Aranjuez (Castilla), 19 de marzo de 1808. Hace 216 años. Un golpe de Estado promovido por las clases más reaccionarias de la corte española acorralaba a los reyes Carlos IV y María Luisa en el Palacio Real. Poco después, el hijo primogénito de la pareja y jefe visible de aquel motín accedía al palacio y, haciendo uso de la fuerza, obtenía la abdicación de los reyes. El primogénito se convertía en Fernando VII y la historiografía tradicional explicaría que los reyes habían sido derrocados por su indecente moralidad. La aristocracia cortesana y las jerarquías eclesiásticas habían fabricado el rumor de que Carlos IV era un cornudo y María Luisa era, literalmente, una "zorra". Pero la investigación moderna ha cuestionado este argumento. ¿Realmente Carlos IV y María Luisa fueron destronados y expatriados por su particular moralidad? ¿O solo fue un pretexto para cargárselos?

¿Quién era Carlos IV?

Si una cosa puede definir a Carlos IV es que su vida dio más vueltas que una peonza. Nacido en 1748 en el Palacio Real de Portici, a las afueras de Nápoles, y destinado a ser el rey de las Dos Sicilias; acabaría siendo rey de España porque, a la muerte sin descendencia de su tío, el rey español Fernando VI (que pasaría a la historia por haber urdido el exterminio de la comunidad gitana hispánica), su padre —el rey napolitano Carles VII— aceptó cambiar el trono de Nápoles por el de Madrid (1759) y convertirse en Carlos III (el "rey ilustrado"). Carlos IV, el cornudo, nació y se crio en los templados regazos del Vesuvio; pero se educó en la seca y fría meseta y, a la muerte de su padre (1788) se convirtió en rey de un decrépito imperio español que anunciaba su fin. Sería rey durante veinte años (1788-1808) y viviría el resto de sus días expatriado (1808-1819).

Carles y María Luisa, príncipes de Asturias (1783). Fuente: Colección del Banco de España

¿Quién era María Luisa?

María Luisa nació en 1751 en Parma, capital de un pequeño dominio independiente en el norte de la península italiana, y era la hija de los duques, una rama menor de unos Borbones que algunos historiadores actuales consideran los más ilustrados de todos el universo Borbón (tal vez los tuertos en el país de los ciegos). En cualquier caso, lo que los historiadores destacan es que María Luisa, desde el momento en que puso los pies en Madrid (1765), se reveló como una persona con una inteligencia política y una sensibilidad para las artes muy superior a las de su marido. Los cronistas de la época, como el embajador ruso Zinoviev, destacan que el rey era un zoquete que "no tenía sentido de Estado". Pero la reina no solo se sentaba al lado del rey para despachar con los ministros (era la primera reina que lo hacía); sino que, además, era la que "llevaba la voz cantante".

La aparición de Godoy en escena

Carlos y María Luisa, incluso mucho antes de ser coronados (1765-1788), habían sido a menudo manipulados por los "partidos cortesanos" que se disputaban los favores reales. Según los cronistas de la época, "para meter cizaña entre los príncipes y el rey" y en beneficio de una u otra facción cortesana. Por este motivo, la aparición de Godoy en escena llama la atención de los reyes. Godoy (Badajoz, 1767) es un producto de la nobleza castellanoleonesa arruinada por las crisis de los "vellones" y por las guerras hispánicas (Catalunya, Portugal y Sucesión). Pero su maña se ajusta al perfil clásico del "hidalgo" del norte peninsular que, secularmente, habían hecho carrera en la administración hispánica. A las antípodas de los pomposos e intrigantes aristócratas latifundistas castellanoandaluces que dominaban la corte, también, desde tiempos seculares.

María Luisa y Godoy (principios del siglo XIX). Fuente: Museo Victor Balaguer y Real Academia de San Fernando

La descendencia del "cornudo" y de la "zorra"... ¿y de Godoy?

El ascenso meteórico de Godoy lo convirtió en el blanco de todas las intrigas contra los monarcas, especialmente contra la reina. Según la investigación historiográfica, todos los "mentideros" de la "villa y corte" iban llenos de la escandalosa relación entre la reina y Godoy: con el más escandaloso, todavía, consentimiento del rey. Durante la época en que Godoy fue el hombre más poderoso del reino (1792-1798 y 1800-1808) —que equivalía a decir la época de marginación de los Ensenada, Aranda, Jovellanos, Campomanes o Floridablanca que habían dominado la política española desde la muerte de Felipe V (1746)—, se divulgó sin traba la promiscuidad de la reina y la ilegitimidad de su descendencia. La misma esposa del embajador británico proclamaría que, como mínimo, dos de los hijos de los reyes tenían un revelador y sospechoso parecido a Godoy.

¿Qué sabemos a ciencia cierta de todo esto?

María Luisa murió expatriada, en Roma, el 2 de enero de 1819. Tenía 66 años y estaba terriblemente envejecida a causa del esfuerzo reproductor al que había sometido a su organismo. Había tenido veinticuatro embarazos y partos (uno de mellizos). Hacía treinta años que su piel era de una fea tonalidad amarillenta y que había perdido todas las piezas dentarias. Pero, sin embargo, las fuentes de la época, que la investigación moderna no han desmentido, afirman que murió en brazos de su "amante" Godoy; mientras su marido Carlos IV cazaba moscas. Poco después, Juan de Almaraz, confesor de la reina y furibundo absolutista, proclamaría que María Luisa, poco antes de expirar, le había revelado que "ninguno de mis hijos lo es del rey, y por consiguiente la dinastía Borbón se ha extinguido en España".

Representación del golpe de Estado de Aranjuez (1808). Fuente: Biblioteca Digital Hispánica

La "ultraderecha" española del siglo XIX

En aquel momento (1819), en Madrid reinaba Fernando VII; que después del golpe de Estado (Aranjuez, 1808), de la venta de la corona española a los Bonaparte (Bayona, 1808), de las vergonzosas cartas de felicitación a Napoleón por sus victorias contra la insurgencia española (Valençay, 1808-1814), y del retorno forzado al trono español a regañadientes (1814); vivía para apuntalar su apolillado y decrépito régimen absolutista. Carlos y María Luisa no volvieron a Madrid, el involucionista Fernando VII "el rey felón", gobernaba con las mismas clases que lo habían hecho rey en Aranjuez. Las mismas clases que habían atacado a María Luisa hasta la extenuación. Era la "ultraderecha" española del siglo XIX, que había creado y alimentado una operación de difamación y descrédito que no obedecía, estrictamente, a una cuestión moral.

¿María Luisa, una "zorra" o una amenaza?

La investigación moderna afirma que María Luisa era una frívola y una promiscua que hacía honor a su apellido Borbón. Pero también era una mujer con una inteligencia natural y una intelectualidad cultivada que, a ojos de aquellas clases aristocráticas terriblemente reaccionarias y agresivas que dominaban la España de la época, era una amenaza. Pensaban que era una "María Antonieta" castiza y chulesca; que se permitía gobernar y conceder un espacio a la cultura y al arte y que, con todo eso y al lado de un zoquete como Carlos IV, podía impulsar la emergencia de una Revolución como la que en Francia había provocado la pérdida del monopolio educativo y la incautación del patrimonio a la Iglesia; y que había conducido a la familia real y a la aristocracia a las mazmorras o, directamente, a la guillotina. ¿Una "zorra" o una amenaza?

Ensenada, Aranda, Jovellanos y Campomanes. Fuente Wikimedia Commons