el escritorio, un espacio de reflexión y estudio donde se copiaron miles de libros pacientemente, y donde hoy se custodia el archivo de Josep Tarradellas; las murallas, que aislaban la comunidad del exterior; las impresionantes puertas de acceso... Y quien no pueda visitar personalmente Poblet, tiene la posibilidad de optar por una visita virtual a través de la página web del monasterio.

Santes Creus. Fondo fotográfico La Ruta del Cister.

Santes Creus

El monasterio de Santes Creus depende del Museu d'Història de Catalunya, porque no aloja a ninguna comunidad monástica. En los siglos XIII y XIV tuvo mucha influencia. A partir del siglo XV el monasterio quedó estancado: parte del antiguo complejo arquitectónico desapareció al crearse el pueblo de Vallbona, sobre algunos edificios de la comunidad. La crisis fuerte se inició con la guerra de la independencia, y las desamortizaciones sellaron el destino de la instalación. En 1835, a causa de la desamortización de Mendizábal, los monjes abandonaron el edificio. En 1921 fue declarado Monumento Nacional y a partir de aquí se fueron preparando las sucesivas restauraciones. Uno de los elementos mejor conservados es el lujoso claustro del siglo XIV, alejado de la severidad habitual de los templos cistercienses. Vale la pena detenerse a contemplar los capiteles, las gárgolas y las urnas funerarias. El escritorio, donde los monjes copiaban los manuscritos, se mantiene en muy buen estado y se usa para proyectar audiovisuales. También se puede contemplar la cocina, el refectorio, las salas usadas por los reyes en sus estancias, la enfermería, la torre de las horas e incluso el cementerio. Uno de los espacios más sorprendentes es el inmenso dormitorio. Entre las muchas esculturas cabe destacar los mausoleos de Pedro III, Jaime II y Blanca de Anjou.

Vallbona. Fondo Fotográfico La Ruta del Cister.

Vallbona de les Monges

El monasterio de Santa Maria de Vallbona de les Monges fue el monasterio femenino más importante de Catalunya. Se trata de una obra arquitectónica de transición del románico al gótico. A diferencia de Poblet y Santes Creus, ha sido ocupado por las monjas desde su fundación (excepto periodos muy breves). Se fundó en la segunda mitad del siglo XII, y disfrutó de la protección real; muy pronto obtuvo derechos feudales sobre extensos territorios. Jaime I se había hospedado allí, con su corte, durante algunas temporadas. Experimentó un grave declive desde el siglo XV, y con las desamortizaciones, en el siglo XIX, se empobreció mucho más. Durante la guerra sufrió graves desperfectos. Desde 1986 ha experimentado varias rehabilitaciones.

Vallbona, Sala Capitular. Fotografía: Jbarbera. Wikipedia.

La visita

Vallbona se puede visitar todos los días excepto los lunes. Los visitantes tienen la posibilidad de ver el monasterio, pero también de tener contacto con la vida contemplativa de las monjas. Es de gran belleza el templo, de típico estilo cisterciense. En su interior podemos contemplar un bello juego de luces. En el templo está el sarcófago de la reina Violante de Hungría, la esposa de Jaime I. Tiene un cimborrio acabado en una torre octogonal, que suponía una apuesta muy atrevida para la arquitectura de la época. También es de gran belleza el claustro, con naves de diferentes estilos, y, sobre todo, se debe visitar la sala capitular, que todavía usa la comunidad.

Sala capitular de Poblet. Fondo fotográfico La Ruta del Cister.

Las paradas

Aunque la Ruta del Cister se centra en la visita a los tres grandes monasterios, en las comarcas del Alt Camp, la Conca de Barberà y el Urgell podemos encontrar otras muchas actividades: visitas a bodegas, rutas gastronómicas, talleres de cerámica, rutas en bicicleta... Una de las actividades más interesantes, cerca de Poblet, es la visita a las cueva cáustica de la Font Major, en L'Espluga de Francolí. Es una cueva museo, situada en pleno centro urbano. Se trata de una gran cavidad, con más de tres kilómetros de galerías, que había sido habitada hasta en tiempo de los romanos. Una parte es recorrida por un río que emerge por la Font Major. Una parte del museo está consagrado a la explicación de las formas de vida prehistórica e ibérica, y a explicar cómo había sido la vida de los hombres que vivían en estas cavernas. También tiene una sección de carácter geológico, en la que se explica como se configuró esta cavidad.

La ruta a pie

Aquellos a los que les guste andar, pueden hacer la ruta del Císter a pie. En tres días pueden visitar los tres principales monasterios. Hay un sendero, el GR-175, que une los tres monasterios en una ruta circular. El camino más rápido para ver los tres monasterios es salir de Santes Creus hacia Poblet y después ir a Vallbona de les Monges (o al revés). El primer día se va de Santes Creus hasta Montblanc, donde se duerme. Es una ruta de seis horas, que cubre una distancia de 4,5 km. Hay una subida muy fuerte, hasta llegar a la Planota del Faló, y a partir de aquí una rápida bajada. El segundo día se cubre una etapa mucho más corta, de tan solos 2h30 (10,35 km), y así se tiene ocasión de ver tranquilamente el monasterio de Poblet. En este tramo el sendero hace un fuerte pendiente, pero está equipado con barandillas y escaleras para evitar caídas. Esta parte de la ruta pasa por un bosque de alto valor paisajístico. El tercer día vuelve a tocar caminata: se sale de Poblet hasta Vallbona de les Monges. Son 26 kilómetros, que se cubren en seis horas. El camino pasa, sobre todo, entre viñas y campos de trigo. Así pues, el caminante no se ahorrará el sol. Por lo tanto, es un tramo muy duro en días calurosos.