Tras quedar finalista del Premio Ramon Llull con Quant la mort es vida y la vida mort (2016), el escritor barcelonés David Cordero (Barcelona, 1974), se sumerge ahora en los paisajes del sur de Cataluña con su segunda novela, Els germans Cabot (La Campana). El territorio árido, seco y salvaje de la Terra Alta impregna un libro lleno de escenas cinematográficas donde se homenajea a los vínculos familiares. Es una historia de una familia marcada por la resiliencia y el sacrificio, en un entorno, el pueblo ficticio de Corb, que parece condenado a la pobreza y la decrepitud.
"El sur siempre había esta dejado de la mi de Dios y los políticos de la capital sólo se acordaban cuando tenían basura para tirar y no sabían dónde ponerla", dices sólo empezar el libro. ¿Esta es la imagen del sur que domina en Catalunya?
Yo creo que sí. Visito habitualmente Tarragona y las tierras del Ebro y mi percepción es que es una zona con que no se cuenta. Parece que Barcelona se lo trague todo: el poder, la industria, los hospitales, etc. La parte de Girona, por otra parte, es la parte que tenemos bonita para veranear. Y el sur y también una parte de Lleida nos quedan olvidados, como si fueran sólo una granja o un huerto. Si tiene que tirarse basura, como hay mucha extensión, se mira hacia allí. En la novela quise hacer un poco esta lectura y reivindicar que hay otras maneras de ver este territorio.
Els germans Cabot pasa en la Terra Alta, pero tú eres de Barcelona.
Exacto. Con 17 años, un amigo de mi hermano nos lleva a mí y a él a los Ports de Beseit de vacaciones y alucinamos. Nos encantan los estrechos y bañarnos al río y el hecho de que sea salvaje. En realidad, siempre me ha recordado un poco al Gran Cañón del Colorado, abrupto y con la presencia del Ebro. Como en esta novela quería darle este cariz de western pensé que era el lugar ideal.
¿Qué tiene de western la novela?
Hay muchos elementos que imitan los del género como el gran río Colorado, que en este caso es el Ebro, la tierra áspera, el calor opresivo, el polvo... En la novela, están un poco los equivalentes catalanes: el cowboy es aquí el granjero, allí tienen revólveres y aquí van con escopeta de caza, allí beben whisky y, en la novela, la cerveza. Hay tiroteos y persecuciones.
También he intentado llenar la novela de elementos americanos. Los coches que aparecen, por ejemplo, son coches que han circulado por Catalunya, como el Talbot Horizon o el Ford Kuga, pero que suenan a los Estados Unidos. Y también los nombres de los personajes, Samuel, Jacob, Dylan, son nombres que recuerdan al mismo universo anglosajón, no son propios del Ebro.
Parece que Barcelona se lo trague todo. Y el sur y también una parte de Lleida nos quedan olvidados, como si fueran sólo una granja o un huerto
Tradicionalmente los catalanes hemos estado culturalmente inclinados al pacto, a los negocios, al trabajo, a cooperar, más que no a la fanfarronada solitaria de los pistoleros del oeste. ¿Aquí también podemos hacer western?
El western es un género prácticamente inexplorado en Catalunya. Si que es verdad que el talante catalán en general no coincide mucho con el de la violencia y los tiroteos, pero si ves las noticias hoy a veces la sensación es que o la cosa está cambiando o que se informa de otra manera. En Catalunya, mueren 50 personas de muerte violenta al año. No somos Baltimore, pero por nuestro tamaño no son poca cosa. También somos un hub de la marihuana. Ni Marruecos ni nada, por aquí entra todo. Hay mucho matón y gente que hace las cosas de otra manera, aunque siempre nos parezca que el catalán es muy prudente y hace las cosas muy bien hechas.
En la novela, los hermanos protagonistas fabrican y venden pólvora clandestinamente.
Sí, son estos personajes que viven en un mundo agrícola en que hay poco trabajo. Puedes trabajar en la granja de tus padres a cambio de un plato en la mesa pero más allá se tienen que buscar la vida para tener ingresos para ellos. Fabricar pólvora no es lo más normal aquí, quizás sería el tráfico de drogas, pero para ellos es una forma de obtener unos ingresos secundarios. En la novela, los hermanos la venden a pescadores franceses que trabajan haciendo estallar cargas en el río para pescar.
El sur es difícil.
Siempre pienso en la frase que defiende la lucha de 'todos los sures del mundo'. Creo que es una cosa que se repite, global: la industrialización se da en el norte y el sur queda como un territorio agrario y pobre. Pasa en España, en Catalunya y en los Estados Unidos. La sensación es que la gente tiende a moverse hacia las ciudades, donde todo cada vez está más centralizado y estas tierras quedan más vacías. Es complicado crearte un futuro allí, por eso todo el mundo se 'despeja' y el sur queda desierto, como el far west americano.
"El año 2000 no se parece nada a lo que se habían imaginado. El futuro había llegado y era decepcionante", dices también en el libro.
Cuando éramos pequeños y pensábamos en el año 2000 nos parecía ciencia ficción y esperábamos máquinas y futurismo. Esta evolución en la parte industrializada quizás si que se ha dado en parte pero en el sur lo que ha hecho es globalizar y hacer desaparecer las pequeñas explotaciones. Es muy difícil que una granja pequeña de cualquier animal pueda sobrevivir bien al margen de las multinacionales. En este sentido, el futuro del sur, para el que tenía esperanza, ha sido decepcionante. Y la gente joven lo tiene muy complicado para seguir viviendo allí.
A los habitantes del sur se les ha satirizado a veces acercándolos a la figura del redneck americano, como hacía el cómico Valero Sanmartí. ¿Qué piensas de esta relación?
Compararlos con la idea del redneck americano es demasiado exagerado, pero sí que pienso que tienen un talante más salvaje y auténtico. Todo son estereotipos, pero supongo que no dejan de basarse en alguna cosa que es real y auténtica. Si que es verdad que la gente del Delta yo creo que tienen una manera diferente de ser, dicen las cosas cómo son. Por el contrario, en Barcelona quizás hay más formalismo.
El western es un género prácticamente inexplorado en Catalunya
Otro de los elementos clave en el libro es la importancia de la familia. "A los que tuvieran la familia al lado saldrían mejor adelante" dice el narrador para cerrarlo.
El homenaje principal de la novela, aparte del sur, es a la lucha para mantener tu familia unida. Yo lo pensé como un mensaje a mis hijos. Tú en tu vida conocerás a mucha gente, amigos que vienen y van, pero al final lo que te queda es la familia, el núcleo duro de padres y hermanos. La familia es la gente que más se apoyará, que más te ama y que más mirarán por ti. Con ellos, es muy probable que las cosas vayan mejor. En el libro también pasa que uno de los hermanos de la familia tiene una enfermedad incapacitante y la madre tiene miedo que como todos los hermanos lo dejen solo. Este personaje es uno de los motivos que les hace volver a unirse una vez se separan.
¿Los vínculos familiares tienen alguna cosa de indestructible?
Es una frase muy buena para resumir la novela. Tú puedes tener un amigo o una persona muy conocida pero cuando pasa el tiempo siempre puede convertirse fácilmente en un extraño. Ahora, con un hermano con quién has convivido toda la vida y con quién has crecido, tienes un vínculo mucho más intenso, que también te llevará a perdonarle muchas cosas y a actuar, incluso cuando crees que se equivoca, pensando en su bienestar.
La familia es también la que inspira los sacrificios más heroicos. En el libro uno de los más importantes es el de la madre.
Las familias están unidas siempre por un vínculo muy intenso pero este destaca especialmente entre madres e hijos. No se me ocurren mucho más razones que lleven a alguien a dar la vida por otra persona más allá de una madre que lo haga por sus hijos, como pasa al libro.