El mundo de los personajes de cómic no está libre de pecados ni de problemas existenciales. Para dejar constancia de esta fascinante contradicción en un meta-universo paralelo, la editorial americana Marvel lanzó al mercado el año 2011 un recopilatorio de varias historietas cortas protagonizadas por Spider-Man que el célebre Stan Lee escribió para que las ilustrara expresamente el dibujante barcelonés Marcos Martín. Además, se incluía un epílogo inédito donde el emblemático hombre araña iba a la consulta de un psicoanalista para intentar resolver algunas cuestiones que lo atormentaban desde hacía tiempo. Por ejemplo, le costaba entender cómo el Duende Verde había muerto y vuelto a la vida, cómo había estado casado y después no casado con Mary Jane, o cómo la su pobre tía May había muerto o casi muerto tantas veces. La conclusión después de leer este epílogo es que la vida cotidiana es demasiado intensa, incluso para un superhéroe de su talla.

Otro personaje de cómic que también necesitaría ir a terapia para aclarar sus dilemas morales es Corto Maltés, el marinero sin rumbo creado por el maestro italiano Hugo Pratt

Otro personaje de cómic que también necesitaría ir a terapia para aclarar sus dilemas morales es Corto Maltès, el marinero sin rumbo creado por el maestro italiano Hugo Pratt a finales de la década de los sesenta y recientemente recuperado por el guionista madrileño Juan Díaz Canales y el dibujante catalán Rubén Pellejero en varias historietas que agrandan su leyenda.

Para entender los traumas que este mercenario arrastra desde sus primeras aventuras, solo hace falta prestar atención a un breve diálogo que aparece en el último libro de la saga que se publicó la semana pasada, La línea de la vida (Norma Editorial), dónde un joven reportero descubre al protagonista mientras este intenta pasar desapercibido en una misión secreta en México y le dice exaltado: "El aventurero, el contrabandista, el líder revolucionario, el pirata... el héroe". Entonces, Corto Maltés lo señala con el dedo y le responde: "Me sabe mal decepcionarte, pero te equivocas de persona". No hacen falta más exhibiciones narrativas para arrancar una sonrisa de complicidad a los millares de seguidores del personaje, que reconocen en esta contradicción más o menos evidente una de las claves de su atractivo universal.

Cubierta de la nueva entrega de Corto Maltés, La línea de la vida

Un antihéroe filosófico, vagabundo y amoral

Para lectores de varias generaciones, Corto Maltés es uno de los nombres más emblemáticos del cómic europeo. Este marinero apareció por primera vez en la historieta La balada del mar salado, publicada el año 1967 y ambientada al Pacífico Sur durante la Primera Guerra Mundial. Con su característica boina con visera, un pendiente en la oreja izquierda y una mirada enigmática, pronto se convirtió en un antihéroe filosófico, vagabundo y amoral que transitaba por escenarios históricos reales, a la vez que se enfrentaba a intrigas políticas, conflictos bélicos y mitos ancestrales. Para darle vida, Hugo Pratt se alejó deliberadamente del cómic juvenil que triunfaba por entregas en aquella época (cómo era el caso de Tintín) y dotó a su obra de un estilo gráfico minimalista, con una narrativa muy influenciada por autores como Joseph Conrad y Jack London.

Un antihéroe filosófico, vagabundo y amoral que transitaba por escenarios históricos reales, a la vez que se enfrentaba a intrigas políticas, conflictos bélicos y mitos ancestrales

La leyenda de Corto Maltés no tardó a trascender el medio imprimido que lo posicionó como uno referente a ambos lados del Atlántico, y se consolidó como un fenómeno literario gracias a los doce álbumes originales que Hugo Pratt publicó hasta su muerte en 1995, convirtiéndose en un símbolo de la libertad, la introspección y la búsqueda eterna de aquello desconocido. Curiosamente, la última referencia que dejó escrita al maestro italiano sobre su personaje más ilustre la encontramos en un breve diálogo que aparece en otra de sus famosas sagas, Los escorpiones del desierto, donde un soldado abisinio amigo de Corto Maltès afirma que se le perdió la pista durante la Guerra Civil Española, sin especificar si había muerto o no durante una batalla. Evidentemente, la duda ya estaba extendida y no había nadie capaz de desmentirlo después de la muerte de su creador.

Casi tres décadas después de su última aparición en 1988 en la muy reivindicable obra titulada Mu, los herederos de los derechos de Corto Maltés tomaron la controvertida decisión de recuperar al personaje

Sin embargo, esta situación estaba a punto de dar un giro inesperado. Casi tres décadas después de su última aparición en 1988 en la muy reivindicable obra titulada Mu, los herederos de los derechos de Corto Maltès tomaron la controvertida decisión de recuperar al personaje con otros autores para mantener vivo su legado y, al mismo tiempo, expandir su leyenda hacia una nueva generación de lectores que no estaban familiarizados con las aventuras de este marinero tan romántico e imprevisible. Sin duda, se trataba de una maniobra editorial arriesgada (tanto desde el punto de vista artístico como comercial) y solo podía llegar a buen puerto si contaban con un guionista y un dibujante que se mantuvieran fieles al espíritu original de Hugo Pratt, pero que también aportaran una buena dosis de creatividad y experiencia para que el icónico personaje no dejara de sorprender en plena era digital.

En su nueva aventura, Corto Maltés viaja al México de la Revolución Cristera

Esta nueva aventura artística se inició en el 2015 con la historieta Bajo el sol de medianoche y sus responsables fueron dos figuras muy destacadas del cómic estatal: Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero. El primero es uno de los guionistas españoles más internacionales gracias al éxito de la saga detectivesca Blacksad, que, desde su aparición el año 2000, ha ganado el premio a la mejor serie en el festival de Angulema, el premio Eisner en la mejor edición de material internacional, el premio en la mejor obra en el Salón de Barcelona y el Premio Nacional de Cómic. El segundo es un dibujante formado en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona que empezó su carrera en los años setenta trabajando para una agencia donde alternaba la ilustración publicitaria con el dibujo de historietas destinadas al mercado extranjero, hasta que empezó a colaborar con otros guionistas. Por ejemplo, con Denis Lapière abordó el drama romántico a Un poco de humo azul (2003), con Frank Giroud exploró el fresco histórico a En carne viva (2006) y, en compañía de Christophe Chabouté, planteó una road movie a El largo y tortuoso camino (2016).

Cada lanzamiento de esta nueva etapa supone un reto fascinante, ya que sus creadores tienen que encontrar momentos históricos que sean lo bastante interesantes y verosímiles como para acoger una aventura de Corto Maltès

Siempre con la fecha de su  (supuesta) muerte en la Guerra Civil Española marcada en rojo y en mayúsculas en la cronología oficial del personaje, el guionista Juan Díaz Canales se vio obligado a hacer malabarismos para situar las nuevas aventuras del famoso marinero en los espacios temporales que habían dejado las historietas originales creadas por Hugo Pratt. Por este motivo, cada lanzamiento de esta nueva etapa supone un reto fascinante, ya que sus creadores tienen que encontrar momentos históricos que sean lo bastante interesantes y verosímiles como para acoger una aventura de Corto Maltés, al mismo tiempo que permiten que se cruce con personajes reales que marcaron una época y también que se reencuentre con personajes habituales de su extenso universo ficticio, como el entrañable Rasputin, la bruja Boca Dorada o el busca-vidas argentino Pinti Larregui.

El libro Bajo el sol de medianoche se convirtió en un éxito editorial cuando se presentó en el 2015 y, tanto la prensa especializada como los lectores, elogiaron la historia ambientada en 1915, en la que Corto Maltès atraviesa las vastas extensiones heladas del Gran Norte (entre los Estados Unidos y el Canadá) para entregar un mensaje del célebre escritor Jack London a un amor de juventud. A cambio de hacerle llegar el mensaje, London le promete una nueva aventura relacionada con un misterioso tesoro. En 2017 sorprendieron con Equatoria, una historia que lleva al personaje a su querida Venecia y que lo pone tras la pista del espejo del Preste Joan, un monarca legendario cuyo reino se encontraba en algún lugar impreciso entre África y la India. La siguiente historieta conjunta, titulada El día de Tarowean, se publicó en el 2019 y es un ejercicio narrativo en forma de flashback que explica cómo Corto Maltés acabó atado a una balsa a la deriva cerca de la isla La Escondida en su primera aventura publicada en 1967. Con el lanzamiento de Nocturno berlinés el 2022, los autores dieron un giro inesperado a las aventuras del famoso marinero, ya que la ambientaron en 1924 en una Alemania urbana y oscura que vivía marcada por la bancarrota económica, la guerra, los asesinatos políticos, los golpes de estado y la amenaza incipiente del nazismo. Seguramente, la obra más próxima a una novela negra dentro del universo del personaje.

Un héroe débil y cobarde

A finales de este 2024, Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero vuelven a estar de plena actualidad porque acaban de presentar la última aventura de Corto Maltsé, titulada La línea de la vida, donde el romántico marinero se traslada en el México de la Revolución Cristera, una guerra que enfrentó al ejército federal mexicano contra las milicias de insurgentes católicos que se oponían a la legislación anticlerical de la constitución de 1917. Este conflicto, que tuvo lugar entre 1926 y 1929, adquirió proporciones internacionales porque la iglesia católica mexicana recibía el apoyo de bancos y de empresas extranjeras. Una vez más, el famoso protagonista se ve arrastrado al campo de batalla (sin pretenderlo ni tomar partido por ningún bando), mientras sigue la pista de unas piezas de jade que han sido escondidas durante siglos cerca del yacimiento maya de Chichén Itzá. Sin embargo, no tarda en verse involucrado en una operación clandestina de tráfico de armas para las milicias.

El guionista Juan Díaz Canales y el dibujante Rubén Pellejero, en la presentación de Corto Maltés. La línea de la vida

Contar con un protagonista en esta franja de edad también les permite abordar de manera más explícita temas que en otras obras pasaban desapercibidos, como el destino y la fragilidad del paso del tiempo

Tal como comentó Díaz Canales durante la presentación a la prensa en Barcelona: "Nos encontramos con un Corto Maltés maduro que se aleja del mundo romántico anterior a la Primera Guerra Mundial. Además, hay pocas referencias al personaje en la franja de edad que va de los 40 a los 50 años". En este sentido, se trata de una etapa fascinante para ambientar una aventura de este marinero porque no existía ninguna mención a este periodo vital hasta que él, como guionista, y Rubén Pellejero, como dibujante, se han encargado de ampliar la biografía del mercenario creado por Hugo Pratt. Además, contar con un protagonista en esta franja de edad también les permite abordar de manera más explícita temas que en otras obras pasaban desapercibidos, como el destino y la fragilidad del paso del tiempo.

En esta nueva historieta, Corto Maltés asume que es débil y que tiene momentos de cobardía

En esta nueva historieta, publicada por Norma Editorial simultáneamente en la versión en color y en la versión en blanco y negro, Corto Maltès asume que es débil y que tiene momentos de cobardía. Tal como explicó Díaz Canales, aquí está donde surge la conexión con el título de la obra: "La idea de que se va haciendo mayor y que la línea de la vida se le va acortando, que no es más que una metáfora que se corresponde con la realidad". A pesar de la edad y el hecho de que las nuevas aventuras cada vez lo acercan más a aquel final trágico en España que (supuestamente) todos conocemos, las hazañas de Corto Maltés todavía deparan muchas sorpresas a sus fervientes lectores. Tal como afirmó el dibujante: "Los contratos han sido álbum por álbum y, desde que nos llamó Patrizia Zanotti, nos lo hemos planteado así, sin planes a muy largo plazo".