Paco Cerdà es un artesano del tiempo y de la palabra. En Presentes, publicado por la editorial Alfaguara, nos presenta crónicas de una España resquebrajada por la guerra, una España de contrastes, donde “¡Jose Antonio, presente!” retumba en un cortejo fúnebre por las tierras de Castilla durante 11 días, desde Alicante hasta El Escorial, en un ambiente noir, dantesco, con una banda sonora atronadora de “Arriba España”. En esta crónica de un viaje funerario se van alternando las historias de otro tipo de muertos, los testimonios de los vencidos, de los silenciados, de los asesinados en las tapias del cementerio sin juicio ni perdón.

La patria quiso taparlo todo, pero se olvidaron de la memoria y de periodistas como Paco Cerdà. El escritor valenciano es uno de los mejores cronistas del S.XX vivo. Sus historias beben de testimonios, fuentes orales, documentos, investigaciones rigurosas que acaban siendo relatos imprescindibles para comprender una posguerra sangrienta y aterradora. La guerra no acabó en 1939, la guerra siguió para muchas personas que tuvieron que esconderse, huir o fueron asesinadas por cualquier afiliación con el progresismo.

Un cortejo fúnebre para canonizar al alma del fascismo español

Mientras acompañamos el cuerpo del mártir de la Falange durante 465 kilómetros, leemos historias como la de Miguel de Molina siendo apaleado por grupúsculos del régimen tras actuar en el teatro Pavón, los fusilamientos de Paterna o la obsesión de Carmencita Franco por comprar los libros de Celia, obra de Elena Fortún, una de las tantas intelectuales exiliadas después de la contienda. Cerdà es ese tipo de escritores y de periodistas que se pregunta acerca del mientras tanto. Es decir, que mientras una España asistía brazo en alto a la canonización franquista del llamado “El ausente”, otros mordían el polvo alquitranando carreteras o la tierra en un campo de concentración en Argelers.

En esta crónica de un viaje funerario se van alternando las historias de otro tipo de muertos, los testimonios de los vencidos, de los silenciados, de los asesinados en las tapias del cementerio sin juicio ni perdón

Otro aspecto interesante del libro es el glosario de nombres, intelectuales, que pusieron su pluma a disposición del franquismo, muchos de ellos guiados e inspirados por José Antonio. En la mayoría de relatos se tiende a pintar el fascismo como una ideología o un movimiento falto de referentes, pero no fue así. En su día tenían sus propios influencers. No había twitch, pero había periódicos, revistas, publicaciones diversas, obras de teatro… La infraestructura propagandística del régimen fue una de las más eficaces del mundo. El fervor joseantoniano que profesaban escritores como Dionisio Ridruego, llenó de épica el entierro más famoso de la historia tras el de Felipe el Hermoso.

Cubierta de la novela Presentes de Paco Cerdà

Otro aspecto interesante del libro es el glosario de nombres, intelectuales, que pusieron su pluma a disposición del franquismo, muchos de ellos guiados e inspirados por José Antonio

Paco Cerdà en El Peón , su anterior novela (El Peó, en edición catalana publicada por Ara Llibres) nos demostró con creces la habilidad que tiene para contar historias en las que nadie ha reparado, fijando la vista en Arturo Pomar, el niño prodigio que utilizó el franquismo para hacer propaganda. Y con 14 de abril se coronó como uno de los mejores cronistas de nuestro tiempo, porque no es fácil revisitar pasajes de la proclamación de la II República sin caer en la repetición y el agotamiento. El estilo de Cerdà se alimenta de fuentes y de una escritura cuidada, de narraciones pensadas, estructuradas, donde la sorpresa aflora y el lirismo acuna las palabras. Cerdà nos alimenta de historias que algunos quisieran desecharlas. Hay personas que se les indigestan, pero qué le vamos a hacer… es de lo que España se ha nutrido durante muchos años.