Un desbarajuste total y absoluto, eso ha sido la primera jornada del Vida de Vilanova i la Geltrú. Tenía que ser una fiesta, la del primer festival masivo postpandémico, pero para la gran mayoría de las 10.000 personas que se han acercado hasta la Masia de en Chozas, ha acabado siendo una tortura, teniendo que esperar hasta 3 horas de cola por poder hacerse el test de antígenos que, en caso de dar negativo, les permitiera acceder al festival.
Peor todavía, la aplicación de móvil que los asistentes tenían que utilizar para conocer el resultado del test|tiesto, ha sido un cúmulo de errores. Así, una vez hecha las tres horas de cola, muchos de los asistentes seguían sin poder acceder al festival porque no podían demostrar que habían dado negativo.
En medio de este descontrol organizativo, es casi cómico y anecdótico que la nave industrial en que se hacían las analíticas no tuviera cobertura cuando los resultados tenían que llegar a través de los móvil.
El director del certamen, Dani Poveda, se ha disculpado con los asistentes y ha pedido "paciencia" en la primera jornada. "Tenemos que aprender de lo que está pasando e implementaremos nuevas medidas. Seguiremos esforzándonos". Tiene que ser muy, muy, muy difícil organizar un festival de las dimensiones del Vida en unas circunstancias y condicionantes como los actuales. Pero también tiene que ser muy, muy, muy difícil sumar tantos errores logísticos en una sola tarde. Se tiene que tener paciencia en esta nueva normalidad, pero 3 horas de cola quizás es pedir demasiado.
Los días extraños
Eran las 12 de la noche pasadas y Vetusta Morla, que han aparecido sobre el escenario principal una hora más tarde del previsto descifrando 'Los días raros', una de sus canciones más emblemáticas, creación que en el último año y medio ha redimensionado su significado, enfilaban|ensartaban las últimas canciones de su repertorio. Justo entonces tres chicas accedían corriendo al recinto. Habían hecho las malditas tres horas de cola. Habían venido al festival, exclusivamente, para ver a los madrileños. Gritaban extasiadas por, finalmente, estar viendo a sus ídolos. También lo hacían para sacarse de encima la tensión de la mala organización.
Pucho, el cantante de Vetusta Morla, ha recordado que estuvo justamente en Barcelona, en el Auditori del Fòrum, que un 8 de marzo de 2020, sin previo aviso, el mundo se les detuvo. El de ayer ha sido su primer concierto desde el estallido de la pandemia. Indiscutibles cabezas de cartel de la primera jornada del Vida, han protagonizado una actuación monumental en que no han faltado títulos imprescindibles de su repertorio como 'Palmeras en la mancha', 'Consejos de sabios', 'La vieja escuela', '23 de junio', 'Puntúo sin retorno', 'Copenhage', 'Cuarteles de invierno','Maldecida dulzura', 'La deriva' y 'Mapas'.
Antes y después
La tarde ha empezado con Paula Valls i Súper Gegant, actuando casi para nadie. La velada ha empezado a cogerel tono habitual de los festivales con el folk jazzístico de alta graduación de Pol Batlle y Rita Payés, el cálido pop sintetizado de Renaldo & Clara -una de las actuaciones de la jornada-, el binomio formado por el matrimonio The New Raemon & Paula Bonet y el pop de garaje de unas Hinds que, indiscutiblemente, son el grupo más efectivo y efectista entre los grupos más malos. Suenan y tocan fatal, pero tienen alguna cosa que las hace especiales. La noche ha acabado con una Rigoberta Bandini consagrada definitivamente como el gran hype del momento, nuestro crooner de cabecera Joe Crepúsculo y la sesión del gran maestro pop Guille Milkiway.
El Vida ha aprovechado la jornada de apertura del festival 2021 para adelantar algunos de los nombres de la edición del año que viene, que recuperará la presencia de artistas internacionales. Entre los primeros confirmados hay Parcels, Alizzz, Eve Owen, Rodrigo Cuevas y Anna Andreu, que actuarán, en la Masia de en Chozas el verano del 2022.