A sólo 20 minutos de la plaza de España se encuentra una de las obras más esplendorosas de Antoni Gaudí: la Cripta de Gaudí en la Colònia Güell (Santa Coloma de Cervelló), declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2005. Un templo inacabado, pero muy especial, en medio de una colonia industrial modernista. La Cripta Gaudí reúne buena parte de las innovaciones constructivas de Gaudí, en un espacio reducido. La cripta se puede visitar los días laborables de 10 a 19h, y los sábados, domingos y festivos de 10 a 15h. La entrada básica vale 7 €, pero hay ofertas para ciertos colectivos (se pueden adquirir por internet). Se ofrecen visitas guiadas. En la antigua cooperativa de la Colònia Güell se ubica el Centro de Interpretación donde una exposición permanente explica esta obra de Gaudí.
Una gran colonia textil
El 1890 Eusebi Güell Bacigalupi empezó a construir una gran fábrica, con una colonia de trabajadores, en Santa Coloma de Cervelló. Desplazó allí la fabricación de telas que hacía anteriormente en el Vapor Vell de Sants. Intentaba, así, controlar a los trabajadores, porque los de Sants años antes habían protagonizado una gran huelga. Quería tener a los trabajadores dentro del recinto de la fábrica, tutelados y sometidos a una estricta vigilancia, pero al mismo tiempo ofrecerles ciertos servicios, para evitar el descontento. Encargó el conjunto a Gaudí, pero este delegó muchas tareas a sus discípulos Francesc Berenguer, Joan Rubió y Josep Canaleta. Él, además del diseño más general, se reservó la construcción de la iglesia, pero no pudo acabarla, porque la muerte del conde de Güell paralizó las obras. Si bien el proyecto inicial incluía unas grandes torres, un poco en el estilo de la Sagrada Familia, que querían representar el Calvario, sólo pudo realizar la cripta, que para Gaudí representaba el sepulcro de Cristo.
Una obra de Gaudí de primera
La cripta Gaudí incluye los arcos de catenaria, una de sus soluciones arquitectónicas más innovadoras. Dicen que Gaudí experimentó en Santa Coloma algunas de las formas que después probaría, de forma ampliada, a la Sagrada Familia. Diseñó el tiempo mediante una gran maqueta, en la que usaba sacos con perdigones para simular las cargas de peso. Todo el edificio de la iglesia intenta fundirse con el relieve (aprovechando el desnivel de la colina) y adaptarse a la naturaleza de su entorno. Incluso usa materiales diferentes para adaptarse a las tonalidades de la naturaleza. Incluye una gran riqueza de elementos ornamentales y decorativos (como los vitrales o los bancos). La iglesia fue destruida durante la guerra civil y sufrió graves daños, pero posteriormente se restauró. Entre 1999 y 2002 la cripta sufrió una restauración en profundidad, que algunos criticaron al considerar que no respetaba la voluntad de Gaudí.
Más allá de Gaudí
Si bien sin duda lo que llama más la atención de la Colonia Güell es la cripta, el conjunto arquitectónico modernista tiene muchas otras cosas por ver. Una de los edificios más sorprendentes es Ca l'Espinal, construido por el arquitecto Joan Rubió para el administrador de la colonia. El mismo Rubió, con Francesc Berenguer, construyeron Ca l'Ordal, un edificio modernista muy peculiar, porque se inspiraba en las masías tradicionales. En cambio, la Casa del Maestro es mucho más original, con un torreón coronado con un gran pináculo. Más clásicos y funcionales son el Ateneo Unión, la Cooperativa y el Teatro Fontova. Pero el conjunto urbanístico de la colonia destaca por la belleza del conjunto, derivada de una arquitectura modernista injertada en la naturaleza. Algunos espacios emblemáticos de la fábrica en la actualidad están siendo reformados, pero no se pueden visitar porque funcionan como centro de negocios.
El mecenas, y el controvertido capital
En la Colonia Güell hay un monumento en Eusebi Güell Bacigalupi (1846-1918), conde de Güell, el impulsor de la iniciativa. Hijo mayor del empresario Joan Güell i Ferrer, de Torredembarra, heredó los negocios de este. Además de la colonia Güell, creó la Compañía General de Asfaltos y Portland, Asland, la gran compañía cementera de la época. Se casó con la hija del negrero Antonio López (el marqués de Comillas), Isabel López Bru, y de esta forma entró a formar parte del accionariado de las empresas de los López: la Compañía General de Tabacos de Filipinas, el Banco Hispano-Colonial... Güell era un hombre muy interesado por la cultura, por la música, por la pintura... (una de sus hijas, Maria Lluïsa, fue pintora). Protegió a muchos artistas pero sobre todo es conocido por haber dado apoyo a Gaudí con el Parque Güell, el Palau Güell, la Colònia Güell, la Bodega Güell... Pero sus acciones fueron muy controvertidas. En primer lugar porque su fortuna, en parte, procedía del tráfico de esclavos, que había enriquecido a su padre en su estancia a Cuba, y también a su suegro. Por otra parte, las técnicas paternalistas usadas en la Colonia Güell eran muy criticadas por los sindicalistas (por ejemplo, el hecho de que un trabajador al ser despedido perdiera la casa era visto como una forma de coacción). No es extraño que la fábrica fuera colectivizada por los trabajadores en 1936. Con el fin de la guerra, Franco devolvió la Colonia Güell a la familia Güell, pero estos la vendieron en 1945. En 1973, con la crisis generalizada del textil español, la colonia cerró definitivamente. Las viviendas se vendieron y las instituciones se hicieron cargo de algunos equipamientos.
Un Gaudí diferente
La Colònia Güell nos puede ayudar a entender el concepto urbanístico que tenía Gaudí, más allá de las construcciones individuales que le conocemos. Su idea de fundir arquitectura y naturaleza es tan evidente en Santa Coloma de Cervelló como en el Parque Güell. Y al contemplar la solidez de construcciones como la vivienda del maestro, nos damos cuenta de la preocupación de Gaudí por construir un conjunto armónico y de calidad, y no sólo edificios aislados de gran visibilidad, como los que le han dado fama en Barcelona. La Coloònia Güell no sólo nos acerca a un Gaudí genial, sino también a un Gaudí muy humano...