Donosti, 30 de septiembre de 1868. Hace 156 años. La reina Isabel II y su séquito, nombrados popularmente “la camarilla del bolsillo secreto”, abandonaban su residencia de verano y se dirigían a Francia. Dos días antes (28 de septiembre) se había iniciado la llamada Revolución Gloriosa, y el general Prim, uno de los tres líderes de aquel movimiento, había proclamado “los Borbones son el impedimento mayor para modernizar y democratizar España”. Con los revolucionarios a las puertas de Madrid, el primer ministro Gutiérrez de la Concha telegrafiaría a la reina y le recomendaría abandonar España. Se iba la que, al inicio de su reinado (1833), había sido “la esperanza blanca” de los, hasta entonces, proscritos liberales; y que treinta y cinco años más tarde (1868) no era más que “la reina de los escándalos”. ¿Por qué acabó siendo llamada así?
¿De dónde venía Isabel II?
Isabel era la hija primogénita del rey Fernando VII (nombrado el “rey felón” —el rey traidor—) y de su cuarta esposa y sobrina María Cristina de Borbón (nombrada la “reina de la corrupción”). Tres años más tarde (1833), Fernando VII moría víctima de sus propios excesos y según la Ley Sálica, instituida por Felipe V (1713) y que impedía a una mujer ser reina-titular, el trono le correspondía a Carlos María Isidro, hermano segundo del difunto. Pero la viuda María Cristina maniobró para coronar a la pequeña Isabel —de tres años de edad—, y para conseguirlo sin tener que derogar ninguna ley, indultó y excarceló a todos los liberales (proscritos y perseguidos por el régimen de su difunto marido) y los situó en el poder a cambio del apoyo a la nueva y discutida reina. Carlos se rodeó de los que no entendían aquellos indultos y estalló la I Guerra Carlista (1833-1840).
¿Con quién casaron a Isabel II?
Concluido el conflicto (1840) con el triunfo de los liberales; el general Espartero —el nuevo hombre fuerte del momento— pasaría a ocupar la regencia (desplazando a la viuda María Cristina) y negociaría el matrimonio de la joven heredera. En 1846, Isabel (Madrid, 1830) era casada con su primo, por partida doble, Francisco de Asís (Aranjuez, Castilla, 1822), hijo del hermano más pequeño de Fernando —Francisco— y de la hermana de María Cristina —Luisa—. Aquel enlace tenía un doble propósito claramente político: aislar a Carlos María Isidro —el hermano medio y líder del carlismo—, y garantizar la continuidad del apellido Borbón asociado a la corona española. Y eso último es muy significativo, por qué pone de relieve que el nacionalismo español contemporáneo, que se formula en las filas liberales del siglo XIX, asocia la idea de España con la monarquía borbónica.
¿El matrimonio de Isabel, la verdadera fuente del problema?
Todos los historiadores coinciden en que Isabel y Francisco de Asís ni se casaron enamorados ni nunca, en sus cincuenta y seis años de matrimonio, se profesaron el más mínimo afecto. Isabel, a pesar de su juventud (tenía dieciséis años) ya era una promiscua escandalosa; con políticos relevantes, militares destacados, negociantes de éxito y oficiales de la guardia real; que trepaban al lecho de la reina. Algunos divulgadores de la historia, que escriben con un sesgo claramente españolista y monárquico, pretenden justificar lo injustificable afirmando que el problema de Isabel no era su ninfomanía (una patología que había afectado, y de forma escandalosa, a muchos de sus antepasados); sino que lo que explicaría aquella conducta era el hecho de que “había estado malcasada”.
“Paquita Natillas”
Cuando saltaron a la palestra los primeros escándalos (década de 1850), la reina lo quiso justificar culpando a su marido de no cumplir en la cama. En una recepción en el Palacio Real (con “besamanos” incluido), Isabel se despachó proclamando: “Qué puedo decir de un hombre que la noche de bodas vestía más encajes que yo”. En medio de la perplejidad general acabó explicando que la noche de bodas lo tuvo que esperar más de media hora, y cuando finalmente salió del cambista le clavó: “¡Por Dios, Paco, si llevas más puntillas que yo!”. Estos comentarios, y otros que salían de la boca de la reina-madre María Cristina, alimentarían el rumor de que Francisco de Asís era homosexual. Le colgaron este estigma, que en aquel entorno social y en aquel contexto histórico se consideraba una lacra imperdonable; y lo apodaron “Paquita Natillas”.
Los hijos o no de la “reina de los escándalos” y del “Natillas”
Los historiadores que han investigado la vida conyugal de la reina y del “Natillas”, apuntan a la posibilidad —más que probable— que las relaciones sexuales de la real pareja no pasaran de la consumación del matrimonio (la noche de las “puntillas”). Pero, en cambio, y oficialmente, Isabel, popularmente “de los Tristes Destinos” tuvo doce hijos. Entre ellos, Alfons, el sexto por orden de nacimiento; pero que, años más tarde —con la llamada Restauración Borbónica, que no era otra cosa que el rearme ideológico del nacionalismo español (1874)— ocurriría el sucesor de Isabel II como Alfonso XII. Todos, sin discusión, eran hijos biológicos de la reina; pero la cuestión es: ¿lo eran también del “Natillas”? Y si no lo eran, como ya se apuntaba en la época, ¿quién eran los padres biológicos de la prole de Isabel? ¿Quién era el padre biológico del futuro rey Alfonso XII?
Los amantes de Isabel II
La revista satírica de los Bécquer, desafiando la censura oficial, había representado a Isabel II fornicando, desenvueltamente, con políticos y militares que hacían cola en la “alcoba real” esperando su turno. Y fornicando, lascivamente, con los animales de la cuadra real. Con el tiempo, Isabel II acumularía una larga lista de amantes, que habría empezado en la adolescencia con su profesor de música —el mallorquín Francisco Frontera—; y que habría pasado, entre otros, por el cantante de zarzuela Tirso de Obregón, por el general Francisco Serrano, popularmente “el general bonito”, y que con Prim y Topete lideraría la revolución que la destronaría (1868); por el político José Ruiz de Arana, popularmente “lo carcomo Arana”; por su propio secretario Miguel Tenorio o por el oficial de la Guardia Real Enric Puigmoltó.
¿Puigmoltó, el padre biológico de Alfonso XII y el abuelo quinto biológico de Felipe VI?
Según la investigación historiográfica, Francisco de Asís sufría una enfermedad congénita, conocida como Defecto Hipogenital con Hipospadias, que era una malformación de los conductos del aparato reproductor que le habría impedido tener descendencia. Y según una parte de esta misma investigación, el sexto hijo de la reina, el futuro Alfonso XII, sería hijo biológico de un oficial de la Guardia Real llamado Enric Puigmoltó Mayans (Ontinyent, País Valencià, 1827 – Valencia, 1900). Si algún día se confirma, irrefutablemente, lo que ya se afirmaba durante el reinado de Isabel II y lo que sostiene una parte de la historiografía actual; nos encontraríamos con que el verdadero linaje de Felipe VI, el actual rey de España, no sería el Borbón de origen francés; sino el valencianísimo (de origen medieval catalán) Puigmoltó. ¿Qué paradoja, verdad? ¿Lo traducirían a “Monteborrego”?