La Sènia es el último pueblo de Catalunya, en el límite entre Castellón, Teruel y Tarragona. En realidad, a un centenar de metros del pueblo pasa el límite entre Tarragona y Castellón: Les Cases del Riu, el núcleo que está al otro lado del río, ya pertenece al municipio de Rossell, en Castellón. La ruta de hoy tendrá dos partes: la primera la recorreremos en coche y la segunda caminando. Nos llevará hasta la Tinença de Benifallà, en la zona del País Valencià más cercana a Catalunya y a Aragón, donde la vida rural se mantiene en su estado más puro.
La Sènia
La Sènia había sido un gran pueblo industrial, el principal centro productor de muebles de Catalunya; "el país del mueble", le llamaban. Este pueblo está a unos treinta kilómetros del mar, y a poca altura. Pero es la puerta de entrada, desde Catalunya, a los Ports de Beseit. Un lugar idóneo para organizar rutas en coche o con BTT hacia las sierras del entorno. Uno de los atractivos de la Sènia es el antiguo campo de aviación, desarrollado por la aviación republicana durante la guerra civil y hoy fuera de servicio. El edificio del aeródromo actualmente se ha convertido en un pequeño museo de la aviación de la guerra civil, con piezas extremadamente curiosas para los interesados en los aviones. Y entre los olivos se han colocado algunos perfiles de los aviones que despegaban de estas pistas.
Calle Mayor de Bel. Fotografía: Frederic Verge.
La diminuta Bel
De la Sènia cruzamos el límite de Aragón y nos dirigimos hacia Rossell, y allí nos desviamos por una carretera de montaña hacia Bel. La subida es fuerte: en los 15 km que van de la Sènia a Bel pasamos de 369 metros de altura a 953. Bel ya se encuentra en pleno macizo de la Tinença de Benifassà. Es uno de estos pueblos pequeños, con dos únicas calles: la Mayor, y la del Sol. En invierno sólo viven allí, de forma permanente, cinco personas (por eso, en realidad, forma parte del municipio de Rossell). Pero en verano se llena de vida, porque mucha gente originaria de esta zona vuelve al pueblo, y organiza un gran número de actividades.
Vida rural
Bel es una base perfecta para hacer pequeñas excursiones: a la fuente de Arriba, en la fuente de Abajo... También se puede seguir la ruta de los miradores, un itinerario señalizado que nos lleva por tres puntos que tienen unas vistas extraordinarias: sobre el Delta del Ebre, el Montsià, Vinaròs, el mar... La excursión más típica, de una hora de duración, es ir a ver las Roques de la Pena, desde donde se tienen unas vistas magníficas de Bel. En este pueblo también podemos vivir la vida rural: ver cómo crían las ovejas, las cabras... Y si hacemos una excursión hacia las montañas, tendremos ocasión de ver una fauna impresionante. En algunos casos, por esta zona, se puede llegar a avistar la cabra hispánica, y es frecuente encontrar tejones, zorros y jabalíes. Los aficionados a la ornitología disfrutarán con las águilas, buitres, gavilanes y azores de la zona.
Parada y fonda en Bel
En Bel tendremos que comer en la Font de l'Ós, el único establecimiento de restauración del pueblo. La comida más típica de casa es la "provisión": una impresionante escudilla y cocido. Para los no tan atrevidos pueden pasarse a la carne a la brasa o al delicioso ternasco (cabrito al horno). De postres, lo más típico son los buñuelos, pero también pueden escoger cuajadas, hechas con leche de cabras y ovejas del pueblo, o las almendras, con miel del propio Bel. Y, si es temporada, siempre se pueden comer unas cuantas setas: son famosos los "pebrassos" de la zona.
Hacia la Pobla de Benifassà
Desde Bel hay un itinerario señalado que nos lleva hasta la Pobla de Benifassà, la capital de la Tinença de Benifassà. Tardaremos a duras penas dos horas andando; si fuésemos en coche no tardaremos mucho menos, porque tendríamos que volver hasta la Senia y dar una larga vuelta. En realidad, un día al año los vecinos de la Pobla de Benifassà y los de Bel organizan un encuentro en la Ereta, a medio camino, donde hacen una gran comilona. Pasaremos por unos territorios abruptos, que fueron el escenario de las guerras carlistas, y también de muchas acciones del maquis, como las de la famosa Pastora.
La Tinença de Benifassà
Uno de los elementos más interesantes en el municipio de la Pobla es el antiguo monasterio cisterciense de Santa Maria de Benifassà, que dio su nombre a la comarca. Originalmente era de estilo gótico, y dicen que se construyó bajo el modelo de Poblet. Desde la Pobla de Benifassà hay una serie de itinerarios marcados que llevan hacia los diferentes lugares del Parque Natural de la Pobla de Benifassà. Incluso nos llevan hasta el "Tossal del Rei", en Fredes, el punto de confluencia entre Catalunya, Aragón y el País Valencià. La mayoría de los núcleos de la zona tienen muy pocos habitantes, pero gracias a eso disfrutamos de un paisaje excepcional, muy poco degradado por la acción humana. Pero cualquier viaje a esta zona lo tendremos que planificar bien, porque no es fácil encontrar alojamiento ni lugares para comer.