La aparición de los restos de una chica desaparecida veinte años atrás en un viaje de instituto a Mallorca golpea a algunas de sus antiguas compañeras. Esta es la premisa de una popular novela de Elia Barceló y, también, de su adaptación televisiva, serie que mañana se estrena a Disney+. Las largas sombras, además, supone el debut en formato serie de una cineasta que irrumpió con fuerza con su debut, Libertad (2021). Aquella película hizo que el nombre de Clara Roquet, su directora, sonara todavía con más fuerza de lo que ya había sonado con cortometrajes como El adiós (2015) o Les bones nenes (2016), y en su tarea de guionista, en filmes como 10.000 Km. (2014). Más recientemente, ha coescrito Creatura (2023) o Que nadie duerma (2023).
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En seis episodios que mezclan intriga, tensión, construcción de personajes complejos y un absoluto protagonismo de las mujeres, Las largas sombras utiliza las constantes del whodunnit (el subgénero policial que nos invita a adivinar a quien es el culpable de un crimen) y una estructura desarrollada en dos líneas temporales diferentes, para construir una telaraña de sospechas y culpa, de medias verdades y recuerdos traumáticos, de falsas apariencias y de una amistad marcada por un pacto de sangre.
Clara Roquet dirige una serie con bastantes elementos adictivos para atrapar al espectador con una trama absorbente
Con un reparto de actrices de lujo: Elena Anaya, Belén Cuesta, Irene Escolar, Itziar Atienza, Marta Etura, Ana Rayo y Lorena López; y con la ayuda en la segunda unidad de Júlia de Paz (otra representante de la infinita cantera del ESCAC, con la magnífica carta de presentación que supuso su primer largo, Ama), Clara Roquet dirige una serie con bastantes elementos adictivos para atrapar al espectador con una trama absorbente en la que, aparte de suspense, introduce algunas de las temáticas de los guiones que ha escrito anteriormente: desde los vínculos femeninos en el retrato de la adolescencia o la mirada a las diferencias de clase. Todo al servicio de un asesinato por resolver.
¿Sientes unos nervios especiales de cara al estreno de Las largas sombras?
La verdad es que sí. De momento todas las reacciones están siendo muy buenas y estoy contenta, pero siempre hay estos nervios por ver qué pasará. Pero es cierto que también influye que esta serie me haya llevado hacia un registro muy diferente de lo que había hecho hasta ahora.
Pasar del cine de autor a un whodunnit hará que llegues a un público que quizás no te conocía...
Es un hecho, hay mucha gente que verá la serie porque es seguidora del género. A mí también me gusta mucho el formato, el whodunnit y el thriller en general. Me apetecía mucho utilizarlo como excusa narrativa para explicar otras cosas. Obviamente, me pone un poco nerviosa ver si el público se engancha o no, si los giros funcionan... Es estimulante el hecho de poder llegar a un tipo de espectador al cual, no nos engañemos, probablemente no había llegado todavía.
Dices que el thriller es una excusa para tocar otros temas...
Sí, queríamos conseguir que la serie tuviera más capas de profundidad, y el público quizás encontrará trazas de cine más de autor. Cuando José Manuel Lorenzo (productor de la serie) me hizo la propuesta y me leí la novela, encontré algunos temas que me interesan mucho, sobre todo el de las complejidades de la amistad femenina, y como es de sanadora. También el hecho de que el personaje de la chica desaparecida fuera de clase baja, y que le hicieran bullying por este motivo. El origen del Mal viene de aquí. También hay elementos sobre la identidad, en el pasado y en el presente. Y, claro, también había un incentivo fundamental: poder construir a todos estos personajes femeninos y trabajarlos con las actrices. Un proceso que ha sido increíble.
Había un incentivo fundamental: poder construir a todos estos personajes femeninos y trabajarlos con las actrices. Un proceso que ha sido increíble
En este sentido, son personajes que huyen del estereotipo.
Hemos partido de la especificidad que viene de hacer un buen estudio de cada personaje. Trabajamos con psicólogos forenses, porque estas mujeres tienen traumas individuales y también tienen uno compartido: el de la desaparición de su compañera que, veinte años más tarde, encuentran muerta. Estas debilidades son las que las convierten en posibles sospechosas del asesinato. Quizás la historia parte un poco más desde el arquetipo, porque cada una de ellas ha levantado una fachada, se ha puesto una máscara para dar una sensación de vida perfecta. Pero estas máscaras se van rompiendo, van apareciendo rendijas y, de repente, por estas rendijas se cuelan cosas, que demuestran que las personas somos complejas y que, finalmente, las aleja del arquetipo.
¿Te sorprendió que te ofrecieran un proyecto como este?
No tanto, la verdad. Y me gustó mucho porque me daba un poco de miedo que me encasillaran. Como coguionista, ya llevaba muchas películas intimistas, de cine de autor, y me gustaba mucho la idea de probar de hacer una historia con más presupuesto, con más medios, con un cásting como este, que nunca me habría imaginado dirigir. Y también era atractivo escribir con arcos mucho mayores, que es una cosa que, como guionista, me parece superatractiva y siempre nos pone los dientes largos, porque tienes un montón de tiempo para explorar a un personaje, le pueden pasar más cosas y puede evolucionar muchísimo.
Hablas del reparto... ¿Interviniste a la hora de escoger a las actrices o ya venían de la mano del proyecto?
La verdad es que cuando entré en el proyecto pensé que yo venía de un mundo donde siempre se escucha muchísimo la voz del autor. Es lo más importante, y todo el mundo te hace caso. Y pensaba que ahora me metía en otro mundo en el que quizás eso no sería así. Y no pasaba nada, me tenía que adaptar. Pero después me encontré teniendo mucha libertad creativa, tanto con José Manuel Lorenzo como con Disney. Con respecto al reparto, el proyecto ya movía una serie de nombres y no me opuse a ninguno, porque todas son actrices buenísimas. ¿Dónde tengo que firmar? Y después, ya trabajando con ellas, todas se lanzaron de cabeza y con muchas ganas. Y de hecho están defendiendo la serie en todas partes. La verdad es que hemos hecho mucha piña.
Como coguionista, ya llevaba muchas películas intimistas, de cine de autor y me gustaba mucho la idea de probar a hacer una historia con más presupuesto, con más medios, con un cásting como este, que nunca me habría imaginado dirigir
¿Viniendo del cine que vienes, haciéndote tuyo un material ajeno y entrando dentro del mundo de una serie de una plataforma como Disney+, cómo se hace para dejar huella de autor?
Yo nunca pienso desde esta perspectiva. Creo que la huella, si tú vas tomando decisiones creativas, ya está. Tampoco me parece muy importante dejar huella, pero sí el hecho de tener una mirada propia sobre el material que trabajas, y que esta mirada sea respetada. Aquí pasa que yo he dirigido el proyecto desde el principio y hasta el final, con ayuda de Júlia de Paz, que me salvó la vida. Es increíble, Júlia. Pero he llevado las riendas de toda la serie, y eso no pasa a menudo, porque normalmente hay más de un director repartiéndose los episodios. Esta implicación acostumbra a gustar los intérpretes, y da coherencia, porque al final tienes todos los arcos narrativos en el cap. Al final, cuando hay tanto de tiempo, tantas actrices, tantos arcos, es muy fácil que alguien se pierda. En este trabajo todo va de sutilezas, de ser riguroso hasta el último detalle, para que todo encaje emocionalmente. Y que haya un único director o directora ayuda.
Cuando se habla de Las largas sombras, he visto a menudo el nombre de otro thriller de mujeres, Big Little Lies. ¿La has visto? ¿Fue, de alguna manera, un referente?
La había visto. Me gusta la primera temporada, después no me gusta tanto. Mucha gente le ve cosas en común, yo no, más allá del hecho de que las protagonistas sean todas mujeres y que haya un asesinato. Pero claro, hay tantos pocos thrillers de mujeres... Tendremos que hacer muchos más. Si me preguntas por referentes, uno podría ser la miniserie Heridas abiertas, que también es muy diferente, pero que, como nosotros, también da mucha importancia a construir este ambiente de pueblo pequeño, esta cosa sofocante, el calor, los bichos... Y después, otra que fue un gran referente para mí, y que justamente es una serie de tios, es True Detective, la primera temporada. Irene Escolar dice mucho que su personaje tradicionalmente sería masculino, y que tiene alguna cosa de Matthew McConaughey de True Detective. Se trataba de hacer con mujeres todo aquello que tradicionalmente se hace con hombres.
No me parece importante dejar huella, pero sí tener una mirada propia sobre el material que trabajas
La serie juega constantemente con la idea de cómo son los personajes y cómo eran en su adolescencia: un juego de espejos que muestra cómo han evolucionado, cómo se han transformado. ¿Qué ves tú cuando recuerdas a la Clara de 17 años?
Ostras, a mí entonces me dicen que ahora estaría haciendo películas o presentando esta serie y diría: "¡Anda, venga, flipada!". Creo que tengo mucha suerte, más de la que en aquel momento pensaba que llegaría a tener. Y también hay una cierta inocencia, un idealismo que se ha ido marchando. Yo siempre he escrito mucho y tengo muchos diarios personales de aquella época. Y me gusta leerlos, y pienso: "¡Qué innocencia!". ¡Con qué intensidad lo vivía todo! Aquello no era sostenible (ríe).
Acabo preguntándote por una película que escribiste junto a Elena Martín, y que ha tenido, y sigue teniendo, un recorrido y un impacto fuera de la norma. ¿Cómo has vivido el fenómeno de Creatura?
Ha sido muy bonito. Para Elena todavía más, pero para mí también ha sido una película muy importante, muy terapéutica. Yo lo digo mucho, el proceso que vive la Mila de la película también lo hicimos Elena y yo. Cuando empezamos con el proyecto, teníamos algunas escenas claras e ideas, pero no había trama. Recuerdo que una de estas escenas, con la protagonista y el padre, me incomodó mucho, y de repente tuve claro que aquella sensación era la razón por la cual se tenía que escribir la película. He aprendido muchísimo. Trabajando, iba viéndola muy necesaria: nos preguntábamos por qué no se habla de eso. No había referentes para Creatura. Por ejemplo, ibas buscando películas que tocaran el deseo sexual a la infancia y no hay. Es un tema tabú no sé por qué. Escribíamos y nos cuestionábamos si la gente estaría preparada para esta historia, y hemos descubierto que el público siempre va por delante. Se han abierto un montón de debates increíbles. Y creo que Elena lo ha hecho tan bien, acompañando la película con un discurso tan guay... Tengo la sensación que Creatura seguirá viva mucho tiempo. Creo que se merece tener una vida larga porque no me parece que sea un tema que tenga que pasar de moda.