"A ver si vuelven pronto los festivales porque estáis muy necesitados de grupos festivos", soltó irónicamente Ferran Palau en un momento, hacia el final, de su concierto del sábado en la sala Barts. El ideólogo del muy nuestro pop metafísico presentaba en doble sesión con las dos actuaciones con las entradas agotadas su último disco, 'Parc' (Hidden Track, 2021) (¿la mejor referencia en una discografía que ya empieza a sumar unos cuantos incunables?) en la sala del Paralelo de Barcelona.
Autor de un pop vaporoso, de cierto recuerdo folk pero aproximándose a la electrónica y los sonidos sintetizados, que cada vez tiende más hacia el minimalismo (de la suma de todos estos factores surge la etiqueta del pop metafísico), estaba sorprendido por la efusividad con que la gente, marcando el ritmo dando palmas, estaba acogiendo sus nuevas composiciones. Ferran Palau es Dios y sus fieles lo alababan.
Cosas extrañas
A Ferran Palau lo conocimos como uno de los miembros, eje rotor y motor creativo, de Anímic, colectivo de dark folk de Collbató, autores de un muestrario fonográfico conformado por 'Plou massa poc' (Les Petites Coses, 2006), 'Hau o Hïu (Les Petites Coses, 2007), 'Himalaya' (Les Petites Coses, 2009), 'Hannah' (BCore Disc / Les Petites Coses, 2011), 'Hannibal' (BCore Disc / Les Petites Coses, 2013) i 'Skin' (BCore Disc / Les Petites Coses, 2017), todas ellas obras interesantes sino referenciales. 'L'aigual del rierol' (Amniòtic Recuerdos, 2012), fue su primer ejercicio por libre, colección de creaciones inspiradas en el legado de Nick Drake, entonces su gran referente (y todavía ahora uno de los nortes en su brújula creativa). Fue el primer paso de una fascinante carrera en solitario que iría modelando con los posteriores'Santa ferida' (Halley Records, 2015), 'Blanc' (Halley Records, 2018), 'Kevin' (Hidden Track, 2019) y que ahora culmina con 'Parc'. De los sonidos telúricos del folk de que huye de las líneas más evidentes a un pop sintetizado de resonancia ochentera que en algunos compases puede recordar a formaciones como Chromatics o el trabajo de Kyle Dixon con la banda sonora de 'Stranger Things'.
Por tu amor
Uno, dos, tres saltitos, porque Ferran Palau antes de cada canción da, como marcando el tiempo, uno, dos y tres saltitos, y empezaron a sonar las primeras notas de 'Kevin', el tema que da título a su anterior trabajo. Sobre el escenario de la sala Barts lo acompañaban su banda habitual: Jordi Matas en la guitarra y teclados (Matas, que también es su primo, es un personaje clave en esta ecuación, siendo el productor de sus discos y de buena parte de la escena metafísica), Dani Comas en el bajo y Joan Pons en la batería. Joan Pons, sí, es El Petit de Cal Eril, el otro gran referente del, nuevamente, pop metafísico. Después vendría 'Universo', otro de los temas destacados, sino EL TEMA, de 'Kevin', y ya uno de los imprescindibles de su repertorio. Fue como un ejercicio de transición entre su anterior referencia y este 'Parc' que todavía huele a disco recién desprecintado y que sonó casi íntegramente, consiguiendo momentos sublimes con la sugerente resonancia de temas como 'Reflexe', 'Lluny', 'Blau' (que de alguna manera muy extraña tiene alguna cosa de versión 2.0 de nuestro clàsico 'Pel teu amor (Rosó)' ' y, llegando la tarde a su momento culminante, 'Parque' y 'Amor'. Definitivamente, Ferran Palau es Dios y no podemos hacer nada más que alabarlo.