El Palau Robert acoge una exposición excepcional, no por su calidad, sino por su temática. ¡Corrupción! Revuelta ética constituye un llamamiento a los ciudadanos a luchar contra la corrupción. Y es, al mismo tiempo, una reivindicación de la tarea de la Oficina Antifraude, a 10 años de su constitución, y 3 años después de cerrar su "etapa oscura" con el cese de Daniel de Alfonso como director del ente por el escándalo Fernández Díaz (que dejó la famosa frase "Esto la fiscalía te lo afina"). A la presentación de la exposición han asistido el jefe de la Oficina Antifraude, Miguel Ángel Gimeno, el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, y el presidente del Parlament, Roger Torrent. La exposición, comisariada por David Vidal, se podrá ver hasta el 24 de noviembre.
Las dimensiones de un problema
Según los datos ofrecidos en esta exposición, la UE cifra en 120.000 millones de euros los daños causados anualmente por la corrupción (y al Estado español le correspondería un tercio del total: una cantidad astronómica). En realidad, según el Fondo Monetario Internacional la corrupción grabaría el PIB mundial en un 2%.
La corrupción más próxima
La exposición, a pesar de todo, se centra en los casos más próximos al ciudadano, y quizás es esto lo que más choca. Se invita al visitante a levantar una alfombra, para encontrarse con la familia Pujol, o con el mismo ex jefe de la Oficina Antifraude. O se le permite abrir unas ventanas cerradas que, detrás, ofrecen los rostros de los corruptos del caso Pretoria, del caso ITV o del caso Palau. La exposición se completa con unos vídeos de Polònia sobre la corrupción. Evidentemente, la exposición trata de poner de manifiesto la tarea de la Oficina y destaca que se han presentado 1.637 demandas, de las cuales se han resuelto, ya, 1.337.
Protagonistas contra la corrupción
La exposición trata de estimular la conciencia de los ciudadanos respecto a la lucha contra la corrupción. Hace una apología de los alertadores, aquellas personas que advierten de los casos de corrupción. Entre ellos mencionan, por ejemplo, a Montserrat Gasull, la concejala de Torredembarra que denunció en primer lugar el caso 3%, y que sufrió graves consecuencias por hacerlo (fue abandonada en el proceso judicial por su partido). También figura Luis Gonzalo Segura, el militar que denunció la corrupción enl ejército y que acabó expulsado, u otros personajes que sacaron a la luz escándalos como el de la UGT andaluza. Con un espejo, incita al visitante a convertirse en alertador, él mismo, si sabe alguna cosa (aunque se reconoce que la ley no favorece a los denunciantes en el Estado español)... Pero, al mismo tiempo, la exposición plantea algunos dilemas morales sobre la corrupción aplicada a la vida cotidiana (como saber qué se haría si se encuentra una cartera llena de dinero). Quiere demostrar que la corrupción es, ante todo, un problema ético.
Actividades complementarias
El Palau Robert ha organizado tres actividades complementarias a la exposición. El 7 de octubre se desarrollará una mesa redonda, moderada por David Fernández, sobre la corrupción desde una perspectiva histórica, con la participación de Borja de Riquer y Santiago Tarín. El 28 de octubre habrá una mesa en que se reivindicará la figura de los alertadores con cuatro de ellos: Luis Gonzalo Segura, Carme García (del caso Mercurio), Azahar Peralta (del caso Aquamed) y Roberto Macías (del caso de la estafa en formación de la UGT andaluza). El 13 de noviembre se cerrarán las sesiones con un diálogo entre el director de la Oficina Antifraude, Miguel Ángel Gimeno y el ex fiscal Emilio Sánchez Ulled.
Lucha contra corrupción
"La lucha contra la corrupción es un trabajo de todos", ha explicado Miguel Ángel Gimeno en la presentación de la exposición, quien ha aprovechado el acto para pedir a los ciudadanos que denuncien los actos de corrupción que conozcan, incluso a través de las vías anónimas que se les ofrece. El vicepresidente Pere Aragonès ha sacado pecho de las medidas dictadas por la Generalitat en los últimos años para acabar con la corrupción, sobre todo en las concesiones de obra pública, pero ha apelado, sobre todo, a la conciencia colectiva para acabar con este problema. También el presidente del Parlament ha apelado a una "ética de la responsabilidad", pero ha apuntado que se tiene que completar con mecanismos estrictos de control y, sobre todo, con una regulación de la figura de los alertadores, que tendrían que "normalizarse".
El gran mérito, hacerse
Esta no es una exposición espectacular. Ni hay piezas maravillosas ni se muestran realidades escondidas hasta ahora. Se muestra en un espacio pequeño y no ofrece nada sustancialmente nuevo (todo ha aparecido muchas veces en los medios de comunicación). La noticia realmente importante es que esta exposición se hace en lo que había sido el país del "avui no toco". Y sobre todo, que se hace en las cocheras del mismo Palau Robert donde, dicen, tantas tramas corruptas se tramaron. Veremos si esta acción tiene el efecto dinamizador de la lucha anticorrupción que esperan sus organizadores o acaba siendo un gasto público más con poco impacto social.