Cristian Martín ha ganado el Premio Plataforma de novela juvenil, dotado con 5.000 euros y destinado a los autores menores de 30 años, en su séptima edición. Lo ha hecho con Solíamos nosotros, una obra con protagonismo femenino, que toma la perspectiva de una chica de 17 años con todos los problemas que todo eso comporta: la escuela, su vocación, la inquietud por lo que quiere hacer, la presión de los padres, la indefinición con lo que siente... Según Martín, Solíamos nosotros va de aquello que la protagonista, Clara, "tiene que hacer con su vida" y de cómo siente "la necesidad de entrar en conciliación con sus sentimientos y con sus sueños". El libro, que se ha presentado hoy a la prensa en el CaixaForum de la Obra Social la Caixa, saldrá a la venta a finales de mes en la colección Plataforma Neo de la editorial Plataforma, promotora del premio.

Para que el lector se identifique

Martín explica que ha intentado hacer una historia "que todo el mundo ha vivido", y que por lo tanto facilite la identificación entre el lector y los protagonistas, pero que trata "de explicarla de forma diferente". Para situar la trama ha escogido a Badalona, la ciudad donde nació y creció, porque para él, "Badalona es mi adolescencia y me permite estar más cerca del sentimiento adolescente". Afirma que eso tiene un atractivo adicional, ya que en el mundo de la literatura juvenil las ciudades pequeñas están poco representadas: "pasas del pueblo a la gran ciudad o al extranjero". En la novela, en algún punto, incluso hay menciones a las tradiciones badalonesas, como la quema del diablo, y el autor ha querido que en portada figurara el Puente del Petróleo, como un emblema de su ciudad pero también de su adolescencia.

Una historia de siempre, pero de ahora

Martín afirma que los conflictos que viven sus personajes son comportamientos que podían haber vivido chicos de hace 30 años, pero que la forma de resolverlos y vivirlos es muy actual, completamente diferente de cómo se habrían vivido hace décadas. Apunta que "La novela tiene un importante comportamiento LGTBI y que entre los personajes, "sólo dos son heteronormativos". Comenta que un adolescente en otro momento se hubiera negado a sí mismo o hubiera tardado mucho más tiempo en resolver estos problemas...". Además, en esta novela el WhatsApp y las redes permiten desarrollar la trama de una forma muy peculiar. Martín afirma que "Instagram juega un papel clave en la trama de la novela, como en la vida de los jóvenes." Afirma que introducir la temática LGTBI ha sido "un proceso natural, porque el tema está por todas partes"...

Con ansiedad, normal

Solíamos nosotros tiene la voluntad de normalizar y dar visibilidad a la ansiedad (aunque no ubicándola en el centro del relato, sino situándola como un problema más de la protagonista). "Cuándo era adolescente yo tenía que ir a un psicólogo, pero me costaba mucho explicarlo", explica Martín, quién añade que la gente te miraba mal si decías que visitabas a un psicólogo. Asegura que ahora, "por suerte", se habla mucho más de ello y el tema se ha normalizado. Pese a tocar el tema de la ansiedad, Martín con esta obra no ha querido hacer un drama. De hecho, califica su libro de "comedia romántica". A pesar de todo, asegura que al fin ha incorporado elementos dramáticos, que alternan con los toques de humor. Esta novela juvenil sería "como la vida: algunos días estás arriba, de mucho cachondeo, y al día siguiente estás llorando en público", explica. Anuncia que el libro premiado tiene importantes toques de humor, y espera no haber ofendido a nadie.

Novel

Martín había escrito una novela pero no la publicó: "La di a leer, pero la gente me decía o que estaba bien, o que era aburrida, o que estaba bien pero que era aburrida".  La dejó en un cajón y decidió presentar su segunda obra a un premio, porque creía que era la forma más fácil de penetrar en el mundo editorial. Pero el jurado se ha mostrado muy satisfecho con su obra, que ha considerado muy madura para su edad. "Hemos publicado el talento en ningún sitio de la audiencia", ha afirmado Jordi Navidad, director de Plataforma Editorial, quien ha criticado que muchos premios para adultos consideran la obra secundaria y no arriesgan, sino que apuestan directamente por los autores que tienen audiencia, en detrimento de la calidad de los premios.