Catalunya será un país de guitarras o no será. Una república indie de melodías plusquamperfectas y riffs distorsionados en la que Dan Peralbo -guitarra y voz- será el presidente y el Comboi -Albert "Ret" Ramos (guitarra), Aleix "Jimmy" Vilarrasa (batería) y Pol Villegas (baix)- sus consellers. Después de tres años de doctorado: ganadores del concurso Sona9, varios EPs que tienen el impacto de la dinamita; los de Torelló, discípulos aventajados en nuestro país de The Strokes, Arctic Monkeys o Franz Ferdinand, debutan de largo con un disco homónimo que es puro entusiasmo y efervescencia. Evidentemente, los teníamos que entrevistar.
Ya era hora que debutarais de largo. Aunque chorra, la pregunta, imagino que por eso se titula sencillamente Dan Peralbo i el Comboi.
Dan Peralbo: Básicamente que en todas partes donde hemos ido se han equivocado con nuestro nombre.
¿Como os han llamado?
D.P.: La que nos hace más gracia de todas yo creo que es Don Peralbo i el Cumboy. Que esto del Cumboy es una terminología pornográfica. Nos han dicho de todas las maneras: Dani Pedralbo, Perbló.
¿Cuál es la que os gusta más?
D.P.: Don Peralbo a mí me gusta mucho. Don Peralbo y el Convoy, con y y en castellano. Este está muy bien encontrado. Y una vez nos presentaron como Dan Peralbo de Torelló y el Convoy de Alicante.
¿Por qué?
Pol Villegas: Había un grupo que se llamaba así, el Convoy. Era una charanga. Y además, en redes sociales etiquetaban a la charanga. Era muy gracioso, porque entrabas en el perfil de la charanga y eran todo personas mayores, juerga y diversión.
D.P.: La gracia era esta: ya que nos han dicho de todo, el primer disco, que es como la culminación de lo que hemos hecho estos tres años, Dan Peralbo i el Comboi, bien escrito y con todas las letras, era el título ideal.
En la portada, sin embargo, solo se te ve a ti, Dan.
D.P.: Venía de hacer deporte y me engancharon. No sabía aquella foto la utilizaríamos de portada. Si no, me habría vestido diferente. Me metieron dentro de un fotomatón y acabó siendo la portada del disco.
Ahora lo decías... Han pasado tres años
D.P.: Han sido tres años muy a saco, muy intensos, en qué hemos ganado el Sona 9, hemos grabado tres EPs... No hemos parado. Este es la primera vez que nos tomamos un disco con calma. Hace un año que el disco está hecho, en realidad, pero nos lo hemos pensado mucho. Lo hemos madurado mucho. Es la primera vez que tenemos una cosa entre las manos con todo el glamur y la elegancia que se merece.
Los cuatro tenéis un legado previo, un currículum con bandas anteriores o proyectos paralelos: ¿cuándo os dais cuenta de que este es un proyecto especial por el cual valía la pena apostarlo todo al rojo?
Ret: Desde el primer momento. Recuerdo cuándo Dan me enseñaba las primeras canciones, que hizo él sol, en una habitación. Las escuchaba y me decía que aquello estaba guapísimo, que teníamos que hacer alguna cosa, que se tenía que publicar. Así fue como salió el primer EP; Cosquis my. De hecho, todavía tocamos alguna en directo, como No tens por a la mort. Eran temazos. A partir de aquí, empezamos a hacer las canciones todo juntos y nos acabamos de engorilar. Sí, fue muy pronto que vimos que era un proyecto especial.
P.V.: Además, ahora, teniendo el apoyo detrás de una discográfica fuerte, con una buena estructura, también nos ha empujado a creérnoslo de verdad. Y que te mires el disco con un poco más de cariño.
¿Aquella habitación de que hablamos, estaba en Londres?
D.P.: Sí, las canciones del primer EP nacieron cuando vivía en Londres.
¿A qué fuiste a Londres?
D.P.: Nunca he sabido qué fui a hacer. Fue una crisis existencial: no sé qué hacer, no sé dónde ir, no sé qué estudiar, no sé dónde trabajar... Londres fue la respuesta a todo. Y fue muy guay, pero no lo volvería a hacer. Tenía 18 años y no había salido nunca antes de Torelló. El cambio fue muy grande. Tendría que haber pasado antes por Barcelona o por Madrid, para aprender el castellano, que habría ido bien, también.
Eres como Pau Cubarsí, que cuando fue con la selección española confesó que no sabía hablar muy bien el castellano.
D.P.: Exacto. Y visto en perspectiva, si es bien cierto que no volvería ir, también es verdad que sin aquel viaje ahora no estaría aquí. Si no hubiera ido, no me habría encontrado solo grabando las canciones, no me habría vuelto a juntar con mis colegas de toda la vida, no me habría juntado con Ret...
¿Y musicalmente, qué aprendiste? Porque Londres es una ciudad que no te lo acabas.
D.P.: Toqué por las calles de Londres y en pubs. Conocí a un montón de gente y me pegue muchas hostias, sobre todo por la edad. Todo el mundo era más mayor que yo. Me espabilé mucho a base de hostias. Trabajaba una fábrica haciendo quiches de bacon y queso. Muy buenas. Y complementaba el sueldo, porque el trabajo era de media jornada, tocando a la calle y tocando en pubs canciones de los Beatles.
Les debió sorprender un tipo de 18 años de Torelló intentando ganarse la vida en la calle tocando canciones de los Beatles.
D.P.: Funcionaban mejor mis canciones que las de los Beatles, porque yo cantaba en catalán. A los turistas catalanes, porque hay turistas catalanes en todas partes, les hacía mucha gracia encontrarse con un crío cantando en catalán. En aquel momento me aprovechaba de esta gracia.
Tenías algún rincón favorito o que te fuera especialmente bien en Londres
D.P.: Sí, la esquina de Chinatown era muy guay. Era una esquina perfecta. Había víctimas por todas partes. Además, había un súper delante y yo en aquel momento bebía mucha sidra. ¿Por qué? No lo sé, pero sí, bebía mucha sidra. Y allí me iba muy bien, porque el centro de Londres, en Chinatown, estaba petado de turistas.
¿Dónde ganabas más, en la fábrica o tocando?
D.P.: Dependiendo del día, pero más tocando. Pero tenía que ir bien y pasarme todo el día. Era una esquina en que durante todo el día había diferentes músicos y tenías que hacer cola para tocar. Eso quería decir hacer una hora de cola y otra tocando. Durante un día entero quizás tocaba dos horas.
¿Había algún sistema de regulación u os lo arreglabais entre vosotros mismos?
D.P.: Era auto-regulado. Si había mucha gente, tocábamos media hora, porque así podíamos tocar más gente. Si éramos tres esperándonos, pues tocábamos una hora. Había mucha confianza entre los músicos. Mientras esperabas, podías ir a dar una vuelta, que volvías y allí tenías tu guitarra y tu ampli. Barcelona funciona muy diferente. En Barcelona te tienes que inscribir en el Ayuntamiento y tienes que pasar una prueba de actitud y de las canciones que harás.
¿Lo has intentado?
D.P.: Sí. Y te hacían llenar un formulario diciendo qué canciones tocarías, qué horario harías, dónde pensabas tocar... Era mucho papeleo cuando lo único que quieres es tocar en la calle unas cancioncillas y ya está. Además, ahora abrieron las inscripciones, pero hacía como seis años que no abrían las inscripciones.
¿Has devuelto Londres desde entonces?
D.P.: Un par de veces, a visitar a los colegas. Y muy guay, pero lo que decía, ahora no volvería.
¿Y con la banda, como para cerrar el círculo?
Dan Peralbo: Sería bonito. Tenemos que ir. Podríamos ir a tocar al Dublin Castle, que es el bar donde iba yo a tocar, en Camden.
¿El resto del grupo, lo esperabais aquí? ¿Sabíais que cuando volviera montaríais la nueva banda?
D.P.: Dilo dilo. Di aquello de la apuesta.
P.V.: Hicimos una apuesta a ver cuánto tardaría en volver. No teníamos muchas esperanzas. Había apuestas muy bajas. De los del grupo había apuestas que volvía en tres semanas. Y no, no. El tipo se quedó casi un año.
D.P.: En realidad fueron ocho meses.
¿Y sin Torelló, existiría Dan Peralbo i el Comboi?
P.V.: No. Somos Torelló desde siempre y es gracias a las cosas que pasaban en Torelló en aquel momento, en aquel instante, y a la gente que nos rodeaba desde un inicio, que también existe el grupo.
D.P.: Tampoco había nada que hacer más que quedar en el local y tocar. E íbamos al bar del pueblo, el Atmósfera, que era un bar musical muy mítico, y allí nos enseñaban. Allí descubrimos todos los grupos que conocemos hoy día. La vida era ir del Atmósfera al local y del local al Atmósfera. Sin duda, no existiría el grupo, ni seríamos quien somos, ni como somos, sin venir de Torelló.
¿Cuáles son los grupos que descubristeis allí, cuáles eran los referentes cuando empezasteis?
D.P.: Txarango
No podéis ser los salvadores del rock en Catalunya y que me digáis que vuestros primeros referentes son Txarango.
D.P.: Pero es que es verdad, teníamos 11 o 12 años y era lo que escuchábamos. También porque son de Osona. Pero con 11 o 12 años escuchábamos Txarango, Nyandú, Bongo Botraco...
P.V.: Yo no he sido nunca de ser friqui con nada, pero hubo una época que me cogió muy fuerte con Two Door Cinema Club. En la adolescencia todo va por épocas. Hubo una de rap metal.
Yo siempre os he asociado a The Strokes.
D.P.: Nos gustan mucho, The Strokes. Es inevitable que la música que escuchas acabe filtrándose en la música que haces. Y The Strokes nos encantan mucho, mucho, mucho.
¿Cómo os influenció la entrada de Ret? Porque el resto del grupo veníais de tocar siempre juntos, y de repente sumáis a la ecuación un tipo que viene de Barcelona, que es una generación más mayor que vosotros...
P.V.: Hablo por mí, pero yo no había tocado nunca con nadie que no fueran los mismos de siempre: Dan, Jimmy, Marc, que es otro colega que tenemos por allí. Y la verdad es que los primeros días con Ret fue un poco raros, pero entró muy rápidamente en la dinámica. Dan es una persona que gesticula mucho y levantando un poco la cabeza ya sabes que quiere acabar la canción o que quiere hacer un cambio. Y Ret aprendió este lenguaje nuestro no verbal de una manera muy rápida y natural.
D.P.: De Ret, tenemos que decir, que éramos fans de otras bandas suyas como Falciots Ninja o Mine. Y coincidíamos en bolos..
R: E incluso habíamos llegado a tocar juntos en la Fiesta Mayor de Torelló, ellos con Flipats y yo con Falciots Ninja. Un concierto en que también tocaron Oques Grasses.
P.V.: Tengo una anécdota muy graciosa. Éramos tan fans de Ret, que un día me abrió por Facebook para preguntarme si les podíamos dejar la batería, y me puse tan nervioso que ni lo contesté (risas).
R: ¡Tuvimos que subir a Torelló con nuestra batería! Por mi parte, tengo que decir que desde los primeros ensayos, noté que trabajaban de la manera en que a mí me gusta trabajar. Son muy trabajadores. Y si yo soy muy perfeccionista, ellos también. Entendemos la música de la misma manera.
D.P.: Que se sumara nos fue genial porque conectamos en el minuto uno. Fue una bocanada de aire fresco. Tocando juntos desde los 11 años, nos aportó una nueva visión que creo que necesitábamos. Con ellos nos hemos convertido en la mejor banda del mundo (risas).
Cuando menos, Lluís Gavaldà dels Pets dice que sois la banda que necesitamos.
P.V.: Dios lo escuche.
¡Os dedicó todo un monográfico en su programa de iCat, El celobert!
D.P.: Fue increíble. Nos pensábamos que metería una o dos canciones, pero íbamos escuchando el programa y otra canción nuestra, y otra, y otra... No lo sabíamos, fue una gran sorpresa. ¡Hostia, que son Els Pets, que es Lluís Gavaldà! Somos ya muchas las generaciones que hemos crecido escuchando Els Pets. Y esto nuestro bebe de ellos, también, porque no deja de ser unas melodías muy pop que enganchan mucho con una base de rock. Quizás no es lo que está más de moda ahora mismo, pero nos gusta sonar así.
¿El rock ha muerto?
R: No, el rock no ha muerto. Una cosa es que no sea tan popular como en otras épocas, pero hay muchos grupos de guitarras que molan mucho y que además funcionan. Quizás no llenaremos un Sant Jordi, pero sí que salitas pequeñas. Hay público.
Hablando de grupos de guitarras... Cala Vento, una banda que aquí funciona, pero que en el resto de España tienen un poder de convocatoria brutal. Banda que además está haciendo un trabajo brutal con la escena rock catalana a través de su discográfica, Montgrí, sello con que habéis publicado el disco.
D.P.: Y también han fichado a Joan Colomo. Es increíble. Estamos muy contentos. Estamos en el mejor sello que podíamos estar.
Joan Delgado y Aleix Turon (Cala Vento) también os lo han producido, el disco.
D.P.: Y forman un tándem increíble. Donde no llega uno, llega el otro. De nuevo, la conexión ha sido inmediata y genial. Y creo que se nota mucho en el disco, que ellos han participado.
P.V.: La visión que tienen ellos, cuando menos como la percibo yo, es que son músicos trabajando para músicos y, esta empatía con respecto a tu visión del proyecto, se nota mucho.
¿Nos tenemos que citar el 15 de marzo en la sala Apolo, no?
D.P.: Será la fiesta oficial de presentación del disco. Será a La 2, pero todavía mejor. Me encanta aquella sala. Es más pequeña, más recogida, suena ultra bien. Será genial, será brutal.