Dani de la Orden está resfriado. No es que yo quiera calcar el legendario perfil que el legendario periodista Gay Talese escribió sobre Frank Sinatra. Es que realmente está resfriado. Y si no que se lo pregunten a Jordi Basté. Esta mañana lo ha entrevistado (no hoy, cuando se publica este texto, sino la semana pasada, que fue cuando me encontré con el cineasta) y De la Orden casi no podía hablar. Ahora, un par de horas después, en La Pescadería, la productora barcelonesa con la que ha trabajado casi toda su carrera, sobre la mesa de la sala donde nos sentamos a hablar, hay esparcidas cajas de Strepsils, paracetamol y algún medicamento más que no acabo de identificar. Le alargo la mano para saludarlo, pero me ofrece su codo. "Es que estoy resfriado". Saco el móvil del bolsillo y lo dejo sobre la mesa, al lado de los caramelos y de las pastillas. "Empiezo a grabar, ¿te parece?". Dani, que tiene alguna cosa de Woody Allen del siglo XXI, lo coge y se lo acerca a la boca. "Hagámoslo así, que si lo tengo muy cerca, se escuchará mejor". Dani de la Orden está resfriado. Y ahora, mi móvil, muy probablemente, también.

Dicen que Dani de la Orden es el cineasta de momento. Sorprendente si tenemos en cuenta que hace una década larga que viene estrenando algunas de las películas más taquilleras de nuestro cine: Barcelona, noche de verano (2013), Barcelona, noche de invierno (2025), El pregón (2016), Litus (2019), 42 segundos (2022)... Cierto es, sin embargo, que Casa en llamas, este punzante retrato de una familia burguesa catalana en decadencia, ha superado todos los récords y expectativas. Prolífico e hiperactivo aunque insiste en que no hay nada que le guste más en el mundo que dormir, también se ha acercado varias veces al mundo de la televisión. En el pasado dirigió varios capítulos de la serie Élite y actualmente está trabajando en una sitcom para 3Cat con la presión de convertirse en la heredera y relevo de la icónica Plats Bruts. El realizador barcelonés esta semana también ha estrenado en Apple TV+ A muerte.

El mismo día que le diagnostican cáncer de corazón, Raúl se reencuentra con Marta, una mujer de espíritu libre y recientemente embarazada. Los dos reanudan una amistad que empezó en la infancia, y esta relación causada por el destino empieza a poner a prueba sus creencias sobre el amor. ¿Se puede enamorar Marta, fóbica al compromiso? Y, Raúl, ¿podrá conocer el amor de su vida? La sinopsis oficial es, no nos engañemos, un poco empalagosa. La serie es una comedia brillante (con actuaciones más que notables de Verónica Echegui y Joan Amargós, junto con un Cristian Valencia espectacular) que tras las carcajadas, como todos los trabajos de De la Orden, esconde unos cuantos temas importantes.

¿Eres muy hipocondríaco?
No me considero hipocondríaco. Me considero con conocimiento de causa. La enfermedad me ha acompañado durante la vida de una manera leve, pero he pasado por el quirófano... Tengo una afección, y más que hipocondríaco lo que tengo es el estado de alarma constante, porque es una cosa que siempre puede volver. Es como si a alguien le detectan lo que sea, sale bien, pero le dicen que puede volver. Que tenga miedo de recaer no lo hace hipocondríaco, es que tiene un miedo razonable. Tiene una ansiedad de un hecho que quizás no está pasando, pero es aquello que dicen en Del revés 2, que la ansiedad es el miedo a las cosas que todavía no están sucediendo, pero hay una cosa en tu cuerpo que te está diciendo que puede pasar. También puede pasar de que te caiga un piano paseando por la calle. Pero no me considero una persona hipocondríaca, para nada. Con A Muerte, lo que había era las ganas de explicar una historia de amor desde dos perspectivas. La primera, desde cómo afrontar una enfermedad, cómo afrontar aquello que la gente de los alrededores te diga: "Venga va, que todo saldrá bien", cuando tú tienes más información que el resto. Es muy frustrante que haya este positivismo, que todo el mundo te intente animar, aunque lo hagan con toda la buena fe del mundo, pero quizás lo que necesitas es que te acompañen en un proceso de tristeza. Porque forzarte a estar bien o forzarte a intentar vivir la vida, que son dos días, no es lo que quieres.

Y la segunda...
Me gustaba mucho la idea de encontrar el enamoramiento con una persona que vive al límite, pero que en realidad ya está totalmente pasada de vueltas. Una mujer que tiene 40 años y se ha quedado embarazada y todo su entorno la presiona para llevar una vida más normal, para que decida si quiere tener o no la criatura, pero dejando intuir que la debería tener. Ahora, por suerte, las cosas están cambiando, pero hasta hace nada, el único camino que parecía que podíamos seguir en la vida llegados a cierta edad era ser padres y madres. Había mucha presión, sobre todo para las mujeres. Me parece muy interesante que el personaje de Verónica Echegui se plantee si quiere o no quiere ser madre. Y que si decide que no quiere, que eso no la haga sentir peor persona, ni culpable, ni egoísta.

Entrevista Dani de la Orden / Foto: Irene Vilà Capafons
Dani de la Orden, la vida ya es bastante drama / Foto: Irene Vilà Capafons

Ver dramas, en general, a mí me da mucha pereza. Me apetece mucho más ver una comedia que, entre chiste y chiste, te va soltando mensajes

Siempre tocas temas relevantes, pero a menudo quedan escondidos tras el humor.
Es que no lo sé hacer de otra manera, porque como mi vida ya funciona así... A menos que de repente me encuentre una sorpresa como Aftersun, una película que no hace puta gracia porque te deja tocado; ver dramas, en general, a mí me da mucha pereza. Me apetece mucho más ver una comedia que, entre chiste y chiste, te va soltando mensajes. Aunque en este caso concreto, estaba muy preocupado por si frivolizaba al respecto.

¿Sobre qué?
Mientras rodaba esta serie, tenía un familiar muy íntimo ingresado en el hospital. Estuvo un año. Casi cada día, cuando acababa de rodar, iba a verlo al hospital. Durante aquellos meses, en que todo era a ver qué pasaba, del miedo a que las operaciones no fueran bien, incluso que muriera; me di cuenta de que, aunque la situación era dramática, siempre acabábamos viviendo momentos ridículos: un médico que te viene y te suelta un moco y no sabes si reír o cabrearte. Y siempre es mejor reir, porque cabrearse no sirve de nada. O las enfermeras, que cada una es un mundo. Las hay más simpáticas y más antipáticas, obviamente, como en todos los trabajos. Pero cuando estás en una situación vulnerable, como la de mi familiar, de repente, sin quererlo, la comedia entra. Y allí fue cuando me di cuenta de que no estaba frivolizando. Pasara lo que le pasara a mi familiar, la serie estaba hablando de una cosa muy real desde un punto de vista en el que la comedia, con respeto, siempre tiene lugar.

Entrevista Dani de la Orden / Foto: Irene Vilà Capafons
Dani de la Orden estrena nueva serie, A muerte / Foto: Irene Vilà Capafons

Antes de ir al cine a ver la última película de Godard, prefería ir a ver La jungla de Cristal 4, aunque no es la mejor

Eres un rara avis del nuestro audiovisual...
¿Por qué?

Estamos acostumbrados a la escuela ESCAC, que todo son películas de autor de gente que sufre y se marcha a la montaña a buscarse...
Yo creo que conviven las dos cosas. En la ESCAC salí del armario en tercero de carrera. Es cierto que en la ESCAC todos los referentes son directores culturetas: Fassbinder, Scorsese, Godard, Lynch... plano secuencia y todo eso. Y ya me gusta, pero yo, antes de ir al cine a ver la última película de Godard, prefería ir a ver La jungla de Cristal 4, aunque no es la mejor. Mientras estudiaba, eso lo iba conteniendo, porque la sensación es que se tenían que hacer cosas de autoría.

Hasta que llegaste a tercero de carrera.
Allí tuve un profesor que se llamaba Sergi Pérez. En las prácticas, yo intentaba hacer este tipo de cine más de autor, pero me caló. Un día me preguntó qué era lo que me gustaba a mí. Le dije que mi peli favorita era Armageddon. "Ve por eso". Fue su consejo de profesor.

¿Armageddon?
Me flipa la acción, pero aquí hago comedia...

En una entrevista anterior ya nos confesaste que tu sueño era hacer un John Wick.
John Wick en catalán o en aranés, me da igual, pero es el que quiero hacer. Además, lo tenemos todo perfecto: Eduard Fernández podría ser nuestro Liam Neeson y, Enric Auquer, nuestro Tom Holland.

Entrevista Dani de la Orden / Foto: Irene Vilà Capafons
Dani de la Orden, el arte de saber copiar / Foto: Irene Vilà Capafons

No había nada de innovador en Barcelona, noche de verano y Barcelona, noche de invierno. Era coger Love Actually y hacer que los personajes bebieran cerveza Estrella Damm. Cero de originalidad, ni representaban nada de nuevo

Lo tenemos todo, lo dice Joan Dausà.
Lo único que nos falta es la pasta para poder hacerlo. Pero sí, fue en tercero que acepté que me gusta un tipo de cine más desenfadado, pero en el que igualmente puedes hablar de temas muy trascendentes, pero a través de otro lugar. Y a mí es lo que me sale. Pero es que ya en la vida real me gusta mucho más pensar un chiste en una situación dramática, que pensar en una situación dramática por sí misma. El drama ya llega por él mismo.

Escuchaba el otro día Catalunya Ràdio, y te reivindicaban como un genio menospreciado por tu productividad siendo tan joven.
Sería alguien con poco gusto. Con toda sinceridad digo que hay tendencia a confundir ser prolífico con tener talento. Si miras mi filmografía, está llena de películas que me parecen un error. Un error en su dirección, de no haber encajado con el público. Hay alguna película casi amateur, de estar mal rodadas. Tengo películas erróneas en muchas cosas.

Has crecido en público después de haber tenido un gran impacto con tus dos primeras películas.
Cierto, pero si lo miras fríamente, hay dos comedias románticas que encajaron bien en Barcelona, porque era una cosa que no se hacía aquí. Pero no había nada de innovador en aquellas películas. Era coger Love Actually y hacer que los personajes bebieran cerveza Estrella Damm. Cero de originalidad, ni representaban nada de nuevo.

¿Copias mucho de tus referentes?
Muchísimo. Me podría tirar el rollo y decir que son homenajes, pero no, son copias. Ves un chiste en una película o en una serie que funciona y dices: "Eso me lo quedo".

Entrevista Dani de la Orden / Foto: Irene Vilà Capafons
Dani de la Orden, un director transparente / Foto: Irene Vilà Capafons

Soy bastante transparente, Friends me ha frito el cerebro

Tarantino también lo hace, eso de copiar sus referentes.
Sí, pero yo lo hago desde un lugar mucho más rata. Yo lo hago desde un lugar de decir: "Me he visto esta película que tiene un chiste brutal y creo que si lo cambio un poco, me puede funcionar". Y a eso podemos decirle inspiración o directamente que he copiado, no pasa nada. No creo que me venga ningún director a quejarse. Porque una cosa es copiar una historia y otra copiar un chiste que también se te podría haber ocurrido a ti. Soy bastante transparente, Friends me ha frito el cerebro. Lo más bonito es que copiando, inspirándote en otras cosas, acabas dando con algo que quizás es un poco más tuyo. A muerte es un buen ejemplo. Al principio había muchos chistes copiados o inspirados de otras series o películas, pero a través de eso, he acabado haciendo la cosa más libre nunca en mi trayectoria.

¿Te permites descansar? ¿Dejas de crear en algún momento?
Cuando estoy rodando no paro, pero si no, no pego un palo al agua. Para mí, el mayor placer que hay es dormir; ni hacer cine, ni ir al cine. El cine no es mi mundo, a tomar por saco. A mí lo que me gusta es dormir. Me encanta ponerme el despertador a las ocho y saber que me puedo levantar a las doce. Lo que ha pasado es que A muerte se rodó antes que Casa en llamas y los estrenos se han solapado. Pero después de 42 segundos estuve dos años sin hacer nada. Allí fue cuando me permití escribir.

Dani de la Orden
Dani de la Orden, un director de cine que quiere vivir tranquilo

No es jodido perder la ilusión, es jodido perder la inocencia. Lo dicen en Soul: el sueño se puede convertir en una obsesión y la obsesión se puede convertir en un peligro

Ya nos explicaste también en otra entrevista anterior que te habías quemado.
Había perdido un poco el norte. Llega un momento en que te equivocas de qué clase de persona eres, porque te valoras a través de tu trabajo. Crees que porque tengas 27 años y 8 películas, eres la persona más guay del mundo, y no dejas de ser un gilipollas integral que se está perdiendo las cosas que de verdad molan. A muerte, en realidad, va un poco por aquí. Yo era un tipo muy ambicioso cuando tenía 20 o 25 años y ahora no lo soy. Y es curioso porque cuando tenía 20 años, y no había rodado ninguna película, creía que dedicándome al cine sería el tipo más feliz del mundo. Y ahora que he hecho 12 o 13 películas y no sé-cuantas-series, no me considero a una persona más feliz que el chaval que estaba haciendo Barcelona, noche de verano. Creo que hay alguna cosa de crecer y madurar... No es jodido perder la ilusión, es jodido perder la inocencia. Lo dicen en Soul: el sueño se puede convertir en una obsesión y la obsesión se puede convertir en un peligro. Vivimos en una sociedad obsesionada en mostrar la mejor versión de ti mismo, pero quizás siendo la mejor versión de mí mismo no soy más feliz. ¿Qué es hacer realidad un sueño?

Poder rodar películas es un privilegio, pero asociar los sueños con el trabajo es peligroso, porque entonces el trabajo se convierte en pasión y la pasión se convierte en una cosa que te esclaviza. Yo solo hago películas, no opero a corazón abierto

¿Cuál es tu sueño?
Ahora mismo estar tranquilo, con películas o sin. Yo actualmente valoro mucho la tranquilidad y la rutina. Pido una cierta estabilidad. Poder rodar películas es un privilegio, pero asociar los sueños con el trabajo es peligroso, porque entonces el trabajo se convierte en pasión y la pasión se convierte en una cosa que te esclaviza. Yo solo hago películas, no opero a corazón abierto.

Tranquilo tranquilo no estás... acabas de estrenar una serie, tienes ya en marcha el proyecto de llevar al cine el libro de David Jiménez El director y ahora ruedas una sitcom para 3Cat. ¿Será difícil superar Plats bruts?
Será imposible, ni lo intentaremos. Lo que sí que intentaremos será seguir todo lo que nos han enseñado. No puedo decir nada más, más allá de qué putada que ya exista. Friends, Frasier, Seinfeld y Plats Bruts, todas ellas me han frito el cerebro. Plats Bruts quizás un poco más por proximidad.