Washington, 18 de junio de 1812. Hace 213 años. El presidente James Madison, del Partido Republicano, declaraba la guerra a Gran Bretaña, en aquel momento potencia colonial que ejercía el dominio sobre el actual estado de Canadá. La administración de Washington aprovecharía que los británicos estaban empleando todas sus energías bélicas en las guerras napoleónicas europeas (1803-1815) para intentar ocupar Canadá. Pero, ¿cómo habían construido aquel proyecto? ¿Con qué argumentos pretendían sustentar aquella operación bélica de ocupación y justificar la anexión directa de la colonia de otra potencia que, en aquel momento, pasaba a ostentar el liderazgo mundial? ¿Por qué aquellos estadounidenses de principios del siglo XIX se embarcaron en una operación tan ambiciosa como la de incorporar Canadá a su edificio político?

Mapa de la expansión norte americana. Fuente Universidad de Cambridge
Mapa de la expansión estadounidense / Fuente: Universidad de Cambridge

Quién era quién. El presidente Madison

Para entender el porqué aquella idea se materializa en una operación bélica (con todas sus consecuencias) es indispensable conocer el perfil de los personajes más destacados de aquella trama. Y el primero es el presidente Madison. El máximo mandatario estadounidense era una personalidad política que había forjado su prestigio durante la Revolución y Guerra de la Independencia y formaba parte de un grupo sociopolítico que, durante el conflicto (1775-1783), se había manifestado radicalmente contrario a la monarquía británica y que, poco después, se alimentaría ideológicamente de la Revolución Francesa (1791-1794). Este detalle es importantísimo para entender la postura estadounidense durante las guerras napoleónicas (1803-1815): oficialmente neutral, pero desde el triunfo electoral de los republicanos (1803), oficiosamente favorable a Francia.

Quién era quién. Los republicanos

En aquellas guerras napoleónicas (1803-1815), el gabinete Madison apoyaría veladamente a París, porque existía un acuerdo mutuo previo que se había articulado con la venta francesa de Luisiana a los estadounidenses (1803): Francia aspiraba a dominar Europa y Estados Unidos ambicionaba lo mismo con el continente americano. El Partido Republicano, en contraposición al régimen bonapartista, defendía una arquitectura confederal del estado, que, entre otras cosas, pasaba por impedir la existencia omnipresente del gobierno en la vida cotidiana de los ciudadanos. En cambio, el Partido Republicano, dirigido por veteranos de la Guerra de la Independencia (1775-1783), compartía con Napoleón y su ejecutivo un odio profundo hacia la monarquía británica y la ambición de convertirse en las dos potencias de sus respectivos continentes.

El presidente Madison y el primer ministro Perceval. Fuente White House y English Heritage
El presidente Madison y el primer ministro Perceval / Fuente: White House y English Heritage

Quién era quién. El rey Jorge III y el primer ministro Spencer Perceval

Cuando el presidente Madison declaró la guerra a Gran Bretaña (18 de junio de 1812), hacía dos años que el rey Jorge III de Inglaterra y Escocia sufría una enfermedad mental que había obligado a su hijo, el futuro Jorge IV, a ejercer como regente, a la espera de una milagrosa curación o de la muerte del monarca. Y hacía 37 días que el primer ministro, Spencer Perceval, había sido asesinado en los pasillos de Westminster. Percerval, del Partido Conservador, dirigía el gobierno británico desde 1809 y era el favorito de Jorge III antes de que el rey perdiera la cabeza. Pero, por el contrario, era profundamente detestado por la sociedad británica. De hecho, su asesinato sería consecuencia de ese odio social profundo. Perceval fue asesinado por John Bellingham, un comerciante de Liverpool arruinado por la política de guerra de los gobiernos británicos.

Quién era quién. Los tories británicos

Y ahora ya llegamos al nudo de la cuestión. Con el pretexto de que el gobierno Madison apoyaba encubiertamente a Napoleón, los británicos bloquearon las costas de Estados Unidos y, como consecuencia, interrumpieron el tráfico naval entre los productores de algodón y de lana estadounidenses y los fabricantes textiles ingleses. Esta medida, denominada Orden del Consejo y que se demostraría terriblemente desacertada, había sido promovida por el primer ministro William Cavendish, del Partido Liberal (1807-1809). Su sucesor, Perceval, a pesar de ser de signo político opuesto, la mantuvo tozudamente, y a partir de 1808 (cuando Fernando VII vende la corona española a Napoleón), Gran Bretaña entraría en una desbocada espiral descendente que sería la suma de los fracasos militares y de la crisis industrial que, inevitablemente, arrastraría a sus proveedores.

Representación del acuerdo de paz de Gante, entre norte americanos y británicos (1814). Fuente Museo de Arte Smithsonian. Washington
Representación del acuerdo de paz de Gante, entre estadounidenses y británicos (1814) / Fuente: Museo de Arte Smithsonian. Washington

La colonia británica de Canadá

En 1812, la composición sociocultural de la colonia británica de Canadá era muy diversa. El Bajo Canadá estaba poblado por francófonos, que vivían allí desde la época colonial francesa (siglo XVI), pero sometidos e incómodos a la dominación británica (1763). La mitad occidental estaba débilmente poblada por colonos estadounidenses que, poco antes, se habían establecido en el lugar, y por naciones indígenas que, en caso de guerra, eran imprevisibles. La población de probada lealtad a Gran Bretaña estaba emplazada, únicamente, en la orilla de los Grandes Lagos y en Terranova, antiguas posesiones de los acadianos (colonos franceses) que habían sido expulsados tras la derrota francesa en la guerra de los Siete Años (1756-1763) y entregadas a los estadounidenses contrarios a la independencia de las Trece Colonias y que habían huido de los nuevos Estados Unidos (1783).

La estrategia de Madison

Esta variada composición sociocultural, que era un inconveniente para la defensa de la colonia, sería lo que animaría a Madison a iniciar una guerra de conquista de Canadá. Pero, ¿qué era lo que realmente pretendían los estadounidenses con aquella ocupación? Pues, dos cosas. La primera, expulsar a los británicos —definitivamente— del continente norteamericano. El gobierno de Madison plantearía aquel conflicto como la segunda parte de la Guerra de la Independencia, saldada victoriosamente a favor de los estadounidenses y de la que su sociedad tenía perfecta memoria, ya que había concluido tan solo veintinueve años atrás. La Casa Blanca catalogaría el bloqueo naval británico como una gran amenaza a la soberanía estadounidense: el intento de ahogar económica y políticamente el país y restaurar la dominación británica.

Mapa de los Estados Unidos durante la Guerra anglo americana. Fuente World History Enciclopedy
Mapa de Estados Unidos durante la Guerra anglo-americana / Fuente: World History Enciclopedy

De Canadá al Far West

Y el segundo objetivo era crear un gigante territorial en el Atlántico Norte, que se convirtiera en la matriz de un imperio territorial de alcance continental. La Guerra anglo-americana (1812-1814) se saldaría con unas tablas que, en realidad, eran una victoria de Washington. Los estadounidenses no lograron ocupar Canadá. Pero cohesionaron su joven sociedad en torno a una idea muy potente. El Tratado de Paz de Gante (diciembre, 1814) anunciaba un cambio sustancial del mapa político continental: el fin de la presencia colonial española y el fin de la independencia de las naciones indígenas. La decisiva conquista del Far West (compra de Luisiana a Francia, de Florida a España y de Alaska a Rusia, y la anexión de los territorios mexicanos entre Texas y California) no se explica sin esta previa empresa bélica canadiense.

Representación del asesinato de Spencer Perceval. Font Cassell's Illustrated History of England
Representación del asesinato de Spencer Perceval / Fuente: Cassell's Illustrated History of England